martes, 7 de enero de 2014

LOS MISMOS PERROS, PERO CON DIFERENTE COLLAR

                                                                 
                                  Esos grandes valores de la oposición exiliada

Secretaría de Formación del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial                                                 

En algunas páginas de internet existe gran empeño en dividir al Partido del Progreso, a modo de los movimientos de desestabilización de otros partidos que estamos contemplando, estupefactos, en estas últimas semanas. Intentan apartar de la escena política a Severo Moto, inventando falsas reuniones, infundios y mentiras. Es indignante que otros quieran decidir por nosotros, que existan estas intromisiones en la vida de los partidos, que sigan apareciendo constantemente nuevas intoxicaciones, informaciones falsas y manipulaciones. Nada nuevo por otra parte, aunque nos habíamos hecho a la idea de que con la desaparición de Asodegue y el alejamiento, sólo tácito, de los apoyos españoles a la dictadura, creíamos que la cacería contra nuestro Presidente  estaba sólo circunscrita a la propia dictadura. Ahora vemos que todavía existen agentes camuflados de ese gran lobby español dispuesto siempre a denigrar a todo lo que huela a Partido del Progreso, entendido siempre como el partido opuesto frontalmente a la dictadura, reticente a aceptar  cualquier apaño que no lleve a la auténtica y verdadera democracia para nuestro pueblo, objetivo por el que hemos estado luchando toda nuestra vida, con un alto coste en vidas humanas.

También, y para disimular, hacen extensiva la petición de abandono de su lucha a otros veteranos líderes opositores, enfrentados, igual que nosotros, tanto a la dictadura, como a las diferentes fuerzas externas que la legitiman y la mantienen. Hay que manifestar que ser opositor no es un título, ni siquiera un cargo; es, sobre todo, un compromiso y una actitud de permanente rebeldía contra la tragedia que padece nuestro pueblo, que sólo termina cuando la persona ha muerto. Abandonar, sugieren, como lo acaba de hacer otro líder histórico -eterno único diputado de la Asamblea de Obiang, que quizás haya colmado ya sus aspiraciones-, no es lo correcto. Ya que es obvio ver como el objetivo del Partido del Progreso y el de su Presidente, y lo mismo pasa con el resto de otros veteranos opositores, -que sigue siendo la liberación de nuestro pueblo- todavía no se ha alcanzado.

Como tan acertadamente han manifestado algunos de los grandes hombres, que todavía existen en nuestro horizonte intelectual, Obiang Nguema ha erradicado de la sociedad guineana cualquier valor intelectual y humano, inculcando a las nuevas generaciones toda la podredumbre de su régimen. Así, el enriquecimiento fácil, sea como fuere, el desprecio a la formación, la incapacidad para trabajar en serio, el hedonismo, por lo que todo se reduce al sexo y a la vida fácil, es la tónica dominante en la sociedad que ha creado la dictadura. No es descabellado, por tanto, concluir que el desprecio que algunos muestran a estos grandes luchadores de la libertad, entre los que se encuentra Severo Moto, lo llevan a cabo gente de parecida  ralea moral  y producto de ese nuevo hombre que ha creado la dictadura. 

Frente a esta pobre y ruin mentalidad que se ha estado inculcando  a la sociedad guineana, es necesario mirarse en esos grandes hombres que Obiang no ha podido eliminar y valorar  su enorme sacrificio de toda una vida en permanente lucha contra la dictadura, siempre en defensa de los derechos mas elementales de nuestro pueblo. Para nosotros es un honor el estar luchando junto a todos ellos por tan noble causa. 

De todos es sabido que el Partido del Progreso está trabajando desde hace mucho tiempo en preparar el retorno en libertad de todos los exiliados a Guinea Ecuatorial, para poder participar plena y libremente en la vida política de nuestro país. También conocemos el total enrocamiento de la dictadura, dispuesta a seguir manteniendo a toda costa su statu quo, insensible a los deseos de todo un pueblo. Así se ha podido comprobar en los contactos, que a través de terceros países y  de instituciones internacionales de derechos humanos, que hemos mantenido  con la dictadura. Es lamentable manifestar que nada ha cambiado, que sigue siendo la misma dictadura de siempre, quizá más envilecida con el paso del tiempo. Siempre más de lo mismo. 

La llamada que hacen a los guineanos exiliados es una trampa, porque siguen poniendo las condiciones de siempre: si regresas tienes que pasar antes a pedir  perdón al dictador, o en los mejores casos, dejar de ser opositor. Sí eres una pieza mayor, caso de nuestro Presidente, puedes contar con un puesto en el Senado, un sueldo vitalicio y un palacete en Sipopo. No es la primera oferta de este tipo que Obiang  hace a Severo Moto y la respuesta es siempre la misma: "sí regreso a Guinea es para hacer política libremente, para defender a mi pueblo, y no para entrar en la cocina de la dictadura". Lógicamente los interlocutores no pueden entender sus planteamientos, les extraña mucho que alguien se preocupe por los guineanos. A Severo Moto le han parecido tan miserables estos interlocutores, que en algunas ocasiones les ha recriminado su pobreza mental y a continuación ha abandonado la reunión. Después de estos desaires, ellos filtran a sus medios amigos las versión que les interesa, nunca la verdad.

Agotada la vía de las buenas intenciones, sólo queda la sonora  protesta frente a las embajadas, las gestiones ante los representantes de las potencias con intereses en nuestro país y la denuncia ante las instituciones internacionales de derechos humanos, en contra la terrible opresión política y la explotación económica que sufre nuestro pueblo a manos de la peor banda de ladrones y asesinos comandada por un general golpista y criminal.