martes, 3 de septiembre de 2024

UNIDOS EN LA DIVERSIDAD: EL DESAFIO INTEGRADOR DEL PARTIDO DEL PROGRESO


Por Juan Cuevas, Secretario de Formación del PPGE

Guinea Ecuatorial enfrenta un punto de inflexión crucial en su historia, una vez que la dictadura que ha dominado el país sea superada. En este nuevo amanecer, el Partido del Progreso tiene ante sí una tarea monumental que trasciende la mera gobernanza. Se trata de liderar una lucha decisiva contra las fuerzas que han mantenido al país en la miseria, la ignorancia, la enfermedad y el sufrimiento durante décadas. Esta misión, sin embargo, no puede ser entendida simplemente en términos de desarrollo material; es una batalla por el alma misma de la nación.


El desafío central que debe abordar el Partido del Progreso es integrar, no segregar. Esto significa que ni la economía, ni la tribu, ni la etnia, ni la religión, ni la región de procedencia deben ser factores de división. En una sociedad tan diversa como la guineana, el riesgo de fragmentación siempre está presente, pero la clave del éxito radica en la capacidad de forjar una identidad nacional unida en la diversidad.


Un enfoque integral para combatir la pobreza y la ignorancia


El primer frente en esta lucha es el combate contra la pobreza. La miseria que asola a gran parte de la población guineana no es solo una cuestión de falta de recursos; es también un síntoma de un sistema que ha fallado en proporcionar oportunidades equitativas. La erradicación de la pobreza no se logrará únicamente mediante la distribución de riqueza, sino a través de la creación de un entorno donde cada individuo pueda desarrollarse plenamente. Este es un proceso que requiere un enfoque multidimensional, que aborde tanto las necesidades materiales como las espirituales y educativas de la población.


El analfabetismo y la ignorancia a la que ha sometido la dictadura a los guineanos son, quizás, los obstáculos más perniciosos que enfrenta el país. La ignorancia, en particular, es una forma de esclavitud que mantiene al individuo atrapado, incapaz de acceder a la verdad y, por ende, a la libertad. En un mundo donde el conocimiento es poder, la privación del acceso a la educación es una condena a la perpetua dependencia. Por ello, la lucha contra el analfabetismo no es simplemente una tarea educativa; es un acto de liberación.


Construir una sociedad justa y equitativa


El progreso de Guinea no dependerá únicamente de la superación de la dictadura, sino de la capacidad del país para transformar sus adversidades en oportunidades de crecimiento y desarrollo. Esto implica un cambio de paradigma en cómo se concibe el desarrollo social y económico. No basta con mejorar las condiciones de vida materiales; es esencial fortalecer a cada ciudadano, dotándolo de las herramientas necesarias para que pueda tomar decisiones informadas y participar activamente en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.


Esta gran obra de justicia social no puede ser el trabajo de un solo grupo o generación. Debe ser un esfuerzo colectivo, un llamamiento a la solidaridad y al compromiso de todos los guineanos. En esta nueva era, la cooperación y la unidad serán los pilares sobre los cuales se construirá una Guinea próspera. Al unir nuestras fuerzas, no solo pondremos fin a años de sufrimiento y abandono, sino que también estableceremos las bases para un futuro donde la dignidad y el bienestar de cada persona sean la piedra angular de nuestra nación.


Un ejemplo de integración: El caso de Nigeria


La diversidad no debe ser vista como una barrera, sino como una fuente de fortaleza. Nigeria, con sus más de 250 etnias, es un ejemplo de cómo la integración es posible incluso en los contextos más desafiantes. A pesar de las diferencias culturales, religiosas y regionales, Nigeria ha logrado mantener un sistema democrático que, aunque imperfecto, ha permitido que la diversidad florezca sin comprometer la unidad nacional.


Para Guinea, la lección es clara: el camino hacia el progreso no pasa por la segregación, sino por la integración. La construcción de una nación justa, donde todas las voces sean escuchadas y todas las personas tengan la oportunidad de prosperar, es la meta hacia la cual debe dirigirse el Partido del Progreso. Solo entonces Guinea podrá romper las cadenas de su pasado y avanzar hacia un futuro de paz, prosperidad y justicia para todos.