lunes, 8 de julio de 2013

EL GOBIERNO DE GUINEA ECUATORIAL ASEGURA HABER INTERCEPTADO UN CARGAMENTO DE ARMAS DIRIGIDO A LA OPOSICIÓN



                            

07.07.13 | 18:07h. EUROPA PRESS | MADRID

Una nota difundida por las autoridades ecuatoguineanas entre los militares asegura que ha sido interceptado un carguero con armas que estarían dirigidas a la oposición y con las que intentarían dar un golpe de Estado.


Así da comienzo la noticia de Europa Press, sobre el ya recurrente y hasta aburrido asunto de las armas con las que según Obiang  los opositores quieren apartarle de la presidencia, nada democrática por cierto, de Guinea Ecuatorial. Si el asunto no fuera tan trágico, esto de los complot armados contra Obiang, resulta ya cansino; siempre la misma historia. Aquel que no tubo ningún reparo en derribar a su propio tío, juzgarlo a toda prisa y matarlo, antes que contara las fechorías que el mismo, su sobrino, el carcelero mayor de la república, estaba llevando a cabo contra su pueblo, cree que todos los opositores son de la misma condición que él. 

Ya hemos perdido la cuenta de los golpes de estado, conspiraciones y tráfico de armas que Obiang le ha achacado a su principal opositor, Severo Moto. La última, el asunto de las armas de Sagunto, no ya un cargamento, como el que denuncia ahora, sino tres armas viejas descatalogadas y algunos cartuchos, que le suponen al Presidente del Partido del Progreso una condena de cuatro meses y cuatro días en la prisión de Navalcarnero, el pago de una fianza de 10.000 €, que todavía no le han devuelto y la pérdida de su pasaporte durante cerca de 6 años. Junto a todo esto, el consecuente linchamiento moral que ha sufrido nuestro Presidente ante la opinión pública internacional. Y lo más importante: un militante del Partido del Progreso,  Saturnino Mbomio Nkono, pagó con su vida por una de esas filtraciones interesadas desde España a Obinag, que fue detenido y asesinado en una redada que desató la dictadura en 2008, una vez que esta supo que en España se investigaba una supuesta trama para derrocarle.    

Ante esta nueva invención, nada original, de la dictadura, no queremos que a los que Obiang apunta con el dedo acusador, les ocurra la misma tragedia por la que ha pasado nuestro Presidente Severo Moto. Entenderlo como la enésima treta de la dictadura para emporcar a la oposición guineana, que lucha democráticamente y en desigualdad de medios contra una dictadura, que no duda en acusar falsamente a los opositores y asesinarlos impunemente.