Exilio del Partido del Progreso en España, 19 de Enero de 2020.- Nunca un gobernante ha producido tanto dolor durante tanto tiempo a su pueblo, como Obiang Nguema lo ha hecho en Guinea Ecuatorial. El agotamiento del régimen y las nefastas consecuencias sobre la población que está llevando consigo este hecho, junto a las luchas intestinas protagonizadas por los diferentes clanes en su lucha por el poder, así como la maldad de un dictador que aborrece a su pueblo, (odio a los guineanos, tantas veces manifestado en público por el mismo dictador) están provocando en el pueblo guineano una gran tragedia humanitaria y están arrasando al propio país.
Esta situación, según manifiestan los que viven en el interior, se parece mas bien a una desbandada, a un final, en el que un gobierno sin orden ni concierto va dando palos de ciego para intentar mantenerse en el poder.
De un lado, su mas exclusivo clan de poder, favorecido por el propio dictador y tantas veces denostado y despreciado por este, está dispuesto a repetir lo mismo que hiciera el propio Obiang con su tío Macías. La violenta respuesta contra ellos, de un dictador que nunca perdona, está haciendo saltar por los aires el intimo consenso que mantenían para seguir alargando la dictadura y prolongando la agonía de nuestro pueblo. http://diariorombe.es/teodoro-obiang-pretende-implicar-a-jun-carlos-angue-ondo-y-lucas-nguema-esono-en-la-intentona-golpista-de-2017/
Por otra parte, existe una lucha socarrada pero constante, de su esposa Constancia, dispuesta a dar continuidad a la dictadura en la persona de su hijo Teodorín. Este hecho produce un gran desasosiego y cierto miedo a Obiang, que sabe que con la entrada de su hijo el primer "sacrificado", además del propio pueblo, sería el mimo.
A todo ello se une la creciente presión de la comunidad internacional y de la propia oposición al régimen, que solicitan con casi total unanimidad, el inicio de conversaciones que favorezcan una transición pacífica a la democracia.
El desgobierno y la negligencia de un régimen agotado, junto a la dura contienda que vive el interior del núcleo de poder y al "sálvese quien pueda" de otros fervientes obianguemistas que se baten en retirada, están sembrado un autentico caos en Guinea Ecuatorial.
La pasada semana nos informaban de una gran explosión en un deposito de armas en Mongomo, después un devastador incendio en la catedral de Malabo, una autentica joya del Neogótico, que anegó de dolor a todos los guineanos, de fuera y dentro del país.
Después otro incendio en una subestación eléctrica en Musola
(Luba) dejaba durante un largo tiempo sin suministro eléctrico a esta ciudad.
A finales de la semana nos enviaban imágenes de otro devastador incendio en el barrio Lea de Bata. Nos informan que el incendio ha sido de grandes proporciones y que ha permanecido activo durante todo el sábado.
Si estos últimos graves sucesos nos llenan de preocupación e incertidumbre, la violenta represión que está sufriendo nuestro pueblo, así como el abandono de la sanidad pública y de otros servicios esenciales están llevando consigo la muerte de muchos guineanos inocentes, nos están produciendo un profundo dolor.
Lo que está ocurriendo en Guinea es consecuencia de la acción o la inacción de un injusto y decadente régimen, que es mas propio de otro tiempo y que por ello debe acabar.
Obiang debe ser consciente de que la situación tan convulsa que vive nuestro país puede derivar en un violento enfrentamiento, con serias consecuencias para el indefenso pueblo guineo, para la estabilidad de la zona y para el propio dictador.
La Comunidad Internacional, encabezada por los grandes países con intereses en Guinea Ecuatorial, deberían de tener muy en cuenta el proyecto de transición pacífica a la democracia para nuestro país, que un grupo importante de partidos de la oposición están dispuestos a llevar a cabo.
