jueves, 5 de diciembre de 2013

LA ONU DA LUZ VERDE A LA INTERVENCION EN REPUBLICA CENTROAFRICANA


Se recrudecen los combates en Bangui entre tropas leales al depuesto presidente François Bozizé y al actual mandatario, Michel Djotodia



Tuvo que escucharse la palabra «genocidio» para que se encendieran las alarmas. Casi un año después del inicio de la crisis de la República Centroafricana, Naciones Unidas comienza a tomar cartas para atajar el caos que sufre este país. Ayer, el Consejo de Seguridad autorizó el despliegue de 3.600 soldados africanos y 1.200 militares franceses para contener la violencia que recorre Centroáfrica.

Y los ecos fueron atronadores. Mientras que en Nueva York se votaba sobre la necesidad o no de actuar en el corazón de África, al menos 105 personas fallecían en nuevos enfrentamientos entre simpatizantes del depuesto presidente, François Bozizé, y tropas leales al actual mandatario, Michel Djotodia, en la capital, Bangui.

A la vista de una violencia ya imposible de ser obviada, la resolución del Consejo de Seguridad solicita, además, al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, la apertura de una investigación para esclarecer las violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en la República Centroafricana desde la subida al poder de las antiguas tropas rebeldes.

El pasado marzo, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka provocó la salida del país del presidente François Bozizé y abrió una crisis política en la región que aún continúa. Hasta hace poco, y desde el inicio de la crisis, tan solo 2.500 soldados internacionales habían sido desplegados por la Comunidad Económica de los Estados de África Central, impotentes ante una fuerza rebelde compuesta por cerca de 25.000 miembros.

Al Qaida
Ahora, el principal temor es que islamistas radicales comiencen a actuar en este avispero. «No creo que con la milicia somalí de Al Shabab, pero ciertamente sí tenemos indicios de algún tipo de contacto con la banda nigeriana Boko Haram», reconocía el secretario general adjunto para operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, Edmond Mulet.

Fue el regreso de mercenarios a sus países de origen lo que comenzó a «debilitar» al movimiento Seleka. «Cada vez hay más y más violencia sectaria porque Seleka atacaba a iglesias. Ahora, los cristianos han creado milicias de autodefensa y están tomando represalias contra los musulmanes», reconocía el mes pasado Gerard Araud, embajador francés ante la ONU.