domingo, 8 de enero de 2023

GUINEA ECUATORIAL: OS ESTAMOS ESPERANDO

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


El régimen despótico de los Obiang se viene abajo como un castillo de naipes. No hay continuidad posible en el reino de los despropósitos. Los amigos del padre no lo son del hijo y los amigos de la madre gozan de la misma simpatía. El régimen se hunde en su propio lodazal y todos son enemigos de todos. Cuando las aguas se calmen, lamentarán no habernos hecho caso cuando les brindamos la oportunidad de una transición sin traumas ni violencias.



Está visto que ni todos los jueces son corruptos ni tampoco los policías o miembros de los servicios de inteligencia españoles. No cabe duda que el hijísimo de Obiang gozó de favores judiciales, era poco menos que intocable y que montó, según denuncia la prensa española, su cuartel general en Marbella desde donde operaban sus sicarios. En España hacía lo que quería y se movía con total libertad. Tiene propiedades, dinero para financiar sus tropelías y hasta cierta protección gubernamental. Es ridículo, pero es así. Conocidos dirigentes de este país están a sueldo del sátrapa guineano desde hace décadas. Me ahorro los nombres porque se trata de algo conocido por todos.



Nadie es inmortal y la inmoralidad dura mientras es rentable. Hay mucha gente repugnante y sin escrúpulos desde jueces hasta matones barriobajeros. La tozuda realidad es que cuando declina el poder de los tiranos son estas ratas las primeras en abandonarlos y se convierten en una señal inequívoca de que se está acabando este modelo inmoral de corrupción, robo, ineficacia y violencia. Se está terminando una pesadilla que nació con la independencia de nuestro país y que, aunque agoniza, está dando sus últimos estertores amenazando con más violencia y represión.



Es una lástima que no atendieran a la llamada de los opositores, disidentes y exiliados. Nosotros les hubiéramos ayudado a posibilitar una transición civilizada y tranquila. Bien, ellos prefieren hacer las cosas a “la africana”. Es penoso, pero así es como piensa esta gente. Muchos años después de la declaración de la independencia de Guinea Ecuatorial aún estamos sometidos a las arbitrariedades de una familia soberbia e iracunda que impide el libre y normal desarrollo de nuestro pueblo.



No me cabe la menor duda de que los guineanos nos vamos a liberar de estos personajes mafiosos y malvados que han dilapidado las riquezas de nuestra nación y que nos han impedido labrar un futuro en paz. Más pronto que tarde se abrirán las ventanas y se ventilarán vuestros cubículos apestosos de corruptelas y sádicos proyectos. Habéis nacido para el mal y no habrá quien os tienda una mano. Los que ayer os reían vuestros chistes, los que aplaudían hasta con las orejas, se van silbando, mirando para otro lado con la vaga esperanza de que no les relacionen con vosotros. Sois una vergüenza y no representáis los valores de la gente de Guinea Ecuatorial. Lo único que hemos pedido desde la disidencia es, respeto. Respeto a nuestra integridad, a los derechos que todas las personas tienen; respeto para emprender, para educar a nuestros hijos o para vivir en entornos libres de enfermedades ya superadas. Tenemos derecho a que los recursos de todos se inviertan con eficacia y honradez, pero nada de eso habéis hecho. Pasaréis a la historia como una banda de matones, sucios ladrones y gentuza cargada de vicios. Habéis condenado a generaciones a tener que buscarse la vida en una dolorosa desigualdad. Muchos tuvimos que huir de vuestra violencia e incompetencia. Tened claro que no vamos a olvidar el maltrato al que habéis sometido a nuestro país. Tuvisteis una oportunidad y nos tratasteis con desprecio. No os preocupéis, os estamos esperando.



En el fondo vais a tener suerte, la que muchos nunca tuvimos. No somos como vosotros. No creemos en la venganza ni en el rencor. Si los hombres y mujeres de nuestra tierra quieren, nos esforzaremos para sacarla adelante, facilitar la prosperidad y el desarrollo, defender a todos exigiendo la igualdad ante la ley, así como una sanidad pública de calidad. Defenderemos el derecho de nuestros jóvenes a enfrentarse a la vida con buena formación y herramientas que los iguale a los de los países más desarrollados. Está en nuestras manos. Todo está por hacer. El pueblo de Guinea Ecuatorial puede con este reto de ser el auténtico dueño de su destino.