jueves, 3 de noviembre de 2011

Indicios, como con los terremotos




Algo está pasando y de la agudeza y el talento, depende la vida de muchas personas. Nos referimos a nuestro país, Guinea Ecuatorial.


La globalización, las posibilidades de las sociedades avanzadas para ayudar a los más débiles, los medios de comunicación y la dispersión heterogénea hace que nos llegue mucha más información que años atrás.

Nosotros sabemos que se puede conseguir una sociedad madura y preparada con los hombres y las mujeres que padecen el aberrante régimen, de incompetencia atroz, que dirige el sátrapa, T. Obiang Nguema.



Tenemos el convencimiento de que ha llegado la hora de poner punto final a tanta inmunidad con la maldad y los generadores del dolor ajeno. Los ciudadanos libres queremos una sociedad libre. La vergüenza que representan estas tiranías es, por fin, motivo suficiente como para erradicarlas de la faz del planeta.

Como preludio de una tormenta, un movimiento sísmico o la erupción de un volcán; se suceden las teorías.

De un tiempo a esta parte, observamos cómo se mueven los peones en este tablero de ajedrez. 


España, su Gobierno, siempre ha torpedeado las posibilidades de apertura en Guinea Ecuatorial. Su eficaz apoyo a la tiranía es un hecho incuestionable así como la represión que ejerce sobre los exiliados. El que los socialistas españoles estén en horas bajas y ya no puedan salvaguardar su colaboración y complicidad con el sátrapa, sin que se les caiga la cara de vergüenza, no ha impedido el que mantenga a la disidencia bajo un estricto y asfixiante control.



La situación de crisis en España ha devuelto protagonismo a los ciudadanos. Curiosamente, una vez más, la gente sencilla, hombres y mujeres, han recobrado la capacidad de hacerse oír y exigir. Nunca antes, como ahora, el Presidente Moto, había sido reclamado para tantos actos, fundamentalmente informativos, políticos, económicos y sociales.  Hoy, le tocaba el turno a TVE.