Por, Severo-Matís Moto Nsa, Presidente del Gobierno en el exilio del Partido del, Progreso de Guinea Ecuatorial
NO FUE UNA VOCACIÓN; FUE UNA OBLIGACION PATRIOTICA Y MORAL
Exiliado en España, recibí la invitación de, para que participara en la creación de un partido (no un movimiento) político guineano y era imprescindible que lo presidiera yo, (“Te hemos visto y seguido en Guinea Ecuatorial; creemos que deberías dirigir un partido político, no un movimiento; porque con el golpe de estado nada ha cambiado ni va a cambiar en Guinea Ecuatorial”)
Mi aceptación de tan importante propuesta solo fue posible
cuando los cofundadores del Partido del Progreso me aceptaron como democristiano, con mis innegables, irrenunciables e imprescindibles instrumentos de trabajo moral y ético para ejercer el “arte de servir” (política) a mi país.
Signo claro de este compromiso con mi país, fue la prisa con la que me moví para trasladar a Guinea Ecuatorial el mensaje del Partido del Progreso. Tras una intensa labor de conexión con la comunidad internacional a través de diferentes países, organismos e instituciones (Unión Europea y sus diferentes países, muy especialmente la IDC, nuestra Internacional), fueron la poderosa catapulta que hizo posible el salto del exilio del Partido del Progreso al genuino campo de trabajo político: Guinea Ecuatorial. Dos viajes en busca de la legalización del Partido del Progreso, hicieron posible dicha legalización; regada y mojada con la fecunda sangre bautismal de las dificultades. Debo reconocer que me quedé gratamente sorprendido de cómo el mensaje demócrata cristiano había calado profundamente en el tejido social guineo. El cansado y abatido pueblo guineano, aceptó ilusionado la propuesta del Partido del Progreso, que hablaba de libertad, de democracia, de desarrollo económico y de preocupación por los asuntos públicos de nuestro país, para pasar de indolentes espectadores a actores y partícipes de la vida social y política de Guinea Ecuatorial.
Si la aceptación de la propuesta de creación de un partido político, fue acertada, la respuesta del pueblo guineo al mensaje político lanzado a la población: “España volverá a ser nuestro compañero de camino” reafirmó mi vocación de servicio a mi pueblo. La política se convirtió, así, en mi segunda vocación, alimentada por los valores intelectuales y humanos que mi trayectoria académica me concedió y dotó... Ninguno de todos estos valores, ha sido tan adoptada y abrazada por mí, como la VERDAD y la AUTENTICIDAD. Valores que, en la dictadura de 50 años de Guinea Ecuatorial, se descalifican con el “insulto político” de RADICALES.
La diferencia del Partido del Progreso y su marca de distinción frente a los demás es la VERDAD. La verdad que nacía desde la comprometida asunción de una ideología política definida y casada con el alma cristiana que latía y late en el ser del pueblo guineano. Ese compromiso con la VERDAD, hizo que la más inmediata y encarnizada batalla del Partido del Progreso fuera contra la MENTIRA, que marcaba descarada y patéticamente la vida y actividad de la sociedad guineana. “¡La libertad no se regala; se conquista!” “El Partido de la LIBERTAD” “La candidatura de la reconciliación y la esperanza”. Frases como estas adornaban las paredes de las “AULAS DEMOCRÁTICAS” del Partido del Progreso. Aulas que eran auténticas Escuelas de Política, creadas por el Partido del Progreso y de las que estaba llamada y estaba empezando a nacer, una sociedad nueva en Guinea Ecuatorial; al más puro estilo de los partidos democristianos o social cristianos de centro; Alemania (CDU), España (PP, PDP, PNV) y otros, de Hispanoamérica…
La “ilegalización” (más bien, “prohibición oficial”) del Partido
del Progreso, por el régimen de Obiang Nguema, respondió simplemente al miedo y terror que agarrotaba el cuerpo político y social del régimen dictatorial y su partido PDGE, que, por su vacío de ideología, ausencia de proyecto y su modo de hacer política a garrotazo limpio, estaba siendo engullido silenciosa y dulcemente por el Partido del Progreso.
De la ilegalización del Partido del Progreso, ilegalización considerada por los más serios juristas de Guinea Ecuatorial como “simple prohibición oficial” por el régimen dictatorial, nació esta frase, hecha pacto interno de sus directivos, afiliados y simpatizantes:
“¡EL PARTIDO DEL PROGRESO SE GUARDA EN EL CORAZÓN!”
Es así como, encerrados en la prohibición oficial, del Partido del Progreso en Guinea Ecuatorial, vigilado y perseguido tanto dentro del país como fuera, los directivos, militantes y simpatizantes hemos retomado el EXILIO tanto dentro como fuera del país, inmersos en el fecundo y fértil vergel espiritual de La RESISTENCIA; a la espera de que la TRANSICION PACIFÍCA ponga fin a la dictadura y a la “prohibición oficial”, abriendo paso a la libertad política, como “arte de servicio a la ciudadanía” (