sábado, 31 de agosto de 2024

La Corrupción y la Falta de Liquidez Comprometen el Futuro del Régimen de los Obiang en Guinea Ecuatorial


Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


La situación actual de Guinea Ecuatorial se encuentra en uno de sus momentos más críticos debido a la profunda crisis económica y la corrupción endémica que atraviesa el país bajo la dictadura de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su familia. Durante más de cuatro décadas, el régimen de los Obiang ha saqueado el erario público sin cesar, llevándolo al borde de la quiebra técnica.

 


La noticia más reciente es que tanto el anterior gobierno de Obiang como el actual, recién formado, se encuentran en un estado de ruina económica comparable a la bancarrota de un millonario que pierde su fortuna de la noche a la mañana. Esta crisis ha provocado la incapacidad del gobierno para cumplir con obligaciones básicas como el pago de salarios a funcionarios públicos, militares y, especialmente, a los cientos de mercenarios extranjeros que han sido contratados para proteger al régimen, incluidos rusos, bielorrusos, ugandeses, entre otros. Todo esto con el objetivo de asegurar la continuidad del poder en manos de la familia Obiang, incluso después de la desaparición física del dictador.

 


Ante la gravedad de la situación financiera, Obiang ha intentado obtener préstamos de los mercados financieros internacionales, recurriendo a instituciones como China, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras entidades. Sin embargo, estas instituciones han rechazado rotundamente cualquier solicitud de crédito, declarando al régimen insolvente. En lugar de ofrecer apoyo financiero, han sugerido al dictador que utilice los fondos de sus múltiples cuentas bancarias personales, resultado del dinero robado al pueblo guineano. En resumen, le han recordado que los recursos que faltan en las arcas del Estado están, de hecho, en sus bolsillos.

 


La corrupción desenfrenada que afecta al país también está generando problemas internos en el núcleo del poder, particularmente para Teodorín Nguema Obiang, vicepresidente y considerado el sucesor del dictador. El futuro de Teodorín es cada vez más incierto debido a los múltiples escándalos de corrupción que lo rodean y la creciente presión internacional para sancionarlo. Recientemente, se ha reportado que Teodorín se ha ausentado de sus responsabilidades en Guinea Ecuatorial y se encuentra en Asia, presuntamente para un proceso de desintoxicación.

 


Mientras tanto, el régimen también ha recibido una visita diplomática importante, portadora de un mensaje claro: Guinea Ecuatorial ha de transitar hacia la democracia una vez que termine la dictadura de Obiang. Desde su independencia en 1968, es decir, durante 56 años, los guineanos no hemos conocido lo que son las libertades individuales y colectivas como otros países libres, democráticos y desarrollados. Nuestros derechos civiles han sido sistemáticamente secuestrados y nuestro desarrollo, tanto económico como social, ha sido completamente comprometido bajo el mando de los Obiang.

 


Por tanto, no se requiere mucha perspicacia para llegar a una conclusión inevitable: los Obiang deben abandonar el poder. Durante décadas, han infligido un daño incalculable a la sociedad guineana, representando el peor capítulo de nuestra historia reciente. Su gobierno es el cáncer que ha sofocado a Guinea Ecuatorial durante 56 años de opresión, corrupción y estancamiento. La liberación del país de este yugo autoritario es esencial para construir un futuro democrático, libre y próspero para todos los guineanos.

 


La cuestión, por tanto, no es si el régimen de los Obiang caerá, sino cuándo y cómo se gestionará esa transición que tanto necesitamos para asegurar un futuro mejor para Guinea Ecuatorial.