El principio del fin de
Teodoro Obiang
El decano de los sátrapas
africanos reaparece en público visiblemente desmejorado para acallar los
rumores sobre su muerte. El gobierno trata de ocultar por todos los medios el
estado crítico del presidente y la oposición asegura que ya han comenzado los
movimientos para garantizar la continuidad del régimen
BERNARDO ÁLVAREZ-VILLAR - balvarezvillar Madrid
25/08/2017 13:08h - Actualizado: 25/08/2017 13:08h.
ABC: Internacional
Si es cierto que el poder desgasta, Teodoro
Obiang (Acoacán,1942) tiene más razones que nadie para sufrir achaques. El
más longevo de los jefes de Estado del continente africano lleva desde 1979 repartiéndose
con su familia el gobierno y los abundantes recursos petroleros de Guinea
Ecuatorial, colonia española hasta 1963. Treinta y ocho años de mandato han
colmado los bolsillos de la familia Obiang (en 2010, el patriarca ocupaba el octavo
lugar en la lista Forbes de los políticos más ricos, con una fortuna de 500
millones de euros) mientras el país se situaba el año pasado en el puesto
135 de 167 en Índice en Desarrollo Humano (IDH). Pues, además de desgastar,
el poder también corrompe.
Hace diez días empezaron a circular
por Guinea unos rumores que resultaron no ser del todo ciertos pero sí
bastante bien encaminados. Los rumores en cuestión aseguraban que Obiang
había muerto fruto de un agravamiento de su enfermedad, lo cual es falso. Pero
sí son verdad muchas de las causas que inclinaban a pensar que Obiang podría
haber fallecido y sí es verdad que el mandatorio ha sufrido un visible
deterioro en su salud.
No es la primera vez que los
guineanos «matan» a Obiang. En 2008 el gobierno tuvo que emitir un comunicado
para desmentir unos rumores semejantes. Esta vez han sido unas fotografías y
un vídeo del recibimiento de un desmejorado Obiang al presidente de Ghana en
un inesperado cambio de planes. La agenda
oficial del encuentro estipulaba que sería Teodorín, hijo predilecto
del tirano y vicepresidente de la República, quien recibiría al ghanés.
Todo indica que no se trata de
imágenes de archivo, como sí lo eran varias de las fotografías publicadas la
semana pasada sobre la supuesta actividad del mandatario. El 20 de agosto
la página web del gobierno publicaba una felicitación oficial por el cumpleaños
de la Primera Dama con una fotografía
del matrimonio en la que él viste de gabardina y ella con abrigo de
visón. Más tarde se supo que la fotografía no había sido tomada en agosto de
2017 en Guinea, sino en febrero de 2003
en el Elíseo de París.
Precisamente con motivo del
cumpleaños de la Primera Dama es tradición en los Obiang celebrar una
eucaristía en la Basílica de la Inmaculada Concepción, en Mongomo. Las redes
sociales del gobierno difundieron unas imágenes del matrimonio
asistiendo a la misa. Una vez más, eran falsas: el oficial de policía que
sale detrás del presidente está muerto.
Catorce días de silencio
El 6 de agosto fue el último día que
se tuvieron noticias de la actividad pública del líder guineano. Desde entonces hasta el 22 de agosto, día del recibimiento al
presidente ghanés, se publican en la web oficial del gobierno imágenes de supuestas
audiencias de Obiang con embajadores (en las que solamente él
aparece) y varios cartas firmadas
por él (entre ellas, una dirigida al Rey de España expresando sus
condolencias por el atentado de Barcelona).
Los rumores aseguraban que el mismo 7
de agosto Obiang sufrió una recaída y fue sacado del país para recibir
atención médica. Se dijo que el presidente, en un primer momento, intentó
llegar a EE.UU. pero le fue negada la entrada al país, hipótesis que este
diario no ha podido comprobar. Lo que sí hemos podido contrastar es que, como
recogían medios de la oposición, Obiang viajó a Brasil y fue ingresado en el
Hospital Albert Einstein de Sao Paulo, según ha confirmado a ABC la propia
clínica.
Aunque el hospital brasileño no ha
querido facilitar más datos, fuentes de la oposición afirman que estuvo
ingresado durante una semana en estado crítico, durante la cual se
restringieron las llamadas salientes de todo el equipo de seguridad que le
acompañaba. A su regreso al país, se refugió en su lujosa residencia de
veraneo.
El 15 de agosto se celebraba en
Guinea Ecuatorial el día de la Constitución, en el que se conmemora el
aniversario de la aprobación en 1982 de la «Carta de Akonibe» promulgada por el
dictador. Por primera en vez en 35 años, ni Obiang ni ningún miembro de su
familia asistió a los actos oficiales, presididos esta vez por el ministro
Alfonso Nsue Mokuy.
Maniobras
La injustificada ausencia del hombre
fuerte de Guinea en actos públicos no era el único indicio que permitía
fantasear con su muerte. «Diario Rombe», el más solvente de los medios
opositores, informaba el 17 de agosto de un atípico despliegue militar en
los alrededores del Palacio Presidencial de Malabo y cortes en las calles
aledañas.
Además, durante los días de
desaparición del presidente se informó de que su hijo Teodorín viajaba a
Rusia con el pretexto de encontrarse con los estudiantes guineanos que
viven en el país. El destino del viaje despertó las suspicacias de los
opositores, que conocen la larga historia de acuerdos entre Putin y Obiang.
En octubre de 2015 los dos países
firmaron un acuerdo de cooperación en el que el único beneficiario era Rusia,
que adquiría el derecho a desplegar buques militares en los puertos guineanos y
a explotar los recursos petroleros del golfo de Guinea (el mayor yacimiento
petrolífero de toda África). «Diario Rombe», citando fuentes de la inteligencia
europea, publicó en 2016 un reportaje en el que se decía que «no se descarta
que el acuerdo Obiang-Putin incluya cláusulas secretas por las que Rusia se
compromete a garantizar la seguridad del régimen en caso de
desestabilización del país o intentos de golpe de Estado». Este mismo viernes,
Rusia hizo público un acuerdo para el suministro al país africano de dos
sistemas de misiles antiaéreos Pantsir-S1.
Así las cosas, queda la duda de cuál
es el verdadero estado de salud del jefe de Estado guineano y si está
capacitado para seguir gobernando el país. Dado el ocultismo con el que el
régimen está tratando el tema es difícil saberlo. Tanto la embajada
guineana en España como el Ministerio de Información han rehusado responder las
preguntas a de este diario al respecto. Fuentes de la oposición consultadas por
ABC aseguran que, entre otros síntomas, presenta pérdidas de memoria y que
solo un reducido número de personas tiene conocimiento sobre la verdadera
naturaleza de su enfermedad.
Uno de los medios de la oposición
guineana exiliada en España ha publicado un comunicado en el que se aseguraba
que «en el seno de la dictadura se están llevando a cabo diferentes
reuniones entre dos bandos (…) con este panorama, la guerra por la sucesión
en Guinea Ecuatorial puede comenzar de un momento a otro». Solo en la mañana
del 24 de agosto, el régimen anunció el cese de un juez
y de varios altos cargos del
Ministerio de Defensa.
De acuerdo con la Constitución
guineana, en caso de fallecimiento del presidente ha de ser el vicepresidente,
es decir, su hijo, quien ocupe su lugar. Mas no parece que el traspaso de
poder vaya a ser un camino de rosas. El estado guineano, con un
funcionamiento muy semejante al de una empresa mafiosa, ha ido escindiéndose en
varios clanes que compiten entre sí por hacerse con el poder. Al mismo
tiempo, la oposición está dispuesta a aprovechar la coyuntura para darle la estocada
final a la dictadura más antigua de África.