domingo, 12 de abril de 2020

LAS ACCIONES ILEGALES DEL REGIMEN DE MALABO LE RESTAN CREDIBILIDAD Y LEGITIMIDAD

Severo Moto y Armengol Engonga en una sesión de trabajo

Armengol Engonga Ondo, Vicepresidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial. 

La llegada de la Pandemia del COVID19, que actualmente asola a la mayoría de países del mundo y que estamos viviendo intensamente a través de los medios de comunicación, nos   embarga de una gran inquietud y preocupación, por lo que puede ocurrir en un país como Guinea Ecuatorial, que tiene que soportar además los embates de una de las peores dictaduras del mundo.
Los líderes políticos de todos los países están informando puntualmente a su población sobre todos los aspectos del Coronavirus, sobre los diferentes vectores de contagio, las prevenciones, el número de infectados, los muertes, así como  las medidas económicas necesarias que están llevando a cabo para evitar una catástrofe social y económica en sus respectivos países. 
En nuestro país, desgraciadamente, la única imagen en la que se ha visto al Presidente de la República, ha sido con una mascarilla y lavándose las manos junto a su mujer. No se le ha vuelto a ver mas, ha desaparecido. Como siempre ha eludido su responsabilidad propia de jefe del estado. No ha querido atender a su pueblo,  transmitiéndole  ánimo y aliento como lo han hecho otros jefes de estado. Será que no le importan los guineanos. 
Tampoco ha tomado todas las mediadas sanitarias y económicas que requieren esta grave pandemia. Solo sabemos que está escondido en Mongomo, habiendo dejado abandonados y a su suerte a todos los guineanos. 
Como es ya costumbre en la dictadura de Obiang, ha optado por la errática deriva de esconder toda la verdad y de mentir a los guineanos sobre la situación real de la pandemia, así como de los efectos futuros que se derivarán de la misma. 
Eso sí, el partido político oficial del Gobierno, el PDGE, usando de forma partidista y totalitaria todos los medios de comunicación oficiales, está montado una campaña terrible de fabricación de FALSAS NOTICIAS, con el objetivo de distraer la atención del pueblo sobre la grave situación sanitaria y económica que viven los guineanos.
No ha tenido repararos en difundir que el Presidente del Partido del Progreso, Don Severo Moto Nsa, estaba ingresado muy grave en un Hospital de Madrid, afectado por el COVID19. Como es conocido por todos, su terrible calumnia ha quedado desmontada fácilmente con un vídeo en el que el Presidente del Partido del Progreso aparece en plenas condiciones físicas y sin ninguna evidencia de estar infectado por el virus.
También acaban de volver a publicar que el Sr. Moto posee la nacionalidad española. Otra mentira flagrante y absurda, ya que  el Sr. Moto tiene la tarjeta de asilo político concedido por las autoridades españolas y nunca se ha querido beneficiar de una doble nacionalidad: sigue siendo un opositor guineano exiliado.
                Permiso de residencia con la condición de exiliado de Severo Moto en vigor

¡Cuanta preocupación por Don Severo Moto Nsa¡. ¡Qué obsesión por dedicarle diferentes epítetos y calificativos, todos ellos denigrante hacia su figura y trayectoria política¡. ¿No será que quieren hurtarle también al pueblo la esperanza en Severo Moto y en el proyecto de regeneración democrática  social y económica que encarna el Partido del Progreso? 
Mientras se van desmintiendo las diferentes falsedades, ellos van ganando tiempo y ocultando su inacción y su incapacidad de actuar con todos los medios posibles, para minimizar al máximo los efectos de esta terrible pandemia. 
La otra cortina de humo que ha extendido en estos días el Gobierno  de Malabo del Sr. Obiang, ha sido la polémica acción ilegal de obligar a renunciar a la nacionalidad guineana, inherente al hecho de haber nacimiento en el país,  a todas aquellos guineanos que tienen la doble nacionalidad. En este punto quiero recordar que en el seno de la familia presidencial, la mayoría tienen doble nacionalidad, muchos de sus hijos que han estudiado fuera, algunos familiares y ministros del gobierno, también la poseen. Hasta el propio Presidente se ha jactado de poseer el DNI español. También su hijo, el Vicepresidente, tiene nacionalidad francesa. 
Hasta aquí no se había producido jamás tal escándalo al obligar a la renuncia de la doble nacionalidad por decreto. Digo escándalo, porque todos los ciudadanos que nacen en un país, en una nación, adquieren por derecho natural la nacionalidad de ese país. Solo la propia persona que ha adquirido esa condición que le otorga el derecho natural, puede renunciar a ella o compatibilizarla con otra nacionalidad.
Todos estos montajes, sumados al hecho de la deserción del Jefe del Estado en estos momentos tan cruciales para Guinea Ecuatorial, hacen que tanto el Gobierno, como el Presidente pierdan toda la legitimidad para seguir en el poder. 
Me gustaría por otra parte,  ser optimista frente al futuro de nuestro país, Guinea Ecuatorial, ya que muchos  opositores estamos trabajando para que se produzca un cambio pacífico y sosegado hacia la democracia y hacia el estado de derecho, que aseguren el futuro democrático, social y económico de nuestro pueblo, en esta generación y en las venideras. 
Este es el camino que han seguido muchos países, especialmente en nuestro continente en estos últimos años. Este es el signo de los tiempos, una realidad en la que se dará de bruces el Presidente Obiang y que no va a tener mas remedio que aceptarla y favorecerla, si es que pretende dejar algún legado que valga la pena a nuestro pueblo. Nos vienen tiempos muy complicados, en los que  se requerirá el concurso y la participación del conjunto del pueblo guineano, tanto los guineanos que viven dentro del país, como los que estamos exiliados y que formamos parte (le guste o no a la dictadura) de la misma nación y que como los demás pueblos,  aspiramos a un mundo mejor. Un mundo mas libertad, con mas desarrollo y con mejor convivencia.
Hay que recordar como Obiang y su familia, así como el resto del clan que le sostiene, han sabido aprovechar la gran bonanza económica,  gracias a la aparición del petróleo en la década de los 90, para apropiarse de forma descarada del dinero de todos los guineanos, llegando a una tasa de corrupción inimaginable e insoportable. Además de ello y para desgracia de los guineanos, el régimen ni supo, ni quiso utilizar los beneficios del petróleo para crear tejido productivo propio y diversificar la economía, desarrollando otros sectores de la producción, como la agricultura, la ganadería, la pesca, la pequeña industria, el artesanado, el comercio, etc. 
Lo que habíamos venido anunciado diez años atrás, ha ocurrido: los ingresos procedentes del petróleo se han desplomado y nuestro país no tiene otra alternativa económica seria, ya que todos los sectores de la producción han quedado desmantelados. Las obras públicas han cesado, con lo que las empresas que daban ocupación a muchos guineanos se han marchado del país,  nos encontramos además sin actividad agrícola, con un sector pesquero artesanal, sin industria propia, condenados a las actividades de subsistencia y en muchos casos a la mendicidad. Este es la herencia, el triste legado de la era  Obiang.
A todo lo anterior hay que sumarle el efecto letal de esta pandemia  en la economía mundial. Este cese de la actividad en las industrias pesadas y manufacturera  ha llevado consigo una caída en el consumo de petróleo, con lo que los precios del crudo se ha situado ya por debajo de los 30 US$/barril. Las consecuencias a corto plazo para la economía de un país como Guinea Ecuatorial,  que ha fiado todo su desarrollo en el sector de los hidrocarburos, serán letales e irreversibles.
Gran parte de la oposición exiliada y de la oposición de dentro del país, coincidimos en el mismo planteamiento político para el futuro  de nuestro país: la puesta en marcha de un proceso de transición política hacia la democracia y hacia un estado de derecho, con la convocatoria de elecciones generales que devuelvan la soberanía a nuestro pueblo, una soberanía que se le ha venido hurtando durante mas de 40 años.