lunes, 22 de octubre de 2012

EL ENÉSIMO CAPRICHO DE TEODORÍN.

                                            
Semanario, L'Express (Francia).
El vice-présidente de Guinea Ecuatorial, perseguido por la justicia internacional en el sumario de los "bienes mal adquiridos", tiene la intención de comprar uno de los mayores yates de lujo del mundo.
Su enésimo capricho esta valorado en la faraónica suma de 200 millones de dólares (en torno a 130 millones de euros), revela el semanario francés.

Se trata de un barco bautizado como Al Salamah, propiedad del príncipe Ben Abdul Aziz, ministro de Defensa de la Arabia Saudita, fallecido en 2011. Sus herederos quieren vender el barco a cualquier precio yate Al Salamah, considerado por algunas clasificaciones como el tercer yate más caro del mundo
El navío en cuestión es un mastodonte de 140 metros de eslora y una altura equivalente a cinco pisos, tiene una pista de aterrizaje para helicópteros, una sala de cine y un hospital, informa el semanario.
El semanario francés reveló el 4 de octubre pasado el proyecto de compra. Aunque la venta no está todavía finalizada, está en buen camino. 
Investigaciones del diario Médiapart han contribuido también a desvelar una amplia maniobra de Obiang Junior para concluir el negocio. 
Se ha creado, el pasado 23 de julio, en Guinea Ecuatorial una empresa comercial para que aparezca como compradora del yate. Se llama Sociedad de Transporte Marítimo-Guinea Ecuatorial, Sotramar-GE, registrada con el número 2.481 en los registros oficiales de Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial.
Se plantean ahora muchas preguntas sobre el origen real de los fondos que el vicepresidente guineano se manifiesta dispuesto a desbloquear para hacer posible su locura. Los bancos a los que se ha contactado se manifiestan escépticos y no muestran voluntad de verse embarcados en una nueva operación de blanqueo de dinero.
Preguntado sobre este tema el abogado francés del hijo de Obiang, Emmanuel Marsigny, no quiere hacer ninguna declaración al respecto. El secretario particular en París de la familia saudí propietaria del barco, contactado por Mediapart, ha dicho que "no hará ningún comentario sobre este asunto".