Siempre ha sido importantísimo el papel de los uniformados o las fuerzas armadas de los ejércitos, tierra, mar y aire, en los destinos de los pueblos. Desde Alejandro Magno, pasando por los ejércitos romanos y hasta nuestros días, en la era moderna, el papel de los militares profesionales, tras su juramento, ha sido decisivo para defender la unidad nacional, el orden constitucional, la defensa de los Estados Nacionales, defensa de las libertades de los ciudadanos, hasta el derramamiento de la ultima gota de su sangre.
Las fuerzas armadas modernas son símbolos de garantía de las Naciones, en su bandera de la unidad nacional. Los militares o las fuerzas armadas de los ejércitos, tienen un mandato constitucional taxativo: la defensa sin reserva atraves de su uniforme y su preparación castrense, velar por el pueblo que han jurado servir con lealtad, con ejemplaridad y con honor para librarles de los enemigos nacionales y extranjeros. Dispuestos siempre a defender estos valores, tanto en tiempo de paz, como en tiempo de guerra.
Dicho lo cual, el ejercito guineano actualmente tiene un papel trascendental que cumplir, ante la situación extrema que vive nuestra Nación. Porque ha sido secuestrado todos los derechos civiles y militares por su Comandante en jefe de los ejércitos de tierra, mar y aire, el General de Brigada Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, dictador civil y militar desde hace mas de 36 años.
Salta a la vista en estos momentos que Guinea Ecuatorial es un país con un Estado fallido que carece de instituciones, de libertad, de justicia, de derechos de los ciudadanos, de ordenamiento jurídico y constitucional.El General de Brigada y jefe los ejércitos guineano Teodoro Obiang, ha superado todas la barreras de tolerancia que un pueblo puede soportar. Ha devaluado el papel de los militares en Guinea Ecuatorial, haciendo nombramientos de Generales coroneles
Comandantes, Capitanes, Tenientes, Alferez, Sargentos y Soldados rasos por su valía y preparación castrense, si no por su interés político de permanencia en la jefatura del Estado como Presidente militar y dictador de la República. Como botón de muestra: ha nombrado General a su hermano Armengol Ondo Nguema, un analfabeto funcional y literal, a muchos de sus hijos como comandantes, coroneles sin haber pasado un solo día por ninguna academia militar reconocida.Tenemos varios ejemplos de jefes militares de Mongomo o de su hijo de la buena vida y rapero Teodorín, como Coronel.
Sin embargo nos consta que hay otros muchos militares de las fuerzas armadas guineana cualificados y salidos de las Academias Ocidentales de prestigio como España, que han quedado completamente marginados, y no solo eso, sino que además están siendo vigilados por sus subordinados que ejercen el papel de chivatos para su jefe supremo. Dándose la paradoja, de que a un General le vigila un sargento en todos sus moviéndose y toma de decisiones. Hay una estructura de espionaje para vigilar a los ciudadanos y a los militares en todo momento, que le permite al dictador ir eliminando a todos los posibles disidentes.
Llegan inexorablemente el momento del cambio en nuestro país y nuestras fuerzas armadas deben velar por el buen funcionamiento del cambio político que se avecina, con orden, con lealtad, con altura de miras y apuesta por el futuro en libertad de nuestra pueblo en desarrollo y en la democracia.
Ha llegado el momento de parle los pies a este dictador militar. Hagamos los militares como en Venezuela, que se han plantado ante Maduro impidiéndole perpetrar un nuevo pucherazo, manipulando los votos. En este país el General Vladimir Padrino, ha manifestado que impedirá todo intento de los chavistas para impedir el resultado salido de las urnas.
Existe un secreto a voces entre los militares, que se habla en los círculos íntimos y en los corrillos, que es la esperanza en que Severo Moto retorne desde el exilio a Guinea Ecuatorial, para enderezar de una vez la historia de este país hacia la normalidad democrática. Los militares confían en este político que ha demostrado en toda su trayectoria su total oposición a Obiang Nguema y a su deplorable dictadura. Nadie se cree los bulos de Obiang, que advierten que si llega Severo acabará con los militares. Los militares pensamos todo lo contrario.
Ha llegado el momento de parle los pies a este dictador militar. Hagamos los militares como en Venezuela, que se han plantado ante Maduro impidiéndole perpetrar un nuevo pucherazo, manipulando los votos. En este país el General Vladimir Padrino, ha manifestado que impedirá todo intento de los chavistas para impedir el resultado salido de las urnas.
Existe un secreto a voces entre los militares, que se habla en los círculos íntimos y en los corrillos, que es la esperanza en que Severo Moto retorne desde el exilio a Guinea Ecuatorial, para enderezar de una vez la historia de este país hacia la normalidad democrática. Los militares confían en este político que ha demostrado en toda su trayectoria su total oposición a Obiang Nguema y a su deplorable dictadura. Nadie se cree los bulos de Obiang, que advierten que si llega Severo acabará con los militares. Los militares pensamos todo lo contrario.