Por Armengol Engonga Ondo, Vicepresidente del Gobierno en el Exilio y del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.
Guinea Ecuatorial y sus habitantes, llevan mas de tres décadas sufriendo en sus propias carnes, las arbitrariedades de un Presidente-dictador, sin escrúpulos y sin sensibilidad, que con sus comportamientos corruptos y delictivos contra su pueblo, está causando mucho dolor a las familias guineanas.
El desprecio que Obiang está mostrando constantemente a su pueblo, le ha llevado a perder definitivamente su simpatía. Así, la credibilidad y la aceptación que algunos guineanos le profesaban, se ha tornado en una profunda rabia contra este, su familia y todo el clan dominante. Se puede decir que su régimen se encuentra actualmente al borde del precipicio. Gracias al gran impacto mediático que supuso el escándalo de la Banca Rigs y su posterior caída en 2003 -debido a una investigación llevada a cabo por el Subcomité del Senado Norteamericano- en el que se pudo comprobar que esta familia acumulaba, solo en este banco, mas de 700 millones de dólares, destinados única y exclusivamente para sus caprichos, nuestro pueblo pudo tomar conciencia sobre la gran tragedia que le había sobrevenido con la dictadura de Obiang Nguema.
Desde el Gobierno en el Exilio estamos contemplando con verdadero dolor la situación de exclusión social y de auténtico apartheid económico que soporta una mayoría de guineanos, cercana al 80%, que han sido relegados -en su propio país- tanto por la elite que sostiene a la dictadura, como por los propios extranjeros. Estamos viendo con horror como los trabajadores foráneos ocupan los puestos importantes en las empresas y nuestros compatriotas quedan relegados del mercado de trabajo -hasta los trabajos menos especializados les son negados a los guineanos-. Además, para desprecio y escarnio, los guineanos tienen que oír de la boca de Obiang que son unos vagos. ¡¡Qué asco¡¡. Con todo esto hemos llegado a una situación en Guinea Ecuatorial, en la que todos los productos y servicios se contratan a empresas extranjeras, por lo que el tejido de la pequeña y mediana empresa ha quedado sentenciado de muerte para los restos. La familia Obiang -al igual que una satrapía- controla la gran mayoría de los recursos de nuestro país.
Se puede decir que no existe negocio en el que no esté presente algún miembro de la familia Obiang, llegando a controlar más del 55 % de la actividad económica del país. Y así entre las actividades en las que se encuentran presentes de forma masiva son: la industria de extracción del petróleo -un verdadero coto de su propiedad- la pesca, la explotación forestal, el transporte, la construcción, tanto de edificios, como de infraestructuras, la sanidad privada -en manos de mamá "KO"-, etc.
En los últimos años, los propios guineanos y toda la opinión pública internacional, hemos podido ver a la familia Obiang en una exagerada y obscena exhibición de lujos y caprichos por todo el mundo, precisamente con el dinero robado a nuestro pueblo. Pero el colmo de los despropósitos, la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del pueblo guineano, ha sido el nombramiento como sucesor de la dictadura -a modo de monarquía hereditaria- de lo peor de su estirpe: el disoluto, inculto, caprichoso y degenerado hijo, Teodorín. Este hecho ha abierto una verdadera brecha entre Obiang y su pueblo y ha disgustado enormemente a países con intereses en Guinea Ecuatorial como, Estados Unidos, Francia, Espña, Gran Bretaña, Alemania, Canadá, etc. No se puede insultar de forma mas descarada a su propio pueblo, ni desafiar mas abiertamente a toda la comunidad internacional. Esta forma tan arbitraria de actuar que ha mostrado Obiang en los asuntos de la res-publica, encuentra cierto parangón con la decisión del emperador Calígula de nombrar a su caballo "Incitatus," Cónsul y Sacerdote.
En el momento actual, Obiang Nguema, está derrochando todos sus esfuerzos y todos sus -nuestros- recursos en pedir apoyos internacionales a Gobiernos y a personalidades de América y de España, sobre todo, a mandatarios africanos del Golfo como Boni Yaya, Presidente de Benin, con el fin de que interceda ante los americanos, en su calidad de Presidente de la Union Africana, para que le alivien de la presión internacional que sufre el y su familia.
El panorama que se le presenta al régimen de Obiang, es mas que preocupante para los intereses del dictador, de toda su familia y de su clan. Por ello están poniendo toda su energía en perpetuarse en el poder y seguir disfrutando de sus ventajas. Pero el pueblo guineano ya ha juzgado a esta banda de ladrones, matones y asesinos. Su sentencia es clara y nítida: deben de abandonar el poder cuanto antes, para así evitar un derramamiento de sangre de guineanos inocentes y una mas que segura condena de su régimen por crímenes contra la humanidad.
Desde el Gobierno en el Exilio estamos en condiciones de sentenciar que la dictadura de Obiang no sobrevivirá a la profunda crisis política que vive actualmente, por muchos asesinatos por envenenamiento que estén dispuestos a seguir perpetrando contra personalidades y políticos que han formado parte de sus gobiernos. O por muchas amenazas a los disidentes exiliados en España. Creemos que ha llegado el momento de que todos los opositores nos preparemos para el regreso en libertad a Guinea Ecuatorial y que reforcemos nuestras convicciones democráticas y nuestra ansia por llevar la libertad a nuestro pueblo.