sábado, 13 de julio de 2013

CARTA A DON SEVERO MOTO DE SUS COMPAÑEROS, AMIGOS Y COLABORADORES.




MADRID, Julio de 2013.-

Querido Presidente:

Ni Vd., ni ninguno de los que formaban la gran muchedumbre de guineanos y guineanas que poblaban sus mítines, en aquellos cuatro años que permaneció en GE para dar a conocer a su pueblo el Partido del Progreso, podía imaginar el largo y duro camino que se disponían a emprender. Ante aquel gran movimiento de liberación que intentaba sacar a nuestro pueblo de la tragedia a la que lo había llevado la dictadura, Obiang respondió violentamente y por todos sus medios impidió que nuestro Partido devolviera la  dignidad de aquellos a los que el había desposeído de todo bien (tanto humano como económico) y se encargó de hacerle la vida imposible en todo el tiempo que permaneció en Guinea Ecuatorial. Cuando no era la cárcel o las detenciones  y registros, eran las amenazas de muerte o falsas acusaciones de toda índole (conspiraciones, intentos de golpes de estado, etc). Una vez que toda la comunidad internacional forzara a Obiang a que no acabara con su vida y  finalmente, accediera a sacarle de la cárcel, regresar de nuevo a GE era un imprudencia que siempre le hemos impedido llevar a cabo.


Cuando pudo instalarse en España, alejado de la zarpa del dictador, nadie se podía imaginar que una persona como Vd., impregnado de hispanidad y formada en los mismos valores cristianos y de trascendencia del propio pueblo español, hubiese sido tan hostigado en suelo de la Madre Patria, como Vd. lo ha sido aquí. Muchos españoles, beneficiados por Obiang, todavía no le han perdonado que desoyera una y otra vez esa machacona advertencia, procedente de una parte del poder político español: "no molestes a Obiang". Tampoco le han perdonado que no haya querido aceptar esa otra recomendación, que con frecuencia le anunciaban: "id tomando pequeñas parcelas de poder, junto al régimen". Vd. siempre comprendió que un demócrata, un opositor con dignidad, no podía aceptar coexistir con el régimen y menos confundirse con el paisaje, mientras su pueblo seguía estando sometido y sin libertad por la mismo dictador. Y decidió combatir la dictadura  hasta acabar con ella, en una lucha en la que no valen los conciliábulos, ni las risas de salón, con una asesino como Obiang. Ese es su gran mérito, pero también es su gran desgracia.

Reconocemos que el PPGE ha sido el partido que ha pagado más caro la osadía de enfrentarse a la dictadura, ahí tenemos los miles de torturados, la gran cantidad de encarcelamientos, los desposeídos de sus bienes, los miles de refugiados políticos y desgraciadamente, demasiadas muertes. No se culpe por ello, pues la muerte para Vd. habría  sido una liberación, comparado con el duro calvario que ha tenido que padecer durante más de 30 años de resistencia. Pero ha válido la pena gastar toda una vida en la defensa de un pueblo que vive bajo la peor de las dictaduras. Su lucha ha estado llena de innumerables sacrificios y privaciones, de arrojo, entrega y honor. Ha rechazado en todo momento los generosos sobornos de Obiang y las presiones de muchos dirigentes políticos  españoles para que dejara en paz al dictador. ¡Que contraste con el entreguismo de otros opositores guineanos¡, más atentos al dinero que van a recibir por participar en las falsas elecciones que convoca la dictadura o en lo que les correspondía por sentarse en la asamblea de la dictadura, que en defender a su pueblo.

La trayectoria de lucha por la dignidad y la democracia del Partido del Progreso, no es normal en África, lo más común es ponerse de perfil o dejarse comprar por los dictadores y esperar tiempos mejores. También, el modelo de sociedad que propugna el PP -en la que el ser humanos es el centro, una sociedad de derechos y libertades en la que la política cobra un nuevo sentido de servicio al pueblo- es poco común en este continente. Por ese motivo la gran organización que ha creado será siempre autentico referente para los pueblos que luchan por la democracia, no solamente en GE, sino en todo el Continente africano. Recordamos la visita que nos hizo ese diputado opositor de Camerún y como nos manifestó  que Severo Moto era en su país un verdadero modelo de opositor -también para el resto de África-, ejemplo de lucha contra la dictadura y una sana envidia para la mayoría de los cameruneses. De la misma forma se han manifestado también algunos dirigentes gaboneses.

Durante el tiempo que hemos permanecido junto a Vd., hemos compartido situaciones de verdadero riesgo y muchos momentos de tristeza. Y no hay mayor tristezas  para  nosotros que permanecer en el exilio sin poder ir al encuentro de nuestro pueblo para socorrerlo y aliviar  su sufrimiento por las privaciones económicas y la carencia de libertad y democracia que padece. Pero también  hemos compartido muchas alegrías. La alegría y la satisfacción de que los guineanos, estén donde estén, no se olvidan del Partido del Progreso y de su líder. La satisfacción de haber resistido tanto tiempo y no haber variado una coma aquellos principios con los que movilizamos la sociedad guineana. El orgullo de contar con un proyecto de partido y de gobierno acabado, en todos los ámbitos de la vida política, social y económica, para poner en marcha en nuestro país, una vez que derribemos a la dictadura.

Sepa Sr. presidente, que tanto esfuerzo ha válido la pena. Ahí queda el ejemplo para estas generación y para las venideras,  de como hay que resistir a la dictadura. Hemos sabido mantener la dignidad y la esperanza de nuestro pueblo y hemos marcado el camino que lleva a la libertad y a la democracia. Como epílogo de su vida, se le podrá aplicar aquella sentencia de San Pablo: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe." 

Le saludan y abrazan cordialmente, todos aquellos que hemos tenido la suerte de trabajar junto a Vd. en esta noble causa.