La dictadura de Obiang Nguema ha ido demasiado lejos. Ha
creído que Guinea Ecuatorial es Corea del Norte, intentando sostenerse en el
poder con una represión callada, ocultada por el miedo y la intimidación.
Afortunadamente el trasiego de
información, debido a las redes sociales, que ha existido entre el exilio
–fundamentalmente el exilio en países occidentales- ha comenzado a airear todos
los atropellos y arbitrariedades que está cometiendo la dictadura, casi en
tiempo real.
En Guinea Ecuatorial se ha ensayado una nueva forma de
resistencia a la dictadura, que ha consistido en sacar a la luz de forma
inmediata, todo lo que está pasando. Sirva como ejemplo ejemplo la muerte de el
jóven Vidal, como casi televisado
en directo, en todos los rincones del mundo se pudo ver al desgraciado joven,
en el asiento de su coche, abatido por los tiros de un militar asesino.
Bien pudiera ser la muerte de nuestro
joven Vidal la mecha que incendie una revuelta popular en nuestro país, como lo
sucedido en la primavera árabe tunecina.
Seguro que los agentes de policía de la localidad tunecina de Sidi
Bouzid no habrían confiscado el puesto de frutas y verduras del
joven Mohamed Bouazizi si hubiesen intuido las consecuencias de ese pequeño
acto. Lo hicieron, sin embargo, y ese gesto desató una grave reacción en cadena
que comenzó el 17 de diciembre de 2010 con Bouazizi prendiéndose fuego
públicamente y terminó el 14 de enero de 2011, tras semanas de protestas, con
la huida del país de su presidente durante los últimos 23 años, Zine Abidine
Ben.
A estas alturas la
población guineana ha tomado conciencia ya de la tragedia que ha supuesto y sigue suponiendo en
sus vidas, la dictadura asesina y ladrona de la familia Nguema. Ya solo hace falta el detonante, la mecha
que venza el miedo a los asesinos de Obiang y comience nuestra personal
revolución.
La población guineana
aplastada por la bota de la dictadura militar de Obiang, no es plenamente
conciente de que la revolución ha comenzado ya en Guine Ecuatorial. Esta es la
particular revolución de los guineanos; la información, el trasladar –sin miedo-
todo lo que está ocurriendo, a cualquier parte del
mundo donde se encuentre un guineano. Todavía nos queda por saber encuentre un
guineano, casi en directo. Lo que no sabemos todavía el día en que caerá –con toda
seguridad- el dictador con toda su familia.