viernes, 23 de septiembre de 2011

ESPAÑA, DE NUESTRAS IMITACIONES.



                                                                                                                    
  Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial.

Lo he dicho y reiterado; y no me cansaría de decirlo y expresar  con ello mi profunda convicción de que, España es el horizonte de nuestra democracia.

Un conocido político español, diplomático y padre de diplomáticos, Don Carlos Robles Piquer, nos aconsejó, en uno de nuestros múltiples encuentros y reuniones: “No tengáis miedo a pedir ayuda económica a España…”


Si esto es así, no es extraño que, tras ciento cincuenta años de colonización española; superados, con matrícula, los cinco años de Provincias Españolas del Golfo de Guinea; y aprobados con sobresaliente los cuatro años de Autonomía, España se constituyera en el necesario horizonte de nuestro caminar hacia la democracia. Casi por razones  de pura de inercia y por circunstancias obvias de ascendencia cultural de unos y de supervivencia y dignidad cultural, los otros. Hasta las razones de simple mimetismo, emulación y no poco orgullo para los españoles, transmisores, y guineos, receptores; hasta el substrato y poso de convivencia a lo largo de los años citados, hacen natural ese sentimiento de cercanía, imitación y calco de Guinea Ecuatorial a los avances en libertades y democracia de la antigua potencia colonizadora.

(Reconozco el resquemor, la urticaria y esa “humildad de gancho”, mezclados con no poca falsedad y bastante “mea culpa” con que se oyen y reciben estas afirmaciones. Todas las colonizaciones acaban siempre igual. Lo novedoso y difícil, pero  recomendable sería que ambas partes abandonaran ese complejo de culpabilidad en el que se refugian unos, para eludir responsabilidades; y el complejo de inferioridad o de haber sido “violados” en el que se hunden fácilmente los otros)

Yo siempre he pensado que ninguna colonización llega verdaderamente a su fin, hasta que la colonia se adentra de lleno en la normalidad democrática. (Y enseguida saltarán los grandes filósofos europeos y dictadores africanos, promotores de las teorías  de las diferencias étnicas y racistas, para señalarnos: “Tened presente que esto es África” –Es el inexpugnable refugio y justificación, para seguir colonizando y tiranizando, a sus anchas, a África.

Es muy posible que sea esta frase, que cierra todas las puertas del desarrollo a África, la que hace, por ejemplo, que tras ciento cincuenta años de colonización, superados los años de Provincia y Autonomía y cuarenta y tres años de independencia, las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, no hayan alcanzado ni el “cenit” del  conflicto total, ni tampoco el “nadir” de la frialdad absoluta. Y dice el Señor:” Yo te quiero frío o caliente; pero como eres tibio, te vomitaré de mi boca…”

Lo que marca la normalidad es que España hubiera acompañado a Guinea Ecuatorial hasta alcanzar nuestro país la normalidad democrática. Que con la misma decisión y dedicación con que erradicó España (sin violencia) la dictadura, con esa misma decisión hubiera conjurado la posibilidad de que esa lacra asesina, e inhumana fuera trasladada a Guinea Ecuatorial; con la misma inmoralidad y sevicia con que algunas empresas españolas llevan a nuestro país despojos de pollos, patas de cerdo podridas y malolientes, y chicharro cargado de gusanos; así como latas de sardinas y otras conservas ultra caducadas que  nos sirven a los presos de Black-Beach.


Es una obligación moral y diría patriótica para nosotros tener a España como horizonte democrático, en la trayectoria hacia ese estado y esa vida y desarrollo político a los que aspiramos llegar. Pero si España cree- como parecen afirmarlo muchos mandatarios políticos, empresarios y representantes españoles en Guinea Ecuatorial, que: “Hay que tener presente que aquello es África…” es evidente que no solo no nos servirá tener a España como horizonte democrático, sino, incluso más de un mandatario, político o empresario español  podría negarnos a imitar y emular la democracia, solo por ser africanos.

Si es  imposible  aceptar que la democracia (término de origen griego, no español) no se creó para ningún continente, ninguna raza ni color, ninguna cultura… Si incluso se cree muy concretamente que como “aquello es África” no le toca la normalidad política y la democracia; y si se está empeñado en esa afirmación, no nos debe extrañar que, como lo señala algún ex senador español,  a lo que se va a Guinea Ecuatorial es a conquistar grandes espacios de INTERESES MATERIALES, obviando, (porque aquello es África”) todos los demás intereses humanos, políticos, culturales, y tantos otros valores que los guineanos quisiéramos encontrar e imitar de España y que cimentarían con más firmeza nuestras relaciones. ¡¡Qué triste y luctuoso sería saber que, por ser África, en Guinea Ecuatorial solo cabe y hay que implantar la dictadura entre los negros, y  el colonialismo como forma de trato por los otros!!

METÁNOIA: Es un término griego, que significa cambio de mente o de pensamiento. Es evidente que en el caso de las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, mientras no se produzca una profunda metánoia tanto en nosotros como en los españoles, no solo no nos llegará la DEMOCRATÍA: Término griego que significa autoridad del pueblo; sino que nunca saldremos de la dictadura-colonia.

Gracias a Dios y suerte para Guinea Ecuatorial, porque el Partido del Progreso como formación política guineo ecuatoriana, tanto su Presiente como toda la directiva y la militancia que nos rodea ya hemos sufrido la “metánoia”. Ni sentimos la vergüenza de haber sido “violados” por la colonización, ni permitimos que nadie se siga riendo de nosotros porque “aquello es África”. Por otra parte, el exilio siempre nos ha servido para sentirnos arropados por un generoso cordón de amigos, colaboradores, asesores y compañeros de camino españoles, afortunadamente contagiados con la necesaria metánoia. Creemos, como los grandes  pedagogos, que cuanto más atrasado sea el alumno, mejor maestro necesita. No al revés. Cuanto más África y africanos, mejor horizonte democrático necesitamos. Quizás, solo así serán legítimos los INTERESES que en nuestro país se consigan.