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Por Armengol Engonga Ondo Vicepresidente del Partido del Progreso y del Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial.
La democracia es el sistema político de participación ciudadana, basado en el voto individual, secreto y universal, a través de diferentes convocatorias electorales. Es evidente que las sociedades y los pueblos que gozan de democracia tienen mayores cotas de libertad de expresión, manifestación, acción, pensamiento y movimiento. Aun constatando que desde sus origines, en la Grecia Antigua y Roma, hasta nuestros días, la democracia es el sistema político menos malo que conocemos. Enfrente se encuentran el absolutismo, la tiranía y en general toda forma de dictadura.
Los partidos políticos son claves e indispensables en el sistema democrático que conocemos, como el oxigeno lo es para los seres vivos, porque a través de los partidos, los ciudadanos de un pueblo ejercitan sus opciones políticas de pensamiento y también, eligen el modelo de sociedad a que aspiran para ellos y para sus familias. Pueden canalizar su participación como afiliados, simpatizantes o como simples votantes de estos, en cada uno de los comicios electorales que se convocan.
La dictadura de nuestra país está propalando la idea de que tantos partidos no son buenos para la convivencia política. Eso es lo que piensan todos los dictadores, precisamente porque les da miedo la libertad y la participación. Los partidos enriquecen la vida política de un país y cuanto más haya, mejor. Es el pueblo soberano el que tiene la última palabra para elegir de entre todos, aquel que mejor pueda defender sus intereses.
Teodoro Obiang Nguema, basa su régimen dictatorial en un Partido Unico, el PDGE (eufemísticamente llama Partido Democrático) y en 12 partidos lacayos que le sirven de coartada. En los últimos 35 años de vida y milagros de dictadura en nuestro país, siempre ha habido elecciones fraudulentas, con amaño y apaño del censo electoral y la consiguiente manipulación del resultado con victorias de mas del 97% en todas ellas.
Ahora mas que nunca, todos los partidos políticos guineanos como el Partido del Progreso, su equipo directivo y su militancia, debemos prepararnos concienzudamente para la Transición política que se avecina en nuestro país. Transición hacia la democracia en Guinea Ecuatorial, una vez que hayamos superado el horror de la dictadura y su régimen de corrupción y de violación de los derechos humanos.
Es obvio que tras la desaparición de la actual dictadura en nuestro país, en el post Obiang, el anhelo y la aspiración largamente expresada por la gente desde hace tiempo es alcanzar la meta de la DEMOCRACIA (con mayúscula) en nuestro país. Democracia que nos permita vivir en concordia, en libertad, con igualdad de oportunidades e iguales ante la ley. En definitiva, con la llegada de la DEMOCRACIA a Guinea Ecuatorial, alcanzaremos mayor desarrollo económico, social y cultural, que nos llevará necesariamente a homologarnos con el mundo civilizado.
El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, después de mas de 31 años en el exilio y una vez retomado el pulso y el impulso político en nuestro país, empezaremos por organizar el Partido a lo largo y ancho del país para ofrecer nuestro proyecto político y nuestra opción al pueblo guineano. Así como la preparación de diferentes congresos, (nacional, provinciales y locales) según ordenan nuestros Estatutos. Congresos que nos brindarán la oportunidad de consolidar equipos y cuadros dirigentes potentes, que aspiren y encabezar las listas electorales tanto presidenciales, como legislativas, municipales o cualesquiera de las responsabilidades políticas que demanda las Instituciones guineanas. También como aportación y participación activa de la militancia del Partido, donde podrán mantener los debates políticos que aporten soluciones a los múltiples problemas que padece la sociedad guineana.
La futura DEMOCRACIA que abogamos para nuestro país, debe contar con unos partidos políticos fuertes, organizados y plurales, para garantizar nuestra estabilidad democrática y su viabilidad en el futuro. Igualmente deben garantizar la alternativa de poder en todas las administraciones, sean nacionales, regionales y locales. La separación de poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, nos permitirá alcanzar una sociedad mas justa, mas desarrollada y mas democrática.
