jueves, 7 de febrero de 2008

SIMON MANN Y SEVERO MOTO NSA

Por Severo-Matías MOTO NSA Madrid.-Hace mucho tiempo vienen informándome, desde fuentes muy directas de la tiranía de Obiang Nguema Mbasogo, de que Simon Mann, y yo, somos los dos últimos objetivos en los que el tirano matón tiene centradas sus apasionadas ilusiones y avaras ansias de muerte y asesinato. Conocedor de esta tremenda realidad, al conocer que Simon Mann había sido entregado a las garras asesinas de Obiang Nguema y su tiranía, evidentemente supe que mi destino en manos del asesino está cada vez más cerca.

En un confidencial de Internet, se ha dejado constancia de la credibilidad que las informaciones suscritas por el pseudónimo de “TOPMAN” crean en sus lectores. Tengo que confesar personalmente que TOPMAN, merece muy especialmente toda mi credibilidad personal. El Partido del Progreso (PP), y todo lo que esas siglas vienen significando en el pueblo de Guinea Ecuatorial (sobre todo, desde que fuera prohibido por la tiranía del todavía presidente de Guinea Ecuatorial) es y asume con absoluta valentía y plena responsabilidad el dolor de estómago y la comezón de negra conciencia política y social que causa a la tiranía. TOPMAN asegura y se reafirma, en su información en que el tirano guineano ha pagado 27 millones de dólares a la mujer de Robert Mugabe para conseguir que las faldas (bajo las que todo lo puede Obiang Nguema) consignan lo que la justicia no puede. Otras informaciones aseguran, efectivamente que los millones de barriles de petróleo, y otras entregas de petrodólares realizadas a Robert Mugabe y a sus funcionarios no han sido suficientes ni capaces de conseguir el “rapto nocturno” de Simon Mann. Han tenido que mediar las faldas (especialidad de un tirano de “40 hijos y 60 mujeres”...) ¡¡¡Viva África, sus presidentes y sus apoyos occidentales!!!

Encadenado hasta el cuello
Nos informa TOPMAN que Simon Mann fue llevado al “palacio del pueblo” donde se halla el despacho de trabajo del tirano equatorguineano.
Atado con una cadena desde los pies hasta el cuello; en el más puro estilo de las viejas películas de antropófagos africanos o indios; rodeado del terrible y comburente fuego de la flor y nata de la tiranía -Armengol Ondo Nguema, Manuel Nguema Mba, Antonio Mba Nguema, Ondo Nkumu, Teodorín Nguema Obiang, Gabriel Mbega Lima y otros muchos...- Simon Mann fue interrogado, en primer lugar, sobre si aseguraba que Severo Moto era el principal “cómplice de todos los hechos...”. Dice la información que Simon Mann no pudo contestar por que estaba atado de cadenas hasta el cuello.

No me queda más remedio que confesar pública y abiertamente, y hablo en nombre de todo el PP, que nuestro objetivo es acabar con la tiranía que destroza nuestro país. Vamos, que la esencia del Partido del Progreso (No sé muy bien, la de otros partidos de oposición guineanos...) es la de acabar con la tiranía que agota las constantes vitales del pueblo (pueblos) y disfrutar en Guinea Ecuatorial de la libertad y de los derechos humanos que otros países occidentales disfrutan. Nada que hagamos para alcanzar este hermoso y sagrado fin no es ajeno; lo hagamos nosotros (con enfado de los apoyos occidentales de la tiranía) o lo protagonicen otros (con apoyo y agrado de los mismos apoyos occidentales de que disfruta la tiranía)
El truculento “affaire” Simon Mann me “pilla” cuando acabo de anunciar mi propósito de abandonar el exilio y regresar a mi país de bello de origen. Diríase que la tiranía de Guinea Ecuatorial ha sabido aprovechar este anuncio ( en conexión con sus gemelos tiranos africanos) para, a su vez, montar el (para ellos) “órdago” del tema Simon Mann; naturalmente para asustarme y evitar mi propósito de retornar a mi país.

Mi órdago es claro. Reto a Obiang Nguema Mbasogo y a toda la tiranía que asola mi país, a que, en vez de cebarse y soltar sus ensangrentadas dentelladas sobre un extranjero, esperen a que yo llegue a mi país. Si el verdadero problema no es más que saber si Severo Moto era “cómplice de los hechos...” pido al Fiscal José Oló (mi “tío materno...”) que espere mi llegada al país (ya lo he anunciado) y dejen de martirizar a un extranjero, por mi culpa.