Por Armengol
Engonga, Vicepresidente del Gobierno en el Exilio
y del
Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial
Inmediatamente después de la caída
del régimen terrorista y corrupto de Teodoro Obiang Nguema, y casi al minuto
siguiente, se debe iniciar una transición política hacia la democracia en
nuestro país, Guinea Ecuatorial. Esta tendrá como único objetivo, cumplir
con el anhelo, el deseo y la demanda generalizada de todos los guineanos, de
vivir en democracia. Democracia que ha venido siendo permanentemente hurtada
por las dictaduras desde nuestra independencia, hace ya mas de 47 años.
Desde la aparición del Gobierno de
Guinea Ecuatorial en el Exilio ( 29 de Agosto del 2003) en el escenario
político guineano, venimos defendiendo, de forma insistente, un nuevo modelo de
sociedad para nuestro pueblo. Sabemos cómo hay que preparar el andamiaje para
la normalización política, social y económica de Guinea Ecuatorial. Y estamos
convencidos que este régimen, después de arrasar con todo, como una invasión de
termitas, desaparecerá, convirtiéndose sólo en un triste recuerdo para los
guineanos.
La transición política
hacia la democracia en nuestro país, debe ser corta, en un espacio de tiempo
que oscilará, desde un mínimo de seis meses, hasta un máximo de un año. Durante
este periodo, habrá que establecer entre otras cosas, una ley de Partidos que
recoja los derechos y obligaciones, las funciones, el modelo de financiación,
etc., de los partidos políticos, que operarán en el territorio de Guinea
Ecuatorial. Se elaborará, además, un Censo Electoral, validado por
Naciones Unidas y aceptado por la comunidad internacional. Por otra parte, se
establecerá un Gobierno de Transición plural y ampliamente representado.
En él deben quedar integradas la mayor parte de las fuerzas políticas de
nuestro país y algunas de las personalidades guineanas de relieve. La primera
misión de este Gobierno será asegurar la transición a la democracia de nuestro
país, mediante la puesta en marcha de las Elecciones Presidenciales, exigiendo
la monitorización de las mismas, por parte de la comunidad internacional.
El Partido del Progreso,
siempre ha defendido que el periodo de transición debe ser corto. Primero,
porque el pueblo guineano quiere expresar cuanto antes su opinión y ejercer su
derecho al voto, en unos comicios generales para elegir a sus representantes y
segundo, porque un Gobierno de Transición no está plenamente legitimado por el
pueblo, y por tanto, debe ser lo más breve posible. Además, en los 48 años de
independencia de nuestro país, los guineanos solo hemos conocido engaños,
manipulaciones y atracos electorales a manos de los dictadores Macías Nguema y
su sobrino Teodoro Obiang Nguema.
Existe un hecho
determinante que avala la necesidad de una transición breve, y es que el pueblo
guineano debe confiar cuanto antes en su nueva clase dirigente, a los que
examinará con lupa. De la misma forma, dicha clase dirigente futura, así como,
los Partidos políticos, deben ofrecer a nuestro pueblo compromisos claros
y determinantes de democratización y dar a conocer sus programas y las
alternativas para la integración, la reconciliación y la mejora de las
condiciones, sociales, políticas y económicas.
El régimen de Obiang,
evidentemente, nos va a dejar Guinea Ecuatorial como un erial. Existirán
desajustes sociales, culturales, económicos y políticos muy graves. No habrá,
por tanto, instituciones que funcionen realmente al sevicio del pueblo
guineano, porque todo se ha organizado para el interés de la familia
Obaing y de sus allegados. Esta situación exigirá a los políticos una nueva
actitud de respeto para con nuestro pueblo, desechando esa mentira, que
interesadamente han propalado algunos, afirmando que nuestro pueblo no está
preparado para la democracia.
Los pueblos se preparan
para la democracia con el ejercicio, como a andar se aprende andando o
conducir, conduciendo. Por tanto, quién piense que hay que dedicar largo
tiempo en preparar al pueblo para la democracia, está defendiendo un camino
equivocado, que puede conducir a una situación parecida a la que estamos
viviendo. Cuando se deposita la confianza en los ciudadanos (y no súbditos), el
recorrido termina en una meta: la autentica democracia de un hombre, un voto.
La libertad individual es la auténtica conquista de los hombres en el
sistema plural y democrático. Las leyes que reconocen los derechos de los individuos,
tanto en su letra, como en su espíritu, hacen que se alcancen sociedades mas
justas,mas solidarias y mas desarrolladas.
Tanto en el Gobierno en el
Exilio, como el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, ambos presididos por
Severo Moto, apostamos claramente por un corto periodo de transición, como
hemos manifestado antes, no superior a un año. Este periodo será más que
suficiente para que nuestro pueblo abandone los hábitos de la dictadura, para
participar en las elecciones, Presidenciales y Legislativas, y abrir una nueva
página en su historia, escrita esta vez, con letras de oro.