Por: Dr. Samuel Mba Mombe, médico y activista político independiente.
Publicado en guinea.net, 30-5-2013
Una y otra vez se han vuelto a celebrar lo que en Guinea Ecuatorial se conoce con el nombre de elecciones para que la dictadura vuelva a imponer a los guineanos su “Ley” y vender a la Comunidad Internacional una democracia truncada e inexistente.
Parecería exagerado si afirmamos que Obiang al parecer ha comprado a medio mundo para que en cada pucherazo que organiza los llamados “Observadores Internacionales” no estén vendiendo la misma moto del “ambiente de paz y calma” en que estos se celebran.
Recordamos a esos observadores que esa “paz y calma” no es más que fruto de las intimidaciones que sufre nuestro pueblo. La paz no es sinónimo de ausencia de guerra. Guinea Ecuatorial está sometido a una cruenta dictadura donde los ciudadanos están obligados a punta de pistola a satisfacer las locuras del dictador en detrimento de sus aspiraciones a la libertad y a una vida mejor.
Aunque esta vez no han asistido a la fiesta del dictador los observadores de los países occidentales, el modus operandi de todos ellos es el mismo: hacer declaraciones descabelladas sobre los procesos electorales en Guinea Ecuatorial.
Queremos traer aquí a colación lo que ya criticamos en el año 2000 tras las elecciones municipales de ese año. “La complicidad de ciertos sectores políticos y económicos de los países occidentales y Estados Unidos inclusive, se hace clarividente con la actitud de éstos en la evaluación del proceso de las pasadas elecciones municipales. Si por una parte el grupo llamado “observadores internacionales” llegados a Guinea Ecuatorial a invitación del gobierno de Malabo se precipitaron a mostrarse satisfechos por el desarrollo de dicho escrutinio, el colmo de los colmos es el artículo distribuido por el Departamento de Estado Norteamericano con fecha de 7 de junio (página web de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado, versión francesa htt://usinfo.state.gov/franáis/french.htm, firmado por Jim Fisher-Thomson (periodista del Departamento de Estado) en el que se presenta el testimonio de “uno de los miembros del grupo de “observadores” enviados a Guinea Ecuatorial por los Estados Unidos con motivo de las elecciones municipales. El artículo en referencia con el pomposo título: sorprendente participación en las elecciones de Guinea Ecuatorial y otras consideraciones, es el botón de muestra de esta complicidad. Sin necesidad de analizar en profundidad el contenido del artículo de Jim Fisher Thompson queremos en primer lugar recordar al pueblo guineo-ecuatoriano que en su justa lucha por sus derechos legítimos debe dedicar sus esfuerzos analíticos y sus decisiones para desbancar y sepultar para siempre las intoxicaciones de sus eternos enemigos cuyo objetivo final es la perpetración de la explotación y rapiña de nuestros recursos naturales”. (La Diáspora, Nº 3 MAYO-JUNIO 2000).
Esta vez les ha tocado a los “observadores” de la Unión Africana (UA) y de la ACP hacer apreciaciones sobre el proceso electoral del 26 de Mayo que insultan a la inteligencia. Calificar de “pequeñas deficiencias” las graves violaciones del código electoral vigente en el país es actuar de mala fe y faltar a la verdad. En nuestra opinión, lo mejor que pudieron hacer esos “observadores” era no decir nada para evitar que en sus bocas entren moscas. En primer lugar (como alguien ya se preguntó) no se sabe quién y cómo se financia esos viajes “turísticos” de esos supuestos observadores si se tiene en cuenta que la Organización Panafricana atraviesa una crisis económica sin precedentes pero sí tienen dinero para sufragar los gastos de unos “observadores” que asistirán a la fiesta del pucherazo del dictador Obiang Nguema Mbasogo y cuya victoria “aplastante” del Partido en el poder celebrarán con alegría y champan en un lujoso hotel de Sipopo ante la mirada con desprecio de una población hambrienta, desesperada, engañada y sobre todo, atemorizada.
Los “observadores internacionales” que una vez más lo pasarán de maravilla con el dictador Obiang los declaramos enemigos de nuestro pueblo y de nuestra lucha por considerarlos los aliados subjetivos y objetivos que apoyan el poder despótico y sanguinario que azota a nuestra población; los que especulan sobre los intereses económicos de nuestro país. Para ellos Obiang y su régimen no son más que una pantalla de humo y es por eso que no les importa la suerte de nuestra población. Lo que les interesa es sólo la bárbara explotación de las riquezas de nuestro suelo y subsuelo.
No hay azar en la Historia. En efecto, los tres enemigos de nuestro Pueblo a saber:
•Nuestro enemigo directo: lo constituye el régimen dictatorial de Teodoro Obiang Nguema, su clan familiar y sus secuaces, los cuales con su aparato represivo cunden el terror y la miseria en el Pueblo, obligándonos a ser rehenes en el interior del país así como en el exilio.
•Nuestro enemigo indirecto: son los que hemos citado arriba (observadores internacionales y los gobiernos y países que explotan nuestros recursos).
•Nuestro enemigo camuflado: son los absorbidos “líderes” de los pseudo-partidos que han firmado el llamado “La Gran Coalición Electoral” que juntamente con el dictador, representan el principal obstáculo para un cambio pacífico y democrático en el país. Se han constituido en un muro que impide el ejercicio de las libertades políticas y económicas de los ciudadanos.
Otras de las hazañas de nuestro enemigo camuflado es de acentuar en vez de eliminar, las lacras que heredamos del pasado: las divisiones, la demagogia, las ambiciones oportunistas, etc.
En efecto, estos tres enemigos están rascando sus vestiduras y muestran la desnudez de sus sucias intenciones a raíz de la sensata, coherente y honrada decisión de la verdadera oposición democrática en el interior y en el exilio de no continuar haciéndole el juego a Obiang llamando a la abstención largamente seguida en las elecciones del 26 de mayo. Los amigos de Guinea Ecuatorial, aliados naturales de los oprimidos y explotados, comprendieron esta decisión, porque les decimos que los amigos de nuestros enemigos son nuestros enemigos; asimismo, los amigos que simpatizan con cualquiera de estos tres tipos de enemigos de nuestro pueblo son igualmente nuestros enemigos.