Exilio guineano en España, 17 de Marzo del 2013. La dictadura no para de moverse, el imperio del mal está muy activo. Es mucho lo que se juegan si todo se les viene abajo. Son un ejército de allegados -sus compañeros de fechorías- a los que hay que "amamantar" y contentar en todos sus caprichos. Va en juego un monumental imperio económico, que comprende casi la mitad de los recursos y bienes de Guinea Ecuatorial, de los que directamente se ha apoderado la familia Obiang, dejando relegados en la miseria a más del 70 % de la población, en un vergonzante apartheid protagonizado por ellos mismos, contra su propio pueblo. Esta es la realidad, por dura e incomprensible que se nos aparezca.
En esa lucha frenética de la dictadura por lavar su imagen, para atraer adeptos -empresas y capitales- a esa particular y obscena orgía que esta casta de ladrones y corruptos tienen montada en nuestra querida Patria, ha apareciendo -en escena- por España, nada más y nada menos, que la Primera Dama, acompañada de una cohorte de vestales y corifeas del PDGE. Su intención es atraer inversiones de empresas españolas -no tienen bastante con lo que le roban a los guineanos- y animar a guineanos y guineanas que viven en España a que monten diferentes iniciativas empresariales, que según les prometen, serán ayudadas económicamente por el estado. Según ha aparecido publicado en el periódico ABC, a esta tarea también se ha sumado el embajador de Guinea para la UE, Países Bajos y Turquía, Carmelo Nvono Nca.
Como a esta dictadura no le faltan asesores españoles, han venido con el caramelo -¿envenenado?- de las buenas oportunidades de negocio que les brinda la dictadura, y que permitirá -según ellos- paliar parte de los problemas económicos por los que están pasando las empresas españolas, inmersas en una durísima crisis. Según manifiesta el embajador, muchas empresas multinacionales españolas ya están en Guinea construyendo la nueva capital del país y otras infraestructuras, pero quieren que aparezcan más. Eso sí, cuenta que tienen muchas ofertas, pero, ¡¡ no faltaría más ¡¡, las empresas españolas tienen prioridad, por eso de los grandes vínculos que comparten ambos pueblos.
Como manifestó en una entrevista esta semana, Don Severo Moto, "en Guinea Ecuatorial no existe la más mínima seguridad jurídica para las empresas, tanto guineanas, como extranjeras, por lo que los empresarios se encuentran inseguros, sometidos a los caprichos y mordidas del gobernante de turno". Hemos podido ver, publicado en un periódico español, el calvario de un empresario de este país -Roberto Cubría- y su final refugio en la embajada española durante 45 días, huyendo la las extorsiones, arbitrariedades y mordidas de la hermana de Obiang, Genoveva Andame Obiang, una mujer influyente, con pasaporte diplomático, con un policía de escolta y directora adjunta del BEAC (Banco Central de Africa Occidental).
Al Gobierno en el Exilio están llegando multitud de peticiones de ayuda, por parte de pequeños empresarios, que bien se han visto expropiados por el régimen o que han perdido los proyectos que han podido presentar a la administración guineana. Un ingeniero -con las iniciales A.L.M- radicado en la Zona Centro de España, presentó un proyecto agroindustrial, cuya elaboración le ha costado un año de trabajo. Nos manifestó que a través de la Cámara de Comercio, lo presentó a la Agencia de Desarrollo Agrario y que un gerifalte del régimen, cuyo nombre omitimos por razones de seguridad, le propuso participar en el negocio con un 25 % y sin aportar éste ningún capital. Después de la negativa de nuestro amigo ingeniero, se apropiaron del proyecto, sin ningún tipo de compensación económica. Medio año más tarde, dicho proyecto se ha puesto en marcha por una empresa española, participada por el mismo jerarca del PDGE.
De nuevo Obiang quiere volver a engañar a la gente, para ello pretende aprovecharse de las dificultades por las que está atravesando la economía española y en particular las empresas. Así con su falsa benevolencia, quiere que España le vulva a perdonar y le lave su imagen ante la opinión pública, a cambio de favorecer la inversión de empresas con capital español. Al conjunto de los empresarios españoles -la mayoría gente de buena fe- les recordamos que no se presten al chantaje de este régimen corrupto y, por el contrario, deben pensar en el pueblo guineano, que vive esclavizado, desposeído y en la pobreza; sin libertad, sin democracia y sin futuro, mientras la clase dominante vive en la opulencia. Como manifestó nuestra querida amiga, la periodista Ana Camacho: "las grandes riquezas procedentes de los recursos naturales de Guinea Ecuatorial, están ocasionando al pueblo guineano la mayor de las desgracias".