Por Severo Matías MOTO
NSA, Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.
*Para el dictador Obiang
Nguema, legalizar un partido es un gran favor que el partido debe pagar
con una fidelidad ciega a las “sabias orientaciones” del dictador; el Partido
del Progreso no lo entendió así, ni lo cumplió; y cayó en la prohibición
* Finalmente el dictador
acudió al recurso de “intentos de golpes de estado”, a sabiendas de que era lo
único que podía poner fin a su dictadura; y de que yo no era capaz de idear, ni
diseñar, ni programar, ni financiar, ni llevar a cabo tan legítimo recurso final.
TRAS LA LEGALIZACIÓN, LA
PERSECUCIÓN DESPIADADA E INUTIL.
Al débil y pueril plan de
Obiang Nguema, de intentar demostrarme que nadie podía resistirse a sus
tentaciones, sobornos y corrupción, se oponía con dureza y gran fuerza mi plan
de ser fiel, no solo a mis profundas convicciones políticas y morales; sino
también y muy especialmente a mi fidelidad a lo que el Partido del
Progreso y yo le decíamos a nuestros directivos, militancia,
simpatizantes y observadores, y la rotunda respuesta de afiliación y
arropamiento recibidos de ellos. No podía, no sabía defraudarles.
¡¡¡Al final, cayó la
legalización del Partido del Progreso!!!
El signo de que la
legalización no era un plato fácilmente asimilable por el que la tenía que
conceder y firmar, fue el pueril y cobarde gesto de dar lectura en último y
retrasado término al Decreto de legalización del Partido del Progreso, después
de contener el aliento de la población, que escuchaba la lectura de los otros
trece decretos de legalización de otros partidos, sumido en la duda y la tensa
espera de oír la lectura del Decreto de legalización del PP, en la noche de
aquel catorce de octubre de 1992.
Y tras la
legalización, la verdadera guerra final comenzó…
Ya me advirtieron, desde
los días de mi primera llegada a Guinea Ecuatorial (1988), en petición de
legalización del Partido del Progreso:
“Ya que no tienes
armas ni puedes dar un golpe de estado, como él, haz todo lo posible por
llevarle a las urnas libres… En unas elecciones libres, el pueblo te demostrará
lo que quiere… Y me lo repetían guineanos
y españoles; en Guinea Ecuatorial y en España.
¡¡¡Qué bien conocían -y
conocen- la gran debilidad e incapacidad de Obiang Nguema y de sus apoyos: ¡Las
elecciones libres!¡
Después de que
Obiang Nguema se viera obligado a legalizar el Partido del Progreso, adoptó
como siguiente paso, jugar a un doble reto:
a).- Consciente de mi
carácter netamente civil y mis orígenes profundamente cristianos, a la vez que
mi preparación ajena a la violencia ciega, descerebrada y asesina que le
caracteriza;
b).- Pero igualmente
consciente de que, en un orden normal de cosas, en unas elecciones
libres, limpias y democráticas, con un pueblo como el guineo, nunca podría
ganarme en votos;
Obiang Nguema centró su
reto contra mí, en dislocadas y ciegas denuncias de intentos de golpes de
estado; absolutamente consciente de eso que tan limpia, acertada y
soberanamente, dijo de mí, en su SENTENCIA, ni más ni menos que el
Tribunal Supremo Español:
“… Da, más bien, la sensación ---a la vista de los informes con
los que hemos contactado--- de un derrocamiento político por motivos económicos
de unos denominados “inversores” que ---conocedores de la oposición política
permanente del recurrente con el régimen imperante en Guinea Ecuatorial---
utilizan al mismo como elemento formal con el que poder camuflar su
auténtica finalidad económica, pero sin tomar en consideración los
proyectos políticos del recurrente, que, quizás imprudentemente y sin
conocimiento de la operación, se limita a encabezar formalmente la misma, que
no ha planificado, ni organizado, ni dirigido, ni liderado militarmente, ni, en
fin, financiado” (SENTENCIA/Tribunal Supremo. Sala de lo
Contencioso-Administrativo. Sección: Quinta. /Rec. Ordinario (c/a) Núm.:
192/2008 MADRID, veintisiete de Marzo de dos mil ocho)
A pesar de esta sentencia
de 28 hojas, meticulosamente elaborada por el Tribunal Supremo Español para
rebatir y quitar peso no solo a las violentas acusaciones de Obiang Nguema
Mbasogo; sino especialmente a la abundante documentación elaborada en España,
contra mí, dando pábulo, propalando y ofreciendo eficaz y maliciosa catapulta
internacional a las denuncias de Obiang Nguema y su régimen; no ha sido nada
fácil -sino imposible- recuperar el honor, la intachable fama de la labor
política del Partido del Progreso y de su Presidente. El poder del dinero
corrupto ha podido muy por encima de la rectitud y limpieza de nuestra
formación política; hasta el grado de que Obiang Nguema, herido en su nula dignidad,
ha llegado a financiar con 15 millones de dólares el secuestro e intento de
asesinato, en Croacia, del Presidente del Partid del Progreso.
Si algo es irrebatible y
absolutamente comprobado, es que, mientras Obiang Nguema Mbasogo, su régimen y
sus amistades espurias quieren y esperan abatirme a tiros en un golpe de
estado, el Partido del Progreso, el pueblo que nos espera y yo, aguardamos a
Obiang Nguema y a su régimen, apostados, con el voto libre y limpio, junto a
las URNAS democráticas y justas. ¡Este es el gran reto!
¡¡¡Frente a su cobardía,
apoyados en las armas de muerte; nuestra valentía, apoyados en las urnas
libres!!!