sábado, 11 de agosto de 2012

A DEBATE: PETROLEO Y DESARROLLO



Conclusiones de una mesa redonda organizada por el Gobierno en el Exilio con el título: "petróleo y desarrollo"


Todos los estudios avalan, que las reservas petroleras en Guinea Ecuatorial tienen un plazo de caducidad no muy largo. El FMI, vaticina que estas reservas verán su final hacia el año 2030, y además, a medida que van pasando los años, tanto los beneficios netos por barril, como la cantidad extraída, irán disminuyendo paulatinamente, debido al aumento en los costes de extracción.

De los estudios económicos sobre Guinea  Ecuatorial, incluidos los del propio Gobierno, (Plan Nacional de Desarrollo Económico 2007), se desprende, que las riquezas por la explotación de hidrocarburos, están pasando por delante de la mayoría de la población, sin llegar a "oler" sus resultados. Y si alguien no lo remedia, éstas se habrán agotado, sin llevar el desarrollo y el bienestar al pueblo guineano. De nada habrá valido todo el dinero gastado en grandes eventos o descomunales obras, si no han ido directamente a desarrollar a nuestro pueblo y a mejorar sus condiciones de vida y trabajo.

Si no se actúa de forma rápida, estas riquezas, pueden llevar, paradógicamente, a su población, a una mayor miseria. Este razonamiento, encuentra su explicación en los siguientes datos: el 95 % del volumen total de las exportaciones de este país, representan al petróleo y al gas natural. El porcentaje de la exportación del cacao, la madera y la pesca, han disminuido escandalosamente. Somos, por tanto, dependientes casi de un solo producto. (síndrome holandés). Por otra parte, el auge económico que ha experimentado, una minoría privilegiada de guineanos, ha generado un enorme encarecimiento de los productos de primera necesidad, haciendose inasequibles a la mayoría de la población. De tal manera que, a medida que el petróleo vaya disminuyendo, y sin haber diversificado la economía, se puede llegar al armagedon económico. Y llegados a este escenario: mejor hubiera sido, no haber tenido petróleo.

En el célebre Plan Nacional de Desarrollo Económico 2007, el propio Gobierno reconoce que: encontrándose Guinea entre los primeros paises del mundo (después de Qatar y Kuwait), en relación barril/habitante y entre los de mediana renta per cápita (cercana a los 20.000 $/H), sin embargo, en cuanto a prestaciones de sanidad y educación, se encuentra detrás de Cabo Verde o Senegal.

Todos estos estudios reconocen el problema, pero no han diagnosticado las causas de este desequilibrio económico; que no es más, que una dictadura caótica, voraz y corrupta. Por mucho que lo intenten, no  podrán trabajar para un pueblo en el que no creen; cuando se le desprecia, llamándole holgazán,o simplemente se le excluye del reparto de esa tarta, que ha supuesto las riquezas derivadas del petróleo.  

Ante todo este panorama, ¿qué esperanza tiene el pueblo guineano?: sólo le puede salvar un cambio de régimen; no existe otro camino. Romper la dictadura y permitir el regreso de todos los exiliados, convocar elecciones libres, reconciliar al pueblo, restañando las heridas y trabajar en serio para todos sus habitantes.

Y aquí no vale cualquier política. Esta tiene que ser de acusado carácter social, descentralizada y participativa, contando con la población, para que esta no siga siendo convidada de piedra, y por el contrario, se convierta en centro y motor de todo cambio.

Todo este proceso de reconstrucción, lo tiene que liderar un partido fuerte, nacido del pueblo y empeñado seriamente en devolverle a este la soberanía que le ha sido hurtada. Esta es la aspiración de los hombres y mujeres del Partido del Progreso: que los guineanos podamos elegir libremente a nuestros gobernantes y encarar el futuro  con la convicción de que nadie pueda volver a engañarnos con elecciones amañadas o con falsas promesas.