miércoles, 26 de septiembre de 2012

Guinea Ecuatorial rebosa porquería



Guinea Ecuatorial empieza a rebosar la porquería; ya no hay alfombras suficientes para esconder tanta mierda, dicen los políticos occidentales más atrevidos. Atrás quedaron los viajes , a diestra y siniestra, de representantes del pueblo español y otras naciones del orbe civilizado. Los sobres que el tirano repartía a ministros, ex ministros, diputados y gente de mal vivir están saliendo a la luz pública para sonrojo de los corruptos y vergüenza de sus familias y simpatizantes.



Los chinos, en su descabellada carrera hacía la acumulación de fuentes de energía y depósitos financieros, están empujando de una manera tan vasta que hasta los más insensibles empiezan a mostrar signos de preocupación. China actúa de manera despiadada, dentro de su país y fuera ni digamos, con el único objetivo de acaparar riquezas al precio que sea. En la construcción, por ejemplo, emplean a presos comunes como mano de obra barata y los trasladan en buques prisión a puntos indeterminados del planeta, donde requieran sus servicios. No hay piedad para los suyos y ya no digamos, para los demás. En África, concretamente en Guinea Ecuatorial, se han aliado con  la banda criminal que detenta el poder en la pequeña ex colonia española convertida en una vergonzosa república bananera. Controlan yacimientos de piedras preciosas y metales caros, maderas, construcción de obras civiles, pesca y hasta empiezan a culebrear para arrebatarles a los americanos, los contratos de las explotaciones de hidrocarburos. Los españoles, por mucho que diga ahora el CNI, hace tiempo que perdió su oportunidad gracias a las malas artes de sus políticos avariciosos y sinvergüenzas.


La oposición exiliada se hace de cruces ante tanta falsedad, inmoralidad y corrupción entre españoles y miembros de la satrapía guineana. Las grandes multinacionales norteamericanas, británicas y francesas ven con pesimismo la deriva que lleva el régimen criminal de Obiang en su cada vez más descarada alianza con los chinos. El tirano africano, Teodoro Obiang Nguema, sabe que tiene los días contados y que a su hijo, al que ha señalado como sucesor, no lo quiere ni su novia, si es que alguna es capaz de soportarlo más allá de los golpes de talonario. En el mundo civilizado, salvo China, claro, hablar de “Teodorín” , el heredero del dictador, concita una opinión unánime: “Es inaceptable”. Todo el mundo sabe que intentar perpetuar la saga criminal y corrupta de Obiang en el vástago, completamente idiotizado, es condenar a todo un pueblo a degenerar, aún más si cabe, su deteriorada calidad de vida y jugar a la ruleta rusa con los recursos naturales de este pequeño país y para eso no hay que ser un experto analista, ni del CNI, que ya les vale.



La cuerda está muy tensa. Los socialistas ya no están en el poder en España y eso se nota. La corrupción rampante del régimen corrupto y criminal ya no seduce tanto como lo hizo en tiempos de los socialistas  a personajes como ZP, Moratinos, Ledesma, Bono y toda su pandilla de palmeros a sueldo. La derecha española tiene más miedo que vergüenza, eso es verdad,  pero está evitando, en lo posible, salvo algunos amiguetes como el tal Arístegui, mancharse las manos saludando a uno de los tiranos más denostados del planeta.

Los exiliados han tenido tiempo de formarse fuera de su país y algunos, como el Partido del Progreso, ya cuentan con una sólida estructura política e ideológica que los iguala a sus colegas internacionales. Severo Moto, el opositor más firme y mejor organizado, ha conseguido el reconocimiento internacional, está en el club de los partidos de centro y mantiene muy buenas relaciones con políticos de varios países como, Estados Unidos, Reino Unido, España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Canadá así cómo con partidos homólogos del cono sur americano como Chile, Argentina, México y exiliados cubanos que, como él, aspiran a la democracia como forma de gobierno de sus respectivos pueblos.



Hasta las empresas multinacionales, que serán lo que quieran menos sensibles al hambre y la desgracia de los pobladores de donde hacen negocios, están escandalizados con el rumbo que está siguiendo la criminal tiranía de Obiang Nguema. Se han escuchado declaraciones de todo tipo, desde las que piden sanciones o medidas de presión al régimen criminal hasta la de apartarlo del poder de la manera más expeditiva; nada extraño si nos fijamos en cómo han acabado los últimos tiranozuelos del norte de África. Obiang, que muy tonto no debe ser,  por si acaso, se ha aliado con los comunistas capitalistas de China para tener asegurado un retiro dorado mientras sus secuaces se quedarán para asumir sus crímenes y su responsabilidad en el empobrecimiento, miseria y maltrato al que ha sometido a todo el pueblo.



La maldad de esta pandilla de delincuentes irresponsables está escribiendo su último capitulo y ellos lo saben.