domingo, 14 de agosto de 2022

CERRAR EN FALSO: EL GRAN PELIGRO QUE NOS ACECHA

        Falsas y fraudulentas elecciones de la dictadura, siempre para ganarlas

Redacción El Confidencial
 
No tenemos por qué repetir la historia en nuestro país. Existe conciencia suficiente entre los guineanos, aunque no todos lo manifiesten públicamente, de que no nos pueden volver a tomar el pelo los enemigos de la libertad, conduciéndonos hacia  una nueva dictadura, disfrazada de falsa democracia. Que tengamos clara conciencia de este peligro, no significa que se nos va a presentar un panorama fácil. Nada de eso, lo tenemos endiabladamente complicado. Pero al final sacaremos todo lo bueno que hay en nosotros mismos, e iniciaremos el cambio de forma correcta, como lo hicieran muchos países en Africa y en otros continentes. 
Por ahora la batalla del censo electoral ya la podemos contar en nuestro favor. Nos falta ganar otra batalla, la no concurrencia a las falsas elecciones que pretende convocar la dictadura y que no tienen otro objetivo que la legitimación internacional del régimen, haciéndolo homologable a cualquier otra democracia.  
El grado de penetración de la dictadura en todos los órdenes de nuestras vidas, dentro y fuera del país, es enorme, por lo que se nos aventura una batalla difícil y desigual, en la que se requerirá inteligencia,  ideas claras, generosidad y valentía. 
Siempre habrá alguien, no solo del régimen, sino también de los que se  cuentan entre la oposición, dispuestos a hacer lo posible para que la democracia no cuaje  en nuestro país, ya lo estamos comprobando. 
Son tan fuertes, tan adinerados y tienen tanto poder nuestros enemigos, que no nos lo van a poner nada fácil. Ellos desean a toda costa la impunidad para sus latrocinios y crímenes, y harán todo lo que esté en sus manos para engañarnos y salir indemnes de este difícil trance. 
              Guinea Ecuatorial,
 54 años de represión y del imperio del miedo

Vendrán falsos pastores portadores de mensajes divinos, agentes del régimen camuflados de opositores, pedegistas, falsamente compungidos, derramando lágrimas de cocodrilo,  pretendiendo conducir ellos mismos el proceso de democratización.  
La transición, lo hemos repetido muchas veces, requiere un cambio de actitudes personales, de modos de proceder, de instituciones limpias y de modelos participativos basados en la verdad y en la rectitud, y no en el engaño y la manipulación. También hemos de recordar que el nuevo edificio de la democracia se construirá con piedra nueva y no con los herrumbrosos restos de la dictadura. En una palabra: aquellos que de la mano del dictador han asesinado, robado y violentado al pueblo, no deben convertirse de la noche a la mañana en los nuevos paladines de la democracia. Tendrán que confesar los crímenes mas ocultos, delatar a los asesinos, arrepentirse y pedirnos perdón. Todo  este proceso debe estar precedido por la verdadera memoria histórica, para no perder de vista lo que ha supuesto la dictadura, de la dignidad de las personas y del pueblo en su conjunto, que ha sido pisoteada durante tanto tiempo y por ultimo, de la justicia, que debe sancionar todos los crímenes cometidos contra nuestro pueblo. 
Ateniéndonos a lo expuesto aquí, el proceso de transición a la democracia para Guinea Ecuatorial que queremos iniciar, no será, ni mucho menos, un camino de rosas.