sábado, 8 de agosto de 2015

El caso del ex presidente Hissene Habré: Un ejemplo para África


Por: Javier Fernando Miranda Prieto

En una época en que la justicia penal universal parece que está desapareciendo como valor en el mundo, las sociedades desarrolladas preocupadas más en sus propios problemas y los países en desarrollo, como los africanos, inmersos en el escepticismo, que les ha dejado la experiencia de la Corte Penal Internacional CPI; de manera inesperada ha surgido un brillo de esperanza, desde un lugar poco conocido como el Chad. Quizá no sea de los más mediáticos, pero sin duda alguna, es uno de los juicios más importantes del mundo en la actualidad. El proceso abierto por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra el ex-dictador chadianoHissene Habré, que se ha diferido hasta el próximo 7 de septiembre, representa hoy, la lucha perseverante y denodada de todo un pueblo por encontrar justicia, simbolizando así todo un ejemplo para el continente africano.Habré llegó al puesto de primer ministro de Chad, en los años ochenta, de la mano del entonces presidente Félix Malloum. Tras la derrota electoral de este y la subida al poder de Goukouni Oueddei –un rival desde hacía largo tiempo–, Habré dio un golpe de Estado y se proclamó presidente. Su gobierno duró ocho años (1982-1990), cuando otro golpe de Estado le depuso. Entonces huyó a Senegal, donde se dedicó a vivir una vida de ocio, hasta que en el 2013 fue detenido para afrontar un proceso, largo tiempo reclamado por las víctimas de su régimen y las organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch.
Esta última ha tenido un papel muy relevante a lo largo de todo el proceso, puesto que gracias a su colaboración con las víctimas, se ha estimado que durante el régimen de Habré, se cometieron alrededor de 40.000 asesinatos ordenados por el gobierno, torturas a presos y actos de genocidio contra las etnias minoritarias del país.
La obtención de testimonios y pruebas no ha sido fácil, y aquellos que se oponen al antiguo dictador chadiano, se han convertido en blanco de ataques y amenazas: la líder del grupo de investigación, Jacqueline Moudeina, fue gravemente herida en un ataque con una granada, lo cual no resulta sorprendente para alguien a quien se le conoce como el Pinochet africano. Hasta el 2013, las víctimas y las organizaciones luchando por llevar a Habré ante la justicia, también tuvieron que enfrentarse a la pasividad del gobierno senegalés, y no fue hasta que sobrevino un cambio de gobierno que las cosas cambiaron.
Pero ¿por qué es tan relevante este caso? ¿No estamos ante otro brutal dictador africano? ¿Por qué representa este proceso un ejemplo para África? El caso es extremadamente relevante por aquello que tiene de extraordinario y único. Es el primer caso que se juzga bajo la jurisdicción universal en África, en un tribunal africano compuesto por jueces africanos. Un ex–dictador de Chad, juzgado en una Corte en Senegal y por un juez de Burkina Faso. Aunque solo se tratase de esto, ya sería un hecho de enorme importancia para el continente, pero además se da la circunstancia de que es el primer caso en el que un Estado está juzgando al antiguo jefe de Estado de otro país por crímenes de guerra. El mundo está pendiente, por tanto, de los precedentes que se sienten en este juicio, puesto que podrán servir como guía para otros procesos similares en el futuro. En un futuro muy cercano, en donde se pueda rehabilitar plenamente, de los prejuicios de hoy, a la justicia penal internacional.