Redacción El Confidencial
A medida que han ido pasando los años en Guinea Ecuatorial, con el peso de la dictadura aplastando las cabezas de los guineanos, la situación de las libertades políticas -generales e individuales-, así como las condiciones de vida de la gente, no han experimentado ninguna mejora sustancial, más aún la represión se ha ido incrementando y las diferencias económicas entre unos guineanos y otros se han agrandado de forma exponencial.
Los años buenos, los de grandes ingresos por la explotación del petróleo y la sobreexplotación de los montes llevada a cabo por Teodorínn, no se han querido utilizar para crear tejido productivo que mejorara las condiciones de vida y trabajo de la población. Todo se ha tirado por la borda de la corrupción inútilmente, mediante el robo y el acaparamiento ilícito de la familia Obiang y del resto de componentes de la elite dominante, -unos inmorales personajes, tanto guineanos como extranjeros- que han decidido unirse a la dictadura para su beneficio personal.
No conformes con el robo y despilfarro del dinero de todos los guineanos, han decidido gastarse el resto del dinero en obras faraónicas, -obras como las de Oyala que no van a poder concluirse- para deslumbrar a gran número de mediocres mandatarios africanos y para mejorar su imagen internacional. Otra parte importante de dinero lo han dedicado a pagar a importantes empresas lobbistas que le han estado mejorando la imagen en todo el mundo y a comprar voluntades de propios y ajenos.
Toda una locura continuada de despilfarro, expolio, incompetencia, malgobierno y megalomanía, ha desembocado en una situación verdaderamente dramática para nuestro pueblo. El elevado paro, la falta de fondos para la protección de la población mas vulnerable, la inexistencia de un sistema sanitario gratuito y universal, la enorme deuda que ha creado Obiang con sus obras faraónicas, la destrucción de la agricultura y la inexistencia de un tejido industrial autóctono, van a conducir a nuestro país a un callejón sin salida. El anunciado y temido armaguedon económico, ha llegado ya a Guinea Ecuatorial.
A todo este espantoso panorama económico se le une el enrocamiento de la dictadura, que no parece dispuesta a abrir paso a la democracia, sino todo lo contrario, está endureciendo cada vez mas la represión y el control sobre nuestro pueblo. Por otra parte, en Guinea Ecuatorial se vive una grave situación de inseguridad, provocada por elementos del régimen (algunos militares y miembros de la seguridad) y por una creciente delincuencia, animada por la desaparición del estado de derecho.
El único responsable de la tragedia que está viviendo nuestro pueblo, es solo Obiang Nguema y el injusto régimen dictatorial que ha establecido en nuestro país. Para el dictador los guineanos somos la coartada para que él y su entorno sigan viviendo con un auténtico lujo asiático. No les basta solo con robarnos, violar a nuestras hijas y mujeres, dejarnos sin trabajo, sin libertad y sin derechos, sino que además, tenemos que ir prestos a votarlos cada vez que convoquen sus fraudulentas elecciones, para que así pueda recibir legitimidad internacional.
Obiang y toda su camarilla han instalado en nuestro país un régimen esclavista y de apartheid en el que si no estás dispuesto a adular al dictador, te conviertes en un ciudadano de tercera, en un autentico paria. En Guinea Ecuatorial actualmente la vida humana comienza a carecer de valor alguno. Solo en Malabo todos los días aparecen personas muertas en la calle y es fácil tropezarse con algún fragmento de osamenta humana.
Todos los guineanos, tanto los de dentro, como los que viven exiliados fuera de Guinea, están soportando las funestas consecuencias de la dictadura de Obiang. Lo pudimos comprobar en un periplo que hicimos algunos miembros del Gobierno en el Exilio a Torrejón de Ardoz, una ciudad de Madrid, donde vive una importante colonia de guineanos exiliados. Después de dar el pésame a los familiares de Chaveli, joven guineana de 39, madre dos hijos que murió después de haber regresado de Guinea y se le presentara un rápido y poco claro (hablaban de envenenamiento) episodio febril. A continuación nos acercamos a consolar a la familia de Cornelio Ndong Alogo, guineano de 48 años, que había aparecido un día antes muerto en plena calle, sin saber la causa de su fallecimiento.
La TVGE, había dado la noticia de la muerte de Cornelio de forma vaga y contradictoria y como en todos los casos, no se practicó autopsia alguna. A parte de no existir autopsias, porque al régimen no le interesa que sepan de que muere la gente, se obliga a las familias a guardar un absoluto silencio, y por supuesto, se les prohibe hacer preguntas y se les manda a llorar en silencio.
Estamos convencidos que Obiang Nguema no está dispuesto a perder las elecciones que piensa convocar este año. Ha comenzado obligando a los guineanos que se vayan a "retratar" en el censo. Una vez atado y bien atado el voto, comenzará a hacer maniobras de distracción, para conseguir engañar a la gente. Llamará a algunos partidos a participar a "sus" elecciones, claro está, con la excepción de aquellos como el Partido del Progreso, con el que no se puede medir en ninguna elección limpia, porque la perdería. Sobre Severo Moto dirá, como siempre, que le espera saldar sus cuentas con la justicia, y si eso no fuera suficiente, tendrá preparado un pequeño ejercito de congoleños (lo tenía preparado cuando el pasado año anunció su regreso a Guinea) junto al aeropuerto de Malabo, para prepararle una encerrona.
No es de extrañar que Obiang ponga en marcha su maquiavélico plan para asesinar a los líderes de la oposición que le molestan. En este sentido, hace algún tiempo recibimos una información inquietante, de las mismas tripas del régimen, que viene a decir que el dictador, en su estrecha relación con Rusia, habría adquirido ciertas cantidades de Polonio radiactivo 210, con el que pretendería envenenar a aquellos opositores que pueden ser un obstáculo en su camino. Precisamente hoy se ha publicado en la prensa del Reino Unido, que el envenenamiento con polonio radiactivo 210, que acabó con la vida del exespía Alexander Litvinenko, el 23 de Noviembre de 2006, fue obra del gobierno ruso.
Sabemos que para los guineanos que deciden enfrentarse a la dictadura sus vidas se convierten en un calvario. También entre los exiliados la vida se hace muy dura, si como Severo Moto, ha decidido presentarle cara a Obiang Nguema, para que este desaparezca de nuestras vidas. Pero es mas triste y vergonzante ver como muchos guineanos se arrodillan a un asesino, ladrón e impresentable dictador, que pretende acabar con nuestro pueblo.
