viernes, 13 de diciembre de 2013

AL QAIDA CONQUISTA SUDÁFRICA.



-ANALISIS-

LA NOTICIA
Fuentes de los Servicios de Información Franceses y Americanos, aseguran que miles de emigrantes ilegales de Al QAIDA, procedentes de Afganistán, disponen de un campo de entrenamiento en una granja en GREYLOCK, en el desierto del KAROO.
El recinto ha sido adquirido por 2,2 millones de rands, unos 200.000 Euros, por la familia musulmana DOCKRAT. La red islamista incluye un imán, Junaid Ismael y un dentista, Farhad Ahmed Dockart, los dos  musulmanes son sudafricanos.  Miembros del clan Dockrat una familia musulmana conocida en África del Sur han organizado viajes a Pakistán para el entrenamiento de Sudafricanos, y han hecho concesiones a Al Qaïda. Los servicios de información americanos y británicos han alertado  al gobierno sudafricano sobre el campo de Greylock. Pero que el Gobierno sudafricano no desea intervenir ahí. Los servicios de información se preguntan por qué.
EL COMENTARIO
La reciente cumbre africana de Paz y Seguridad, celebrada en París y en cuyo seno Francia se ha erigido en gendarme de esa paz y seguridad del Continente africano, tiene una larga trayectoria que debe dotarse de todos los mecanismos disuasorios y decisorios para ayudar a los pueblos africanos a sentirse cada más lejos del uso que de él hacen todas las organizaciones, bandas, clanes de delincuencia  que desplazados, conjurados y expulsados de países y Gobiernos que en otros mundos (especialmente del llamado “primer mundo”) se ceban en el Continente africano.
África no puede limitarse a salir de la esclavitud y trata de negros; abandonar el colonialismo feroz; someterse forzosamente a procesos desastrosos de descolonización; aterrizar en independencias y consumirse en dictaduras violentas.
Las dictaduras que atestan el continente africano, no nos cansaremos de afirmarlo, son permanentes y reiterados ejercicios de ese “aparthied” (sea entre blancos y negros, o entre negros solos) que Nelson Mandela decidió abolir en Sudáfrica.
Posiblemente el peor futuro que le espera al Continente africano, en la siembra de dictadores inhumanos que las independencias establecieron en África, hace ya más de cincuenta años, es el futuro que proyectan estas dictaduras como caldo de cultivo y refugio de expertos terroristas, bandas de delincuencia internacional, cárteles de la droga, tráfico de personas,  de órganos humanos y refugio de dictadores expulsados de sus países.
Europa y el mundo civilizado, inmersos en la globalización que, al final tendrá que pasar por África (estén preparados o no) no pueden, no deberían mirar con indiferencia la filtración (a veces en silencio; otras, con violencia) de estas organizaciones, que huyen del mundo civilizado, que les escuecen y abrasan la palabras, términos y exigencias como, democracia, libertad, derechos humanos, respeto a la vida propia y a la de los demás. Huyen del mundo civilizado que los tiene ya conjurados, y se refugian en África; aprovechándose,  precisamente, de que las dictaduras en manos de los propios africanos son tan voraces y destructivas como lo fue el apartehid. Que el terrorismo islámico venga a ocupar el vacío dejado por el apartheid, que el terrorismo islámico venga ha hacer de las dictaduras africanas, no ya la conjura y venganza contra el apartheid, sino un modo de continuidad del mismo a caballo de las dictaduras (Obsérvese el modelo de terrorismo de estado que tanto ejercen  dictaduras como la de Guinea Ecuatorial…)
Si es claro que África interesa solo por motivos de explotación económica, no es menos cierto que los ávidos acaparadores de esos intereses necesitan una cierta tranquilidad y seguridad para actuar en África. Esa tranquilidad y seguridad es la misma que necesitan los pueblos africanos, aunque sea para disfrutar de sus derechos y libertades fundamentales, políticos, económicos y humanos.
Si ciertamente es necesario conjurar la actividad de bandas terroristas, traficantes de armas, droga, personas y sus vísceras (como sucede en Guinea Ecuatorial); si es necesario que el terrorismo islámico no se apodere de África donde se mueven tantos intereses económicos de Occidente; no es menos cierto que todo será inútil y falso, si no se erradican las dictaduras, del Continente africano. Las dictaduras africanas lo son todo: Terrorismo de estado, violencia oficial, tráfico de armas, de droga, de personas y sus órganos, ilegalidad, ausencia del Imperio de la Ley, corrupción rampante e institucional… Todo, menos legalidad, libertad, derechos humanos, orden, Imperio de la Ley… Caldo de cultivo y campo abierto a la presencia, ocupación y actividad libre de eso que los servicios de información de los Estados Unidos y de la Gran Bretaña denuncian que está germinando y fraguando en Sudáfrica.
OJALÁ el Gran Reconciliador de Suráfrica, Nelson Mandela, muriendo al final del año 2013, abra las compuertas del 2014 consagrándolo como AÑO DE LA  RECONCILIACION DE AFRICA.