miércoles, 21 de septiembre de 2011

¡¡ BASTA YA ¡¡ DE TANTA VILEZA.





Por Juan Cuevas

Por diversos avatares y circunstancias de la vida, me he sumado a la lucha de los exiliados guineanos (considerados para mí, hermanos) que sufren la mayor de las tiranías imaginables: la dictadura de Teodoro Obiang Nguema. La verdad, es que nunca he entendido ni, por mucho que lo intente entenderé, toda la vileza, la  bajeza moral, la corrupción y la mentira que envuelve a este viciado entorno en el que se desenvuelve el pueblo guineo ecuatoriano.


Cuando se accede, desde fuera y sin  prejuicios ni intereses de ningún tipo, sólo por  curiosidad o por una cierta fascinación que  ha suscitado para mi esta gente, se ven las cosas con bastante objetividad. Así he podido conocer de cerca la visión (opinión) del gobierno español sobre Guinea,  y por otra parte, la acción de los muchos lobbys de Obiang aquí en España; la de algunos políticos españoles, a través de las diferentes visitas de estos a Guinea Ecuatorial ( siempre para rendir pleitesía al Dictador). De otra parte,  he conocido y tratado a ciudadanos guineanos exiliados de a pie  y a sus principales  líderes. He oído sus relatos ,  sentido sus miedos y desesperación por su situación personal y la de  su pueblo, y  también he comprobado la dura realidad de su forzado exilio.

Todo esta situación me ha parecido una macabra confabulación de la historia para distorsionar la verdadera realidad, la penosa realidad, y presentar un espejismo de desarrollo económico en Guinea,  que no es tal, una situación política más o menos normalizada (que no es cierta) y una visión intencionadamente amañada de las cosas, en la que los villanos  se convierten en personas honorables y los honrados en villanos. Un mundo al revés. Y es que la corrupción ha llevado a la mentira, para así ocultar muchos  intereses inconfesables y a presentar una realidad ficticia que oculte sus  sucias acciones. 

Algunos políticos españoles se dedican a intoxicar a la opinión pública de este país, presentando a Guinea Ecuatorial como un  paraiso de opostunidades  y de negocios para las empresas españolas, cuya  población (la guineana) goza de una buena situación socioeconómica  y los partidos políticos,  los de la oposición interior   se les considera  la  oposición  "legal", que coexiste sin problemas con un régimen tiránico y de partido único. Mientras tanto,  la verdadera oposición, la  exiliada,  está  siendo diezmada por los  constantes  asesinatos y purgas del régimen de Obiang Ngema, llegándoseles a considerar  como vulgares delincuentes.

La acción de los muchos lobbys, compuestos por: despachos de abogados, confidentes del régimen, asesores de todo pelaje y la de los empresarios españoles (afincados desde hace mucho tiempo en Guinea). Todos estos grupos de presión, beneficiados por Obiang, se disponen con gran entusiasmo, a adornar ante la opinión pública, los muchos logros de ese  régimen que les mima con millonarias sumas de dinero.

Sentimos la larga mano de la dictadura, que a través de estos apoyos en España, compra voluntades de muchos exiliados que no pueden soportar un exilio tan prolongado  y son invitados a volver a Guinea, para  luego ser encarcelados, asesinados  o corrompidos   por el régimen. Y a aquellos que se han mantenido firmes y no han querido doblegarse a la dictadura, (como es el caso de D. Severo Moto) quedan atrapados, desactivados y anestesiados aquí en España, sin poder hacer nada para cambiar las cosas en su país. Triste situación esta, la del Presidente del Partido del Progreso, al que se le ha intentado retirar la condición de refugiado en España, tal vez para que vuelva otra vez a la cárcel de Guinea, o para ser asesinado por su cruel enemigo, Obiang Nguema. D. Severo Moto se encuentra aquí en España sin pasaporte, retenido en nuestro territorio y sin poder moverse. 

Existe, por otra parte,  un factor que está socavando  la unidad de la oposición  guineana en nuestro país, y es  el acercamiento de ciertos partidos independentistas y grupos étnicos guineanos a los partidos nacionalistas e independentistas españoles, como: ERC, CIU, PNV y BNG, estos están marcando una impronta negativa sobre estos grupos, que les alientan a la lucha étnica y a la segregación territorial de una parte de Guinea. Situación esta, de consecuencias imprevisibles para los guineanos, una vez llegado el momento  de gestionar el pos-Obiang. 

Quisiera transmitir a la opinión pública española la constatación de que no todos los negros son faltos de cultura y preparación. Existe una generación guineana, entre la que se encuentran la mayoría de los líderes políticos exiliados en España, formada con el máximo cuidado en lo académico y en lo humano, en una época de mayor florecimiento de la presencia española en Guinea. Esta generación compuesta por hombres y mujeres, dotados de grandes valores, deben de jugar un papel decisivo en la transición a la democracia, tarea que necesariamente debe de emprender Guinea Ecuatorial.   

Hay líderes políticos y pensadores que creen que los guineanos tienen que buscar sus orígenes y volver a sus ancestrales costumbres. Yo pienso que los guineanos, además, deben de rescatar (no perder) todo ese cúmulo formativo y de valores que el mundo occidental les inculcó, imprescindibles para instaurar una auténtica democracia en su país. Además de todos esto, es necesario asumir una serie de valores universales que conforman el sustrato de toda sociedad libre, como son: el sentido de libertad en todos los campos, el valor de la persona y sus derechos individuales, la iniciativa privada, la cooperación y la participación en la sociedad; la capacidad emprendedora de las personas, el compromiso de mejorar la sociedad en la que nos movemos, etc.. En esta sociedad globalizada en la que vivimos, estos valores no pertenecen ya en exclusiva al mundo occidental, son patrimonio de todos los pueblos.

Se hace necesario que los españoles restituyamos la verdad de las cosas y mediante un ejercicio intelectual honesto, nos acerquemos al mundo guineano,  apartando todo aprovechamiento económico. No se puede ver a este territorio solo como el lugar del que podemos sacar grandes beneficios, sin importarnos para nada sus gentes. Tenemos que pensar antes en las personas, en procurar para ellos la misma libertad y democracia que nosotros disfrutamos en España. Es necesario, por tanto,  repudiar la dictadura que los oprime, evitando  siempre cualquier forma de legitimación del sátrapa  y asesino que les gobierna. Este debe ser el compromiso de todo español de bien para con nuestros hermanos  guineanos.