La mayoría de los militantes del Partido del Progreso, han tenido que tomar el exilio forzado para escapar de la cárcel y de la muerte.
La crisis humanitaria que está provocando la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, va camino de parecerse al holocausto que ha provocado Obiang Nguema, el dictador militar que gobierna nuestro país, Guinea Ecuatorial.
Hace algunos años muchos pensábamos que la organizada oposición interior de Venezuela iba a acabar con la incipiente dictadura de Hugo Chavez y con la ya consolidada dictadura de su sucesor, Nicolás Maduro. No ha sido posible, los venezolanos no han podido echar del poder a un Maduro que con el paso del tiempo se ha ido afianzando mas fuertemente en el poder.
La mayoría de los líderes opositores venezolanos (Antonio Ledesma, Leopoldo López, Henrique Capriles,..) fueron encarcelados y gracias a la presión internacional, muchos de ellos han podido salir de prisión, tomando el camino del exilio. Entre dirigentes políticos, magistrados y altos funcionarios, se cuentan ya mas de 200 exiliados políticos. Por otra parte, la crisis humanitaria que ha provocado la dictadura, en uno de los países mas ricos del mundo, ha condenado a la miseria a la mitad de su población, que ha emprendido su particular éxodo (se calculan ya tres millones de venezolanos desplazados) hacia España y hacia los países vecinos, Colombia, Perú, Brasil y Ecuador, principalmente.
En Guinea Ecuatorial, desde que se instaló la dictadura, un tercio de la población ha tenido que salir del país, bien por motivos económicos o por causas políticas. Y los muertos que han provocado las dos dictaduras, han sido innumerables.
Durante mucho tiempo países con intereses en Guinea Ecuatorial han estado manteniendo estrechas relaciones económicas con nuestro país, incluso han ayudado a que la dictadura se consolide y se mantenga. La acción interesada de toda una maraña de personajes, grupos empresariales y países que se han estado aprovechando de Obiang, han extendido una capa de silencio cómplice entre la opinión pública internacional, que ha ocultado nuestro particular holocausto.
Somos conscientes que la protección al dictador de personas, grupos y países, han conseguido alargar durante mucho tiempo la dictadura en nuestro país, pero también lo somos de que su abandono, y mas aún, su hostigamiento al dictador, contribuiría decididamente a acabar con la dictadura y abrir las puertas a la democracia en nuestro país.
Este es el camino que que un grupo de partidos opositores, entre los que se encuentra el Partido del Progreso, han iniciado hace algunos años: conseguir que la opinión pública internacional conozca la situación real de nuestro pueblo y que los grandes países con intereses en Guinea Ecuatorial, nos ayuden a acabar con el dictador y a iniciar un proceso de transición tranquila y pacífica haca la democracia.
Han sido muchos los países dictatoriales, que merced a la acción coordinada de la oposición y a la presión de la comunidad internacional, han conseguido acabar con la dictadura, e instaurar la democracia en sus respectivos países. Recordemos el caso de la expulsión del poder de Yahya Jammed, dictador de Gambia, invitado de honor de Obiang Nguema, como una coalición de países de la zona le echó del poder. También, y en contraposición, hemos podido contemplar los ríos de sangre que en muchos países africanos han causado los diferentes enfrentamientos civiles de origen étnico, así como, las rebeliones contra la opresión de origen dictatorial.
Después de haber conocido las torturas y encarcelamientos contra los militantes de CI y posteriormente la campaña de detenciones, secuestros y torturas que Obiang ha llevado a cabo contra algunos opositores en este ultimo mes, valoramos la actuación responsable de Severo Moto al decidir abandonar Guinea con destino al exilio, para evitar el ensañamiento del Dictador contra los indefensos militantes del PPGE.
La actividad, frenética, pero callado, que estamos llevando a cabo en el Partido del Progreso durante estos últimos años, consiste precisamente en convencer a los países e instituciones supranacionales para que fuercen al dictador a dar una salida pactada a la dictadura en nuestro país y acabar de una vez con esta barbarie.
Conseguir la democracia es una tarea de todos, de los partidos, de los activistas, de la asociaciones, de la gente de a pié y también de los que están al otro lado, aquellos que de alguna forma se encuentran en el lado de la dictadura. Todos, sin excepción, con generosidad y con espíritu de reconciliación, debemos emprender la dicicil tarea de llevar la democracia a nuestro país. Con esto no queremos decir que los crímenes vayan a quedar impunes, pero será la justicia libre e imparcial y no nosotros, la que determine la culpabilidad y dictará las correspondientes sentencias.
Desde aquí no queremos amenazar a nadie, pero creemos que Obiang, a la vista de lo que está ocurriendo en Guinea, debería reflexionar y aceptar un inicio de diálogo con la oposición exiliada, abandonar el poder, favoreciendo el correspondiente proceso de transición a la democracia. Esta vez, sin trucos.
Familias venezolanas abandonan su país
Los países limítrofes, que están acogiendo los refugiados, junto con la oposición venezolana, están pidiendo ya la intervención de las grandes potencias, para parar lo que es ya una catástrofe humanitaria de grandes dimensiones. En Guinea Ecuatorial, desde que se instaló la dictadura, un tercio de la población ha tenido que salir del país, bien por motivos económicos o por causas políticas. Y los muertos que han provocado las dos dictaduras, han sido innumerables.
Durante mucho tiempo países con intereses en Guinea Ecuatorial han estado manteniendo estrechas relaciones económicas con nuestro país, incluso han ayudado a que la dictadura se consolide y se mantenga. La acción interesada de toda una maraña de personajes, grupos empresariales y países que se han estado aprovechando de Obiang, han extendido una capa de silencio cómplice entre la opinión pública internacional, que ha ocultado nuestro particular holocausto.
Somos conscientes que la protección al dictador de personas, grupos y países, han conseguido alargar durante mucho tiempo la dictadura en nuestro país, pero también lo somos de que su abandono, y mas aún, su hostigamiento al dictador, contribuiría decididamente a acabar con la dictadura y abrir las puertas a la democracia en nuestro país.
Este es el camino que que un grupo de partidos opositores, entre los que se encuentra el Partido del Progreso, han iniciado hace algunos años: conseguir que la opinión pública internacional conozca la situación real de nuestro pueblo y que los grandes países con intereses en Guinea Ecuatorial, nos ayuden a acabar con el dictador y a iniciar un proceso de transición tranquila y pacífica haca la democracia.
Han sido muchos los países dictatoriales, que merced a la acción coordinada de la oposición y a la presión de la comunidad internacional, han conseguido acabar con la dictadura, e instaurar la democracia en sus respectivos países. Recordemos el caso de la expulsión del poder de Yahya Jammed, dictador de Gambia, invitado de honor de Obiang Nguema, como una coalición de países de la zona le echó del poder. También, y en contraposición, hemos podido contemplar los ríos de sangre que en muchos países africanos han causado los diferentes enfrentamientos civiles de origen étnico, así como, las rebeliones contra la opresión de origen dictatorial.
Después de haber conocido las torturas y encarcelamientos contra los militantes de CI y posteriormente la campaña de detenciones, secuestros y torturas que Obiang ha llevado a cabo contra algunos opositores en este ultimo mes, valoramos la actuación responsable de Severo Moto al decidir abandonar Guinea con destino al exilio, para evitar el ensañamiento del Dictador contra los indefensos militantes del PPGE.
La actividad, frenética, pero callado, que estamos llevando a cabo en el Partido del Progreso durante estos últimos años, consiste precisamente en convencer a los países e instituciones supranacionales para que fuercen al dictador a dar una salida pactada a la dictadura en nuestro país y acabar de una vez con esta barbarie.
Conseguir la democracia es una tarea de todos, de los partidos, de los activistas, de la asociaciones, de la gente de a pié y también de los que están al otro lado, aquellos que de alguna forma se encuentran en el lado de la dictadura. Todos, sin excepción, con generosidad y con espíritu de reconciliación, debemos emprender la dicicil tarea de llevar la democracia a nuestro país. Con esto no queremos decir que los crímenes vayan a quedar impunes, pero será la justicia libre e imparcial y no nosotros, la que determine la culpabilidad y dictará las correspondientes sentencias.
Desde aquí no queremos amenazar a nadie, pero creemos que Obiang, a la vista de lo que está ocurriendo en Guinea, debería reflexionar y aceptar un inicio de diálogo con la oposición exiliada, abandonar el poder, favoreciendo el correspondiente proceso de transición a la democracia. Esta vez, sin trucos.