viernes, 7 de mayo de 2010

Teodoro Obiang Nguema, dictador de Guinea Ecuatorial, viaja en un avión medicalizado a un hospital, no revelado, del reino de Marruecos.




Según fuentes solventes y cercanas a la familia del déspota guineano, esté habría salido esta madrugada en dirección a Rabat. Algunos testimonios nos apuntan que el dictador iba asistido con mascarilla de oxigeno y nos aseguran que no se trata de un viaje para una revisión de rutina y que más bien obedece a un agravamiento de su ya precario estado de salud.

Teodoro Obiang Nguema está tratándose de un cáncer de próstata y realiza periódicos reconocimientos así como se somete a tratamientos oncológicos en una clínica del reino alauí.

La familia del tirano se encuentra reunida en bata y teme por la evolución tras este nuevo episodio de la enfermedad que padece. La preocupación es notable y se mantiene un absoluto mutismo al tiempo que se refuerzan las medidas de seguridad en torno a los más directos miembros del clan de la dictadura. Efectivos militares están reforzando los aeropuertos y enclaves estratégicos de la república.

Nadie tiene información en tiempo real y no se permite la divulgación del estado de salud del dictador. El hijo, al que apodan “teodorín”, está dando órdenes y se prepara para asumir la responsabilidad de continuar con la represión y esclavitud del pueblo en beneficio de la familia.

El hijo del dictador ha dado sobradas muestras de total y absoluta incapacidad para gestionar nada en el sector público. Su estulticia natural y su falta total de formación, le hacen tremendamente peligroso para Guinea Ecuatorial y para su zona de influencia.

El Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, está reunido y mantiene contactos con otros grupos de la disidencia y del interior para seguir las evoluciones de este nuevo capitulo de inseguridad y desinformación. Se está solicitando, vía diplomática, que los países con intereses en el Golfo que apoyen una solución pacífica que lleve al pueblo de Guinea Ecuatorial a unas elecciones libres y democráticas.

Existe el temor de un periodo de desestabilización y violencia, a manos de los sicarios del régimen y que habría de evitarse a toda costa. La sola insinuación de que “Teodorín” podría hacerse con el poder, pone los pelos de punta hasta a los más fieles seguidores y cómplices del dictador.

Los exiliados y disidentes están pidiendo que las potencias occidentales ayuden en el proceso de transición a la democracia y no permitan que la irresponsabilidad violenta de estos tiranos se enquiste en el cuerpo social y económico de Guinea Ecuatorial.

Los ejemplos de inestabilidad recientes en países de la zona como Togo o Gabón, deberían evitarse.

Seguiremos informando.