Por: Francisco Ela Abeme.
LAS SECTAS
El auge de las sectas cristianas en Guinea Ecuatorial, así como el intento de introducir al Islam como una religión más, no es un hecho aislado ni gratuito. Forma parte de la bien diseñada estrategia de Obiang de destruir moralmente a nuestro Pueblo.
Es curioso que quien no entiende del pluralismo político como Obiang, quiera entender tanto de la libertad religiosa.
Obiang sabe que, a lo largo de la historia de la humanidad, nada ha dividido más a los hombres que la religión. Por eso permite su proliferación, para tener entretenido y dividido a nuestro Pueblo.
Por otra parte, muchos de sus iluminados predicadores actúan como agentes de la propaganda oficial. Sus "sermones" parecen redactados por el ideólogo del PDGE.
Son hombres sin escrúpulos, caraduras y pescadores del río revuelto. Llegan a Guinea, invitados por el "corta tendones", para lavarle el cerebro a nuestro Pueblo y tenerlo dividido, mientras Obiang, su familia y su cohorte limpian las arcas del estado.
Son enemigos de nuestro Pueblo, y el Pueblo debe tomar buena nota de ellos. En su día, el peso de la ley caerá sobre estos embaucadores, que saquean la moral de nuestro Pueblo.
Pasando a otra cosa. Lograr que los Tribunales de Justicia franceses no le reconozcan ninguna inmunidad a Ngema Obiang, ha sido poner una pica en Flandes. Sé que las demandas que ha puesto la Coalición CORED-PP han contribuido a presionar. El progenitor del engendro sabrá lo que hace. Nombrar sucesor a un impresentable perseguido por todas las justicias del mundo sería el mejor síntoma de que la Dictadura ha tocado fondo. Pero el tiempo se le agota a Obiang para retocar de nuevo el testamento. Y se está quedando sin albaceas.
Conclusión: sólo le queda al fundador una oportunidad para expiar su ignominia ante el Pueblo: convocar unas elecciones serias, democráticas y transparentes. Darle al Pueblo guineano la oportunidad de enmendar su error histórico.
