jueves, 27 de febrero de 2014

“MEMENTO, HOMO, QUIA PULVIS ES, ET IN PULVEREM REVERTERIS” (“RECUERDA, HOMBRE, QUE ERES POLVO; Y EN POLVO TE HAS DE CONVERTIR”)

Exilio en España 27 de Febrero 2014.-
En una de las páginas de las redes mediáticas manejadas por jóvenes guineo ecuatorianos, ha aparecido esta foto-montaje. Una especie de centauro en el que se conjugan la foto de la cara del Presidente de Guinea Ecuatorial, empedernido dictador asesino,  Teodoro Obiang Nguema Mbasogo (en la parte alta de la foto) y la imagen tan increíblemente común y familiar de tantos y tantos presos torturados en las cárceles de Guinea Ecuatorial de la que es Jefe, el propio Obiang Nguema.

De la foto, lo único falso es la cara.  Desde que llegó a “La Guinea Española”, a comienzos de la década los años ’40, con su padre, huyendo de Gabón (colonia francesa) donde le perseguía la justicia francesa, por compulsivo ladrón, Obiang Nguema Mbasogo nunca ha conocido la cárcel. Lo que evitó, desde sus años mozos, incorporándose en las filas de la “Guardia colonial”, látigo con  el que los colonos españoles  domeñaban a los indígenas. Obiang Nguema se perdió muy pronto en el mundo militar en el que se refugiaba, básicamente, la escala social más baja y culturalmente más rezagada de “La Guinea Española”.  Era (y sigue siendo, para algunos,) la forma de evitar el castigo por sus delitos, y convertirse en látigo implacable para sus propios paisanos. (Analicen la larga trayectoria del hoy General de Brigada de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema Mbasogo, desde Mikomeseng -guardia colonial  pasante del Comandante español del puesto) hasta hoy  -General de Brigada y Presiente de Guinea Ecuatorial- y dígannos si ha estado en algún lugar donde no sirviera y fuera utilizado para domeñar, humillar y  reducir a los guineanos, a golpe de porrazos, de disparo de “cetme” (antes) y de “aka” (ahora).
Obiang nunca ha conocido la cárcel; mucho menos la experiencia, en sus carnes, del dolor corporal infligido por otro guineano. Tiene, sin embargo -en tanto que Jefe permanente de las cárceles de Guinea Ecuatorial- acumulado en su haber  y agenda de guardia colonial y Presidente de Guinea Ecuatorial, toda la larga experiencia de cómo sufren y mueren los guineanos en las cárceles de “Black-Beach” de Malabo; “Modelo” de Bata; “Casa de Bidones” de Mongomo; o el pudridero de “ Evinayong”. La foto que comentamos, deja muy clara toda esta explicación en el aspecto jovial, sereno y casi feliz de su cabeza, incrustada en el cuerpo famélico, hecho huesos; cargado de huellas y supurando pus, de un preso guineano, unos días después de ser torturado.
A LOS DETALLES…
1.- Cuerpo esquelético,  (en una celda) Fruto de la tortura,  de la falta de tratamiento médico, y de hambre.  Camino de la muerte segura.
2.- Las huellas en los antebrazos, son resultado de la atadura que en fang llaman “pecho de paloma” (Túiñ Obéng); que Don Amalio Alfredo Buaki Botuy llamó “Codo con Codo” en su libro del mismo nombre. Al preso se le llevan hacia atrás los antebrazos y se los atan, haciendo el máximo esfuerzo por juntar los dos codos. El pecho se vuelve erguido como el de una paloma. Si ya es infernal el dolor durante la atadura, más terrible es el momento en que te sueltan la maroma (normalmente fina; cuando no es un alambre) con que te han atado.
3.- RARISIMO ES el preso torturado en las cárceles de Teodoro Obiang que salga de ese averno sin las manos absolutamente inutilizadas, inservibles para cualquier mínimo servicio o uso (Ni siquiera para la micción) Al salir de la celda o, quizás, de la cárcel las manos suelen recuperarse con mucho ejercicio de rehabilitación.
4.-  En la pantorrilla de ese  preso, sobre el que descansa la cabeza impasible del terrible Obiang Nguema, aparece el gran signo de la tortura aprendida de la cooperación militar etíope; desde los tiempos de Macías. Esa tortura se llama “Etiopía”; y consiste en atrapar la pantorrilla del preso entre dos palos de madera rústica. El torturador  ata con una cuerda  los dos extremos de los dos palos hasta que cree que los gritos del torturado son ya suficientes; o simplemente, ya no puede acercar más las esquinas de los palos. Esta tortura termina siempre con profundas huellas, cicatrices o hematomas que con frecuencia acaban en llagas incurables.
El título con el que hemos aderezado este trabajo viene perfectamente al caso. Es muy posible que sobre Obiang Nguema esté pesando, como una losa, la frase de Dios sobe el Faraón, en Egipto: “Endureceré su corazón para que no se arrepienta…”
Mientras tanto, aprovechando la ocurrencia del joven que ha publicado esta foto en la red, tenemos tiempo para recordarle a Obiang  Nguema, esta frase del miércoles de ceniza: “Memento, homo; quia pulvis es et in pulverem reveteris” (“Acuérdate, hombre, de que eres polvo y en polvo te has de convertir”)
¡ATENCION!: Bata y Malabo y algunas otras ciudades importantes de Guinea Ecuatorial, aparecen con sus paredes embadurnadas de pintadas en repulsa contra Obiang Nguema, a quien exigen que se marche porque ¡¡¡“ESTAMOS CANSADOS DE ASESINATOS…!!!