jueves, 27 de enero de 2022

GUINEA ECUATORIAL: EL LUGAR DONDE QUIERO VIVIR

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


El Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial ha alcanzado su mayoría de edad. Esta afirmación no es cualquier cosa. Evolucionar y superar etapas no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Para llegar hasta este momento tuvimos que superar retos importantes, adaptarnos a las circunstancias y tener bien engrasados los mecanismos de control y seguridad para que no se pervirtiera nuestro objetivo de ser una herramienta al servicio de los guineanos.

Muchas formaciones políticas se encuentran encalladas en sus propios dilemas. Unos no saben cómo hacer para ser más participativos otros están anclados en sus propios dogmas y también los hay que son incapaces de resolver conflictos de liderazgo o de cambios de dirección en el seno de sus organizaciones.



Las formaciones políticas son como las familias. Los padres han de educar con mimo a sus hijos para que, llegado el momento, estos puedan desenvolverse en la vida con seguridad. En el Partido del Progreso hemos andado un camino largo y lleno de dificultades que nos ha hecho mucho más fuerte. Nuestros estatutos se cumplen, hemos alcanzado un nivel de dialogo y cooperación entre nosotros muy importante sobre todo a la hora de enfrentarnos a problemas complejos sin que nos incapacite. Tenemos la suerte de que cada vez son más las personas que quieren participar de nuestro proyecto colectivo.

En las reuniones que mantenemos de forma periódica directivos y simpatizantes, he comprobado que este modelo gusta a la gente. Nadie amenaza a nadie. Si tienes una idea buena y positiva para el grupo, se acepta.

En los años que llevo dedicado a la política he visto como cuando proponías algo que a los jefes no se les había ocurrido antes eras desplazado y apartado del grupo por la sencilla razón de que veían en ti un riesgo para sus espacios de poder. Muchos de los políticos que he conocido sospechaban de los que eran más listos o con mejores ideas que él. En el Partido del Progreso hemos superado esa etapa paternalista y egocéntrica de los líderes carismáticos para centrarnos en ofrecer un proyecto capaz de resolver problemas complicados con soluciones, las más sencillas posibles.



Nosotros pensamos que los mejores hombres y mujeres han de aportar lo que saben y entre todos hemos de ayudarles para que se hagan realidad sus recetas para superar las dificultades.

No hemos venido para cambiar a un dictador por otro. No estamos para enfrentamientos ciegos y fanáticos que expulsen de poder a los que están para poner a nuestro candidato. Nuestro objetivo es que mejoremos todos. Nos sentimos partícipes de los deseos de muchos que quieren lo mejor para sus hijos, así como una existencia en paz y sin miedo. En los encuentros que he mantenido con compatriotas exiliados he podido comprobar que lo que desea la inmensa mayoría no es que gobierne uno u otro, sino que puedan vivir su vida sin extorsiones o violencia como ocurre ahora.



En el Partido del Progreso creemos firmemente en una educación de calidad para que nuestros jóvenes sean capaces de enfrentarse a la vida con la mejor preparación posible. No somos menos que nadie y si no despuntamos en estos momentos es por falta de formación y de recursos. Esto tiene que cambiar.

Un directivo me decía que hemos de hacer la vida de los guineanos más fácil. Que puedas montar un negocio o una empresa. Tenemos que poner las bases para que todos tengamos a nuestra disposición el acceso a un hogar con servicios básicos como el agua, la energía o el saneamiento.



Muchos echan de menos que Guinea Ecuatorial no sea un destino turístico de calidad poniendo en valor la belleza de nuestro país. Tenemos que ser fiables y atractivos para los inversores. El Gobierno ha de impulsar el empleo de calidad porque creemos que las personas que tienen trabajo, paz y seguridad jurídica se animan a formar familias y a participar activamente en el desarrollo del país.

En definitiva, como digo siempre, todo está en nuestras manos. Hay que ser conscientes de que levantar Guinea Ecuatorial no es cosa de uno sino de todos. Tendríamos que pensar, en mi opinión, que los más organizados, los más preparados y, sobre todo, los más honrados, deberían estar al frente de este cambio que se vislumbra cercano.

No nos dejemos llevar ni por el odio ni por el rencor. Tenemos que superar estas páginas de pésimo gobierno, del abuso del clan familiar de Obiang Nguema y de la violencia institucional. Como dice el refrán: “Hechos son amores y no buenas razones”. Cambiemos el enfoque y centrémonos en salir de esta espiral de miseria y de unos dirigentes criminales. Hay que esforzarse por conseguir esa Guinea Ecuatorial en dónde queremos vivir. Tenemos todos los recursos, así como una población pacífica y colaboradora. No perdamos esta oportunidad. Este es un trabajo colectivo y estoy seguro que lo vamos a saber resolver de manera eficaz.