sábado, 21 de junio de 2014

LAS EXTRAÑAS LECCIONES DEL SILENCIO.

       


Por Severo-Matías Moto Nsa, Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial.


El, entonces, Ministro español de Asuntos Exteriores, socialista, Fernando Morán, decía refiriéndose a los guineanos en España: "Si todos los exiliados fueran como los guineanos , no habría ninguna preocupación por los exiliados". Unos cuantos años después, el entonces Presidente del Gobierno español, Don Adolfo Suarez González, en su primer viaje al encuentro de Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial le dijo al  dictador africano: "Si yo hubiera tenido la oposición política que tiene Usted, la transición de España  a la democracia la hubiera hecho tumbado en un sofá..." El propio dictador de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema, tan estrechamente ligado y atado y a sus lobbies españoles, y protegido por ellos, no le duelen prendas, en insultar, vilipendiar, despreciar y humillar públicamente ya no solo a la oposición política sino a todo el pueblo guineano al que obsequia con frases como: "Sois un apéndice del PDGE" -refiriéndose a la oposición. O esta otra, más generalizada: "Todos los hombres de Guinea Ecuatorial llevan faldas, en vez de pantalones"


Tanto los unos, como el otro, se pronuncian sobre el carácter pacífico, sencillo y humilde del guineano; unos muy conscientes de que durante cerca de doscientos años de colonización y esclavitud, han hecho de los guineanos (de Guinea Ecuatorial) un mundo apagado, reducido, humillado; que hasta cuando decidió deshacerse de las garras de la esclavitud y el colonialismo, tuvo que ser empujado a regañadientes. Tras lo cual, y sin perder el status colonial y de esclavitud, Guinea Ecuatorial  empezó a tener un solo sentido y valor: el de sus abundantes riquezas naturales. Puesto en manos de Macías Nguema y Obiang Nguema, el status colonial y de esclavitud que tenía reducido al pueblo guineano, pasó a ser dirigido por los propios negros (hasta ahora, dos) Los antiguos colonos no solo no se extrañan ni se avergüenza de haber  acuñado, a golpes de dolor, ese marchamo de humildad, impotencia, sumisión y desesperanza que tiene atrapado al pueblo guineano; sino que disfrutan viendo cómo tanto Macías Nguema como Obiang Nguema mantienen sobre el pueblo guineano el mismo yugo (aún más humillante, más despiadado y más cruel) que los antiguos colonos. La continuidad del colonialismo y la esclavitud se convierte, en cierto modo, en algo "natural"; porque ahora -dicen algunos- lo ejercen los mismos negros contra los otros negros. Macías Nguema y Obiang Nguema son dos máquinas perfectas, dos eslabones irreprochables para la continuidad del colonialismo y la esclavitud que pesan, desde siempre, sobre el pueblo de Guinea Ecuatorial. "Cui prodest?" (¿A quién beneficia esta situación? ¿Solo a Obiang Nguema, el cruel? ¿A caso al pueblo guineano? ¿A los que implantaron la esclavitud y el colonialismo y no conciben al pueblo guineano disfrutando de libertades y democracia, y deshaciéndose de la costra y lastre del colonialismo, la humillación y la desesperanza que nos tiene hundidos?

No hay más que ver y constatar la inhumana intrascendencia, pasotismo y nada disimulada satisfacción con que se ha estado observando cómo Macías y Obiang Nguema, en 46 años, se han llevado al violento sumidero de la muerte a centenares de guineanos (prominentes políticos, intelectuales, profesionales, hombres de negocios y valores humanos...) que podían impulsar y revolucionar al pueblo guineano y ayudarlo a abandonar el colonialismo y la esclavitud en las que envejecemos, vegetamos y morimos, dentro del país y en el exilio, hace ya 46 años de "independencia". Nadie, acude a socorrer al pueblo de Guinea Ecuatorial, abatido. Todos nos retan a salir solos de la tragedia impuesta por ellos... Y es que todo resulta muy fácil en Guinea Ecuatorial; porque su pueblo no sabe cómo reaccionar. Ya no puede reaccionar (como tan acertadamente lo asevera el Departamento de Estado Norteamericano (1994) Y cuando lo intentan, todos, absolutamente todos, los llamarán rebeldes, golpistas, terroristas; los grandes lobbies, los afortunados (dicen que hasta los curas -pistolas en el bolsillo-) ayudan a Obiang Nguema a someter al pueblo al silencio, a la autoflagelación y arrepentimiento; a la inactividad, la cárcel, la tortura, el asesinato; a la ejecución oficial oculta y silenciosa.
El silencio de un pueblo, como el de Guinea Ecuatorial, que hasta el llanto por un padre, madre, hermano, hijo, amigo,  asesinado por el régimen de Obiang Nguema puede suponer y siempre supone la detención y encarcelamiento (por "subversivo"); ese silencio forzado que obliga al padre a denunciar a su hijo; a la mujer a denunciar a su marido o concubino; ese silencio que obliga a abandonar el país y exiliarse  (aunque sea, en España...) tiene muchas lecciones más profundas que la simple satisfacción de saber que se trata de un pueblo en silencio.

Dicen que "los bizcos no son ciegos; ven" Ni los guineo ecuatorianos, por haber sido machacados y casi apartados de la normalidad de las libertades y derechos humanos y de la democracia en 46 años de continuidad colonialista y esclavizante, ignoran o desconocen a los culpables; ni estos pueden cómodamente pensar que por eso no vemos ni sentimos ni oímos nada.

¿VINO NUEVO EN ÁNFORAS VIEJAS?

España entera está hirviendo en un histórico halo de novedad, esperanza y autocomplacencia por la normalidad, arte política y buen hacer con que se ha recibido, gestionado y puesto en marcha la abdicación de Don Juan Carlos I de España y la entronización de S.M. Don Felipe VI al trono de la Corona de España.

El discurso del Rey, como no podía ser de otra forma, cargado de frescura y novedad juvenil, anunciando una Monarquía Nueva en Tiempos Modernos y desgranando, detalle a detalle, su programa para España, Hispanoamérica, Oriente Medio y el Mediterráneo (¿África...¿ ¿Guinea Ecuatorial...? ¿Atlántico-Sur...?) nos ha dejado, evidentemente cargados de esperanza, tanto porque se trata de un Rey joven y nuevo, como por los marcajes en clave de corrección, que desde su Trono piensa poner entre lo viejo y lo nuevo.

Guinea Ecuatorial es una vieja ánfora donde ciento cincuenta años de colonización y esclavitud; mas 46 años de independencia. La misma ánfora envejecida, (ya vieja), de la colonialización, mezclando, contagiando y ajando al nuevo vino de la independencia, en dictadura.

Y frente a la queja generalizada de la sociedad española, añorando mayor boato, esplendor y, sobre todo, presencia extranjera de mandamases, a mí, al menos, me ha parecido muy acertada esta restricción. Todavía tenemos muy cerca y a flor de piel la presencia, (casi furtiva) de un determinado dictador africano que apareció por España con  la excusa de asistir a los funerales de su odiado, Presidente, Don Adolfo Suarez González. El dictador aseguraba haber venido a España por la "influencia del Rey de España..." Algo que fue rechazado fulminantemente por la Casa Real Española.

Yo me imagino la que se hubiera armado de nuevo para vergüenza de España y del mundo ("OBIANG, VERGÜENZA" en los balcones españoles) si, por una invitación global, no muy bien explicada, vuelve a aparecer el dictador con la misma excusa. o quizás diciendo que viene a imitar al Rey de España, para justificar la entronización de su hijo  Teodorín en el trono dictatorial de Guinea Ecuatorial, el próximo día 3 de agosto... Ni Obiang Nguema es “rei” de nada; ni Guinea Ecuatorial necesita ser un reinado dirigido por Teodorín; ya nos sobra y pesa la dictadura de 46 años.

Las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, se merecen, hace tiempo el tan reclamado trato de Estado a Estado. No ese largo, pesado y cochambroso trato entre Obiang Nguema y algunos espabilados que van  a Guinea Ecuatorial como avariciosas moscas, sobrevolando la carroña de un país fracasado, y cebándose solo en las riquezas naturales de subsuelo, mar, bosques...o falsas empresas fantasma para lucro personal (Todo bajo la vieja y colonial "Ley de Materia Reservada")

Un "Vino Nuevo"  (Un nuevo Reinado en España) necesitan -para su buena degustación en Guinea Ecuatorial, de "Ánforas Nuevas" (La democratización de Guinea Ecuatorial). La propuesta de apertura de conversaciones entre la oposición política guineana y el dictador Obiang Nguema, para pactar la salida pacífica de este (propuesta puesta en importantes despachos occidentales) sería, con mucho, el primer paso para la "solución inteligente" propuesta por el Presidente del Gobierno del Reino de España, Don Mariano Rajoy.
¡¡¡Vino nuevo en ánforas nuevas!!!
Nuestro silencio escribe sonoras páginas de dolor y desesperación. Nunca será signo de conformismo y nihilismo.