lunes, 20 de mayo de 2013

OBJETIVO PRIORITARIO: AISLAR A OBIANG NGUEMA Y A SU RÉGIMEN DE TERROR




Por Juan Cuevas, Secretario de Formación del Partido del Progreso.

Guinea  Ecuatorial, con todas sus gentes, su territorio y sus riquezas pertenece a un sola familia, cuyo cabeza, Obinag Nguema rige sus destinos de forma dictatorial y absolutamente despótica. Todas las administraciones del estado, la justicia, el ejército, las instituciones representativas (cámaras, ayuntamientos, entidades medias, etc), están tomadas por sus familiares y allegados. Se puede concluir que existe un control total -feudal- sobre los guineanos, convertidos en súbditos o siervos de la gleba de un señor. Así las cosas, un régimen de estas características jamás evolucionará hacia el estado de derecho. Como en todas las dictaduras, se vuelve a repetir la misma historia: llegadas  a un punto, ya no existe marcha a tras. 


Ha sido tal el envilecimiento,  tales los atropellos contra la propiedad, contra la libertad y contra la vida de los guineanos que ha cometido Obiang, su familia  y todos sus allegados, que cualquier tribunal de justicia internacional no dudaría en condenar. Obiang y su entorno lo saben, por ese motivo buscan miles de triquiñuelas para engañar por enésima vez al pueblo, sacándose de la manga unas elecciones que han sido concebidas para lavar mínimamente su imagen internacional y cuyo resultado está cantado de antemano. Con el control total del estado y de las instituciones -Junta Electoral incluida- y sin la presencia de un cuerpo de observadores internacionales independiente, no es difícil amañar esos comicios. Obiang repartirá los escaños del Senado y los ayuntamientos como le vena en gana. Lo que es chocante, lo que violenta a la inteligencia, es que partidos que se llaman demócratas y opositores, acepten participar junto a Obinag en esta pantomima de elecciones sin una mínima garantía de transparencia.


Independientemente de los acontecimientos que se puedan precipitar antes de las elecciones y de los resultados de las mismas, Obinag ya ha cumplido su objetivo. Puede presentarse ante la comunidad internacional y presumir - y de hecho lo está haciendo en su página oficial- de que todo es una fiesta electoral, en la que cada uno de los partidos, coligados al PDGE y los externos, hacen sus campañas electorales sin ningún problema. Esta es la imagen que, por todos los medios, se tenía que haber evitado. ¿Qué hubiese ocurrido si a estas elecciones hubieran concurrido el PDGE y sus partidos satélites en solitario?. Es lógico que el régimen lo tendría más difícil para vestir los resultados y dar una imagen de una mínima normalidad. 

A esta dictadura no hay que reconocerle ningún tipo de legitimidad, ya que ha llegado a pervertir completamente al conjunto de las instituciones del estado. Lo más eficaz es su aislamiento, bien por parte de los opositores, no acompañándole en ningún proceso electoral ni evento que esta organice, o bien por la comunidad internacional, rechazando y denunciando  las  atrocidades  del régimen de Obiang Nguema. Por eso las continuadas peticiones, que desde el Partido del Progreso estamos haciendo a las diferentes administraciones con intereses en Guinea Ecuatorial, para que pongan por delante los derechos humanos y democráticos de la población en cualquier tipo de negociación política o transacción económica con la dictadura de Obiang. 

Don Severo Moto está repitiendo de forma reiterada, que la transición a la democracia la tenemos que hacer todos los guineanos, sin exclusiones. Por eso la necesidad de propiciar el retorno en libertad de todos los opositores que han tenido que abandonar el país. No es posible hacer una transición parcial de unos pocos partidos, junto al propio régimen, olvidando a los auténticos opositores. Este sería el peor de los engaños. Para poder encontrar la libertad y la democracia, es preciso desmantelar a ntes todo vestigio de dictadura, ya que ellos jamás se reconvertían a la democracia, pues como ya hemos explicado, a muchos les va la cárcel en ello. 

En este difícil trance que nos ha tocado vivir, cada uno de los partidos opositores tienen su particular forma de ver la política y es lógico que existan filias y fobias entre los opositores. Esto es normal y hasta loable, pero todos tienen que ser unánimes en el rechazo a esta dictadura a quién la encarna, así como el objetivo final que todos tenemos que perseguir: un estado democrático y de derecho abierto a todos los guineanos que quieran participar en su creación.