De Wikipedia: Leon Howard Sullivan (October 16, 1922 - April 24, 2001) fue Pastor Baptista; un lider de derechos civiles y activista social, centrado en la creación de oportunidades de trabajo para los afro-americanos; durante mucho tiempo miembro del equipo de General Motors y activista del anti-apartheid.(¡Nada que ver con la Fundación que lleva su nombre!)
Gustavo Coronel:“La Fundación León H. Sullivan, con base en Washington DC y que lleva el nombre de un distinguido luchador contra el apartheid y otras violaciones de derechos humanos, ha decidido celebrar su IX Cumbre en… Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial. Es algo como si se tuviera una Convención de vegetarianos en Buenos Aires o una Conferencia Naval en La Paz, Bolivia. La Fundación tiene como su máximo principio: un compromiso de no olvidarse de los ideales democráticos, tanto en los Estados Unidos como a lo largo del mundo. Sin embargo el régimen de Guinea Ecuatorial es dictatorial y uno de los más corruptos y abusivos en África. A pesar de esto la página web de la Fundación describe al gobierno anfitrión como sigue: Desde el 3 de Agosto de 1979, la República de Guinea Ecuatorial ha sido liderada (sic) por Su Excelencia Obiang Nguema Mbasogo. Guinea Ecuatorial ha disfrutado del más productivo período de paz, estabilidad y desarrollo de toda su historia. Un período de paz y desarrollo ha permitido que la renta per cápita de Guinea Ecuatorial alcanzara de forma permanente a ser una de las más altas del continente…” (De hecho 2/3 de la población vive en extrema pobreza)
La Fundación León Howard Sullivan ha preferido cerrar sus ojos al largo record de corrupción del Presidente de Guinea Ecuatorial , Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su hijo Teodorín Nguema Obiang Mangue, ahora segundo vice-presidente segundo del país y supuesto heredero del dictador”… … …
El artículo que resumimos ha sido traído de la gran pluma y firma de Gustavo Coronel. El autor hace referencia y ofrece numerosos citas, sobre la amplia panoplia de de casos de corrupción, robos, pagos y desvíos de dinero que desde hace tiempo vienen llenando el flagrante dossier delictivo de Obiang Nguema Mbasogo, de su hijo Teodorín, de sus grandes asesores internacionales y de toda la familia, a la que el antiguo Embajador de los Estados Unidos en Malabo, John Erns Bennet, califica-así lo recuerda el autor del artículo- como: “Una criminal conspiración familiar”
¡¡¡NO SON BIENVENIDOS!!!
El título con que encabezamos este artículo, (No es el del autor) podría parecer ciertamente exagerado. Una Fundación no puede representar a todo un imperio. Los preparativos del acontecimiento y los múltiples actos con evidentes altas personalidades de la Administración americana y el impresionante elenco de autoridades, de ayer y hoy, de los Estados Unidos, anunciados y denunciados en otros numerosos artículos de protesta de la prensa americana, inglesa y otros países, justifican de alguna manera el título.
No deja de ser extraño que cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América viene preparando, a bombo y platillo -con evidentes aplausos y esperanzas de nuestro pueblo- un amplio dossier para encartar al repudiado dictador Obiang Nguema, su hijo Teodorín y su familia, una importante Fundación americana, con el nombre de León Howard Sullivan exhiba “cara de beato” para besuquearse con el jefe de una “criminal conspiración familiar”, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo; mientras con “uñas de gato”, la Fundación Sullivan viene a zaherir, burlarse y a jugar al apartheid contra los guineanos.
No son, desde luego, bienvenidos. Más bien, maldecidos. Sobre todo, si como lo dice el autor del artículo, vienen a Guinea Ecuatorial, financiados con el dinero que Obiang Nguema, su hijo y su familia nos están robando a raudales para corromper, comprar y ensuciar a fundaciones como la SULLIVAN.
Hasta fundaciones y personalidades de la primera potencia “democrática” mundial sucumben a los efluvios pecaminoso-delictivos del corrupto Obiang Nguema.
Los “buenos” o nulos efectos de esa llamada IX Cumbre de… no se sabe qué, nos permitirán reafirmarnos en la maldición que nos merece, o arrepentirnos de lo que nos imaginamos. No son, de inicio, bienvenidos.
