miércoles, 13 de noviembre de 2013

LOS JUGADORES DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA NO QUIEREN FOTOGRAFIARSE CON OBIANG



POLÉMICA POR EL PARTIDO DE GUINEA

Los futbolistas de la Selección no quieren fotos con Obiang

Los jugadores se niegan a fotografiarse con el dictador Teodoro Obiang, presidente de Guinea. Aceptan jugar en Malabo, pero de ninguna manera que se les use políticamente.



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Una mujer guineana pasa junto a un cartel en el que Obiang sale junto a los jugadores guineanos. | Reuters

Los jugadores de la Selección se niegan a fotografiarse con el dictador Teodoro Obiang, presidente de Guinea. Aceptan jugar en Malabo, pero de ninguna manera que se les use políticamente. No saldrán del hotel salvo para entrenar y jugar, lo mande Villar o el sursumcorda, hecho carne en la figura del Secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica, Jesús Gracia, al que el Gobierno envío ayer a Malabo como avanzadilla de la expedición española. La visita de la Selección a Guinea Ecuatorial ha sido bendecida por España, que pretende entrar en el negocio petrolero y recomponer relaciones con Obiang.
El dictador se ha felicitado de que "los campeones del mundo hayan aceptado jugar sin ninguna compensación económica gracias a las excelentes relaciones culturales, de amistad y cooperación que unen a España con nuestro país", mientras que la oposición al régimen ha escrito cartas a la Federación y a la FIFA pidiendo que el partido se suspenda porque "servirá para legitimar una dictadura brutal y sanguinaria". Con todos estos ingredientes, los internacionales españoles han tomado postura: no salirse de su propia condición de futbolistas. Al contrario de lo que hicieron en anteriores visitas, como las que rindieron a Argentina, Puerto Rico, Costa Rica o Ecuador, donde hubo recepciones con las primeras autoridades de cada país, esta vez se van a negar a cualquier tipo de contacto que pueda suponer un uso político de su imagen. Lo harán por convencimiento, pero también por consejo de sus asesores, que les han avisado del efecto negativo que tendría para ellos posar para la posteridad con un dirigente mundialmente reconocido como un sátrapa. El seleccionador, que ya veía venir el problema, dijo al respecto de este asunto que "el tema es de otra ventanilla". Del Bosque tampoco hará mucho por colaborar y se ceñirá a su papel de seleccionador, pero será presionado para una foto imposible.