lunes, 25 de noviembre de 2013

LA VERGÜENZA DE LAS NACIONES LIBRES. ESPAÑA


Se ha estado debatiendo mucho en estos días sobre lo oportuno o inoportuno de haber celebrado un evento deportivo internacional entre la selección española de fútbol y el equipo de títeres que un tirano tiene a su servicio para divertimento y distracción de sí y de los suyos. Hay voces que pretenden separar lo deportivo de lo político con la demagógica argumentación de si nuestros combinados y deportistas nacionales en representación de España, o nuestros clubes y más altos deportistas en representación de sí mismos y del deporte, han participado en eventos en lugares de análoga naturaleza sin que ello haya suscitado la presente polémica. En mi opinión, si los organismos internacionales como el COI o la FIFA (de los que formamos parte) deciden celebrar sus eventos en tal o cual lugar, independientemente del juicio moral que podamos hacer al respecto y como buenos demócratas (que debe ser este nuestro valor fundamental), debemos asistir y participar. En cuanto a las entidades deportivas privadas y deportistas de élite particulares, creo que están en su derecho de maximizar rendimientos, y si nos sentimos representados por ellos no es porque ostenten tal representación como si lo hace una selección nacional, sino porque sus legítimos intereses no son discordantes de los nuestros propios y llevan el buen nombre de España a todos los rincones del mundo con esfuerzo y tesón, con honradez, honestidad y deportividad. En cualquier caso nunca he visto que hayan exhibido sus notables cualidades al amparo e invitación de personajes sobre los que pesan tan graves atrocidades como es el caso.


España es directamente responsable de la actual situación en Guinea Ecuatorial. El 12 de octubre de 1968 se independizo bajo la presión de la ONU la entonces comunidad autónoma española de Guinea Ecuatorial bajo la aparente tutela respecto de su transición democrática por parte de España. Apenas cuatro meses después salió de allí toda representación española en medio de una grave crisis en la que el presidente Macías impuso su tiranía y régimen autoritario. Así abandonamos Guinea a su suerte entre las fauces del dictador, lavándonos las manos para los restos. No es difícil pensar que la situación política española era delicada en aquel entonces, también bajo una dictadura, y justificar así la omisión de nuestra responsabilidad respecto de la ex-colonia, pero es que la omisión se perpetuado durante la democracia sin que hayamos tomado la determinación de ayudar al pueblo ecuatoguineano a liberarse del yugo que lo estrangula. Y todo esto siendo conscientes que España sigue y seguirá siendo el principal apoyo y nexo de Guinea para con el resto del mundo y que tenemos la responsabilidad moral y legal de ayudarles a salir de la situación a que con nuestra participación se han visto abocados por más de cuarenta años.

El terrible dictador Macías que había masacrado a su pueblo, sucumbió once años después a manos de su sobrino y asesino, el tanto o más terrible tirano Obiang. Este dictador genocida que se disfraza en una pantomima democrática es el mismo que ahora nos invita a participar de su farsa. ¡Vayamos pues con nuestros más altos representantes deportivos, campeones del mundo del deporte rey, para enseñarles a todos las modernísimas y fantásticas infraestructuras, los lujos,calidad de vida y desarrollo humano de que se disfruta en el precioso vergel de Obiang!

Y decimos que vamos gratuitamente. Gratuitamente también habría aceptado Angola disputar un encuentro amistoso. Obviamente, ni los señores de la Real Federación Española de Fútbol que han concertado el encuentro, ni los políticos que han dado luz verde a su celebración van a decir si se han llenado los bolsillos con dinero  procedente de la tortura, la extorsión, la trata de blancas, el asesinato, la esclavitud del pueblo ecuatoguineano, el expolio de sus recursos. Obiang nos llama y acudimos como moscas a la mierda para deleitarnos con las mieses de la inmundicia.

Queramos verlo o no, vamos allí a teñir de legitimidad al Diablo y no a jugar un simple partido. Los que irán a ver los entrenamientos de la selección y el encuentro en directo son los ricos secuaces de Obiang, los que le ayudan a mantener su férreo y opresor control sobre el pueblo. El común de los ciudadanos que no tenga que estar preocupándose por su sustento la noche del partido, lo disfrutará por la radio o la televisión como habría echo en cualquier caso. Nosotros lo veremos por televisión y nos congratularemos de que hayan podido disfrutar de los campeones del mundo y de que, por lo que nos mostrarán, su situación no es tan mala como se pinta. ¡Que atrocidad!¿Acaso no somos conscientes de nuestros actos y su repercusión? Mandamos una comitiva que nos representa, porque a fin de cuentas nosotros somos libres en nuestras decisiones y aunque no estemos de acuerdo con lo que estamos haciendo lo hemos elegido nosotros, a regodearse en las miserias del inocente pueblo ecuatoguineano que no tiene la libertad de gobernarse, a bailar el agua y a ayudar al tirano.

Nunca he sentido como estos días, tanto asco hacia mis representantes.

Fdo. Javier Serrano, un español avergonzado.

P.D.: Me sentiré satisfecho si he conseguido remover una sola conciencia.