jueves, 3 de noviembre de 2011

EL CRISTIANISMO COMO FACTOR DE DESARROLLO HUMANO Y ECONÓMICO EN GUINEA ECUATORIAL.


Por Juan Cuevas



A estas alturas de nuestra civilización, ha quedado demostrado que no existirá ningún tipo de desarrollo humano ( económico, de libertades y democrático), sin el correspondiente desarrollo y mejora de los indivíduos, los sujetos de derecho que forman la sociedad: las personas. Hemos tenido ocasión de comprobarlo en dos momentos  importantes de nuestra historia; el primero en el siglo pasado, con la caída del comunismo y su devaluación  como una de las ideologías que más daño ha infligido a la sociedad de nuestro tiempo. Y últimamente, ya en el siglo 21, la crisis provocada por un  capitalismo financiero, tremendamente egoista  e insolidario , que ha sacudido los mercados mundiales, llevándonos a una de las peores crisis económicas de la historia.

En el pasado siglo hemos podido comprobar, como el  camino elegido por la mayoría de los estados africanos, desde su emancipación, ha sido equivocado. Los principales gobernantes queriendo, tal vez, alejarse de sus colonizadores,  renunciaron a aquellos valores que habían hecho grandes a sus antíguas  metrópolis (y por ende a toda la sociedad occidental),  parte de ellos trasmitidos a sus colonias. Estos gobernantes africanos, en vez de utilizar esos valores para configurar y vertebrar sus sociedades, creando auténticos  estados democráticos, homologables a sus antíguas metrópolis, decidieron adoptar como formas de gobierno, el  comunismo y el socialismo, o retroceder   a otras formas de organización tribal, con predominio de costumbres y modos atávicos. 

Este comportamiento lo hemos podido comprobar en la historia de Guinea Ecuatorial, con la toma del poder  de  personajes, como Macías Nguema o su sobrino Obiang, alejados de ese mundo de valores y vueltos a un oscuro africanismo lleno de brujería, de magia y de budú. Durante sus dictaduras hemos visto como han ido desapareciendo hombres de gran talla humana, formados en valores cristianos, humanos y democráticos; unos fueron asesinado impunemente por estos dos dictadores, y los demás, tuvieron que exiliarse a otros países. A Obinag no le ha interesado que los guineanos se formaran y ha preferido rodearse de gente inculta, sin criterio y fácilmente maleable. Todo esto ha traído la  devaluación de la enseñanza, una institución que en el pasado ha dado grandes hombres a este país. En la práctica, ha instalado un estado comunista-materialista (de control del pueblo) en el que la avaricia y el dinero se han puesto por delante de de las personas. El resultado ha sido la relegación de una parte de la sociedad, mediante un obsceno apartheid, contra sus propios hermanos, por el cual unos pocos han acaparada las grandes riquezas del país, creándose una nueva casta mayoritaria; los marginados y desheredados. 

También hemos comprobado con tristeza, como su antigua metrópoli, España, en vez de socorrer a este pueblo, víctima de una atroz dictadura, la mayoría de sus políticos  se han aliado con el dictador. Hemos visto desfilar por Guinea, para rendir pleitesía a Obiang; ministros, parlamentarios, empresarios, un ex-presidente del Senado y hasta el Presidentes del Congreso español, casi todos ellos pertenecientes al PSOE. Y no sólo esto, sino que además, se han creado fundaciones y asociaciones, controladas por todo este conglomerado de izquierdas, que "controla" las relaciones España-Guinea Ecuatorial. Y para mantener la presencia de todos estos elementos de la izquierda española en este país, han creado un partido homólogo al PSOE en el interior de Guinea, que participa en las instituciones de Obiang y que, de alguna forma, está  sirviendo para defender sus intereses particulares. 

El partido del Progreso, fiel a sus ideas cristianodemócratas,  piensa que se debe restablecer el orden de las cosas y volcar toda la acción y los medios económicos a esa población marginada y excluida de las riquezas, para así hacer justicia, devolviendo los bienes que les han sido hurtados e incorporando a dicha población de nuevo a la vida económica, política y social de Guinea Ecuatorial. Para el PPGE la educación es el mejor  instrumento que permitirá a la población incorporarse a la vida económica del país. El carácter educativo debe impregnar todas las actividades, porque entendemos que la formación no es exclusiva sólo del periodo académico, sino que, toda actividad debe de ser ocasión para aprender. Por ello queremos poner en marcha  diferentes planes  de formación de adultos y desarrollar un conjunto de actividades para toda la población, que permitan un amplio proceso de formación permanente.  

Creemos además, que para llevar a cabo un cambio sustancial en la sociedad guineana, será preciso contar siempre con la iniciativa de las personas y con su capacidad creadora. Por este motivo, entendemos que el desarrollo en este país debe ser descentralizado, alcanzando a todos los lugares de la geografía, a la mayoría de los sectores productivos y con la implicación de la población. A diferencia con los procesos de industrialización, basados en una concentración de capitales en torno a un proyecto industrial, con gran cantidad de mano de obra en una cadena productiva, este nuevo planteamiento de desarrollo debe venir del conjunto de iniciativas particulares, nacidas de diferentes proyectos individuales, de pequeño y mediano volumen, diseminados por toda la geografía del país y aprovechando al máximo todos los recursos locales. Los trabajadores no serán ya elementos pasivos que esperan su contratación, si no, por el contrario, se convertirán en elementos activos , de cara al fomento de iniciativas de empleo y su participación en las mismas.