lunes, 24 de septiembre de 2012

DE LA DICTADURA ILEGÍTIMA E "ILEGAL" A LA ÚNICA OPOSICIÓN INTERNA.

                                                                                                              

José Luis Nvumba Mañana, Guinea.Net 24-9-12

ESTAMOS ENCAMINADOS HACIA LA DEMOCRACIA? V: De la Dictadura ilegímita e “ilegal” a la Única Oposición Interna.  

Hace ya años, prácticamente desde aquellos tiempos del inicio de la década de los noventa, del S. XX en que lo hice sistemáticamente bien desde la militancia en CPDS, como en el seno de la POC, que ya no pierdo el tiempo haciendo análisis críticos de las leyes que dimanan de la Dictadura Obianguemista. Dejé de hacerlo porque no sólo era palmaria la ilegitimidad en su origen, sino que también era sistemático su incumplimiento por el mismo régimen que las promulgaba, desoyendo las exigencias de la Soberanía Popular. Entiendo que sólo aquellos ámbitos interesados de modo espúreo en la pervivencia de la Dictadura, podían, y pueden, dudar de su carencia de legitimidad, así como de que se manejaba y maneja de modo ajurídico. Por ello cuando a raíz de la “aprobación” de la nueva Ley Fundamental, fui entrevistado por un medio de comunicación norteamericano, interesando mis observaciones sobre el contenido de esta pretendida Constitución y sobre el subsiguiente “referéndum” que se iba a celebrar, NEGUÉ LA MAYOR EN TÉRMINOS DE QUE NI SE HABÍA PRODUCIDO UN VERDADERO PROCESO CONSTITUYENTE EN G.E. NI POR TANTO LA LLAMADA LA LEY FUNDAMENTAL PODÍA PARANGONARSE CON LO QUE SE CONOCE POR UNA CONSTITUCIÓN EN LA TRADICIÓN Y PRÁCTICA DEL ESTADO DE DERECHO. Que únicamente nos hallábamos ante las maniobras manipuladoras y de distracción propias de la dictadura, que tenía secuestrada la soberanía y voluntad de los pueblos.

La Dictadura no sólo ha venido promulgando todo tipo de “normas” y supuestas Leyes Fundamentales en base a la arbitraria, absoluta, incontrolada e incontrolable voluntad del Dictador, sino que además éste no ha tenido reparo alguno en sentirse al margen e incumplir sistemáticamente las normas “dictadas”. Como expresó públicamente en su día, es “Dictador porque dicta las leyes”. Sólo le faltó añadir que estas normas, siquiera la que llama “Ley Fundamental”, le afectaban, a él y a cualquiera de sus elegidos, porque al ser producto de su omnipresente y absoluta voluntad, sólo faltaría que de algún modo le coartaran o se tuviera que someter a sus propios “dictados”. 

¿Para qué necesita el Dictador gastarse ingentes cantidades en asesores y en agencias y gabinetes de lavado de imagen?. El último proceso constitucional que dictó, concluyó en una “Ley Fundamental” en la que su simple lectura no nos evoca sobre un sistema presidencialista, sino sobre un régimen Fundamentalmente absoluto en que la Jefatura del Estado copa todos los poderes, nombramientos y decisiones básicas de la arquitectura estatal. Cualquier analista y técnico imparcial no puede llegar a otra conclusión. Es como cuando en una precedente reforma o ”dictado” de la Ley Fundamental, operada en 1991, no tuvo reparo alguno el Dictador en incluir una disposición por la que se estableció que no podría ser juzgado ni antes, durante o después de su mandato.¿ Los asesores en que se gasta ingentes cantidades de dinero no le hicieron saber que semejante disposición suponía ponerse por encima de la Ley y enviar el mensaje de que GOBERNABA DE MODO IRRESPONSABLE POR LO QUE NO PODÍA SOMETERSE A RENDIR CUENTAS, como corresponde a cualquier ciudadano en un auténtico estado de Derecho?. Supongo que la palmaria evidencia de que la inclusión y mantenimiento de semejante disposición era absolutamente insostenible e indefendible ante cualquier foro es lo que determinó que se acabara olvidando de la misma, sin perjuicio de que es evidente que el Dictador hará todo lo que esté en su mano para no verse nunca en el trance de tener que rendir cuentas por tantas iniquidades de que ha sido y es responsable. 

Pues bien, tras “dictar y promulgar” su actual Ley Fundamental, el Dictador, una vez más, tras perpetrar una nueva exhibición de pasarse la Soberanía de los Pueblos por el forro, ha seguido manteniendo su habitual comportamiento de no sentirse obligado y sometido por sus propios “dictados”, siquiera los pretendidamente constitucionales. A pesar de haber introducido muy importantes modificaciones en la arquitectura del estado, ni “dictó” disposiciones que regularan la provisión de estas novedades, ni ha seguido, en su caso, el lógico camino previsible, que debería haber conducido a la inmediata disolución del gobierno e instituciones, como la parlamentaria, que debían adaptarse a la nueva arquitectura estatal, una vez promulgada la “Ley Fundamental” y a la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias. 
Lo que ha hecho, cuando le ha rotado, ha sido “cambiar” el gobierno, para nombrar otro que denomina de transición, ¿hacia qué?, en el que, a mayor inri, HA NOMBRADO UN VICEPRESIDENTE SEGUNDO NO PREVISTO EN SU NUEVA “LEY FUNDAMENTAL”. Nombramiento que con todo descaro y sin mácula ha recaído en su hijísimo, en una nueva evidencia de que EL NEPOTISMO CONSTITUYE UNA MARCA REGISTRADA DE LA DICTADURA HEREDITARIA DE OBIANG NGUEMA. En suma, el supuesto último proceso constitucional ha sido otra burda maniobra de distracción dirigida, básicamente, a la llamada comunidad internacional y para intentar garantizarse que, caso de verse impedido a seguir ejerciendo material y directamente su “dictadura”, la sucesión recayera en su hijo. Claro que los problemas que éste tiene con la Justicia de varios países han impedido la cuadratura del círculo: que fuera nombrado VICEPRESIDENTE, ante lo cual el Dictador ha debido camuflarlo, aún contraviniendo “su Ley Fundamental”, como Vicepresidente II, con la seguridad de que el nombrado Vice I no tendría nunca la capacidad de reivindicar que la nueva “Ley Fundamental” establece que es el llamado a suceder al Presidente en caso de su incapacidad, muerte o renuncia.

No puedo dejar de hacer alusión a la posición de la llamada principal fuerza de oposición interior, es decir, al CPDS. Y lo hago, después de muchos años de prudente y silenciosa observación de su devenir, en mi calidad de cofundador y uno de los principales impulsores del inicial ascenso interno y exterior de este Partido. Señores, desde los palmarios y totales incumplimientos por el régimen del que pomposamente se llamó PACTO NACIONAL, ya a partir de su nacimiento en 1993, la verdadera oposición democrática quedó compelida a tomar DEBIDA NOTA de la carencia de voluntad democratizadora del régimen, lo que se ha venido confirmando sistemáticamente. Se debía haber tomado nota de que era imposible que se produjeran VERDADEROS AVANCES DEMOCRATIZADORES Y DE RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS siguiendo la agenda política de la dictadura. Ustedes se empeñan en dormir en los laureles de sentirse los más guapos de la Oposición, hasta haber perdido completamente la perspectiva y los principios que informaron la acción de CPDS en su creación y años iniciales. Entre estos principios estaba el de realizar una actividad política que había de valorarse constantemente para mensurar si de verdad se estaba avanzando en la democratización y vigencia de los derechos humanos. Y para lograrlo, había que tener una agenda política propia que incluía la confrontación, pacífica y civil, con el régimen dictatorial, cuando ello fuera necesario. Pues bien, el régimen ha demostrado sobradamente, y desde hace más de tres lustros, que nunca posibilitará el más mínimo avance de los objetivos básicos que condujeron a unos jóvenes a la creación de CPDS. Participar de las maquinaciones y de la agenda política marcada por el régimen, y sus aliados internos y externos, en modo alguno es justificable, pues supone, en definitiva, ayudar a perpetuar la dictadura y convertir la legítima y digna actividad de oposición en meramente retórica y de salón. Ello sólo puede conducir a la corrupción y a que alguno convierta esta actividad, inicialmente digna y plena de riesgos, en profesional en que los intereses personales y partidistas prevalecen sobre los comunes, cuya defensa es lo único que da sentido y dignifica la actividad política. Es significativo que aquel CPDS inicial que a través de La Verdad ilustraba y denunciaba sobre lo ridículo de un gobierno de 44 miembros para un país de medio millón de habitantes (lo que suponía que uno con 40 millones de habitantes, como entonces España, habría tener 11 mil ministros), actualmente nos haga saber que su Comisión Ejecutiva Nacional, CEN, está constituida por más de TREINTA EJECUTIVOS. ¿ Han caído ustedes en el juego del mantenimiento eterno de ejecutivos y reparto de prebendas y parcelas de Poder, único motivo de los inoperantes y ridículos macrogobiernos de Obiang Nguema, que tanto criticábamos y denunciábamos?¿ Recuerdan Ustedes que manteníamos que la CEN no debía superar los DIEZ miembros y que además los mandatos no debían superar dos legislaturas, como establecimos en los Estatutos?¿ Recuerdan Ustedes que cuando marcábamos nuestra agenda política y entrábamos en confrontación directa con la Dictadura, no teníamos presencia en el Parlamento y sí éramos capaces de hacer llegar nuestro mensaje a la ciudadanía, y al mundo exterior, hasta el punto de haber llegado a aglutinar masas de personas y a provocar la reacción espontánea de los estudiantes en diciembre de 1992?. Señores, es cierto que el exilio nos puede alejar de la realidad, lo que al menos parcialmente podemos superar si mantenemos los contactos e información directa sobre el devenir cotidiano en el país, como también lo es que la acción de oposición interna incide más directamente en la ciudadanía. Ahora bien, ni los que nos hemos visto obligados al exilio, tras haber luchado en el país y ver comprometida nuestra vida y libertad, tenemos la panacea del buen hacer y la dignidad, ni los que han permanecido y siguen luchando en el interior pueden pretender que este sólo hecho los hace más dignos y valientes interlocutores. Sólo estamos llamando la atención sobre la necesidad de no perder de vista los objetivos y principios que han de informar la lucha por la Democracia y sobre lo pernicioso que sería que, aún de buena fe, nuestra acción política acabara dando cobertura a la Dictadura. En este caso, es mejor dejarlo. En fin, estamos encaminados hacia la Democracia y debemos llegar ya a la confluencia de acción de todos los que estamos implicados en la lucha, tanto desde el exilio como desde el interior, siendo capaces de hacerlo con dignidad, compromiso, colaboración y humildad.