El exilio no es un paseo y solo basta hablar con cualquiera
para saber lo complicada que se puede poner la vida para los
expatriados.
Si ya
hacerte un hueco en la sociedad de acogida es difícil mucho más es
hacer política a miles de kilómetros de tu país. Los guineo
ecuatorianos lo saben y llevan años luchando por un cambio de rumbo
que les permita regresar y prosperar.