sábado, 21 de julio de 2012

RETAZOS DE LA HISTORIA: HACE, HOY, 33 AÑOS

                                                                      
                                                                                                                                         
Por Severo-Matías MOTO NSA 

Eran los primeros días del mes de Julio de 1979. El rugido de un camión militar, color verde-oscuro, se fue haciendo cada vez más cercano, hasta parar sus motores en el patio de los presos de “BIAFRA”. Acabábamos de regresar de los trabajos forzados de la finca de café y cacao que el Teniente Coronel Obiang Nguema tenía en Biafra, pegada en las faldas más altas del erguido pico de Basilé. Estábamos escuchando nuestra canción favorita, siempre animada por MBU BOKUNG NCHAMA, un preso divertidísimo que endulzaba nuestras tragedias y las suyas propias, con chistes referidos a las patochadas de los dos presos que nos vigilaban: Edjang Obam Nzang y Monsuy Ona Nsue.
“Los demás van a la cárcel con juicios y sentencias. Yo que estoy aquí, sin juicio ni sentencia ¿qué me espera? ¡Oh, oh, oh!”
Yo llevaba tres años de cárcel, sin juicio ni condena. En esta canción de eterna queja estábamos los presos de Biafra, cuando sonó el grito atronador del guardia Edjang Obam.
  • ¡¡¡Moto Nsa!!!
Salí corriendo y me puse frente al guardia, dispuesto a recibir la ración diaria de porrazos
  • ¡¡¡Coge tus cosas y sube al coche!!!
Cinco minutos después, el camión descendía los 7 kilómetros de empinada montaña que me separaban de Biafra, hasta el siguiente patio de presos. A penas dos semanas después, fui  trasladado al patio de presos de  Sampaka. Cada vez más cerca de  Malabo.
El día 21 de Julio de 1.979, apareció en el patio, mi hermana Eusebia Moto Nsa, para informarme de que podía abandonar el patio. Que había conseguido del Teniente Coronel Obiang Nguema mi libertad. La sorpresa de volver a ver a mi hermana, después de tres largos años  de prisión, perdido en campos de concentración de presos y de trabajos forzados, no me dio tiempo a dudar de la noticia que medaba mi hermana. Ningún trámite, ni papeleo, ni proceso alguno de salida, ni retorno al penal de Black Beach;  exactamente igual que cuando el día 5 de octubre de l976 me metieron en la cárcel. La entrada o salida de presos bajo el grito de ¡¡¡Hasta nueva orden!!!, no necesita, desde Macías Nguema, ni registro de entrada ni de salida. De presos clandestinos y secretos están llenas las cárceles de Obiang Nguema  Mbasogo, en Guinea Ecuatorial. Es fácil entender que los escasos observadores internacionales que pretenden verificar el número de presos en Black-Beach de Malabo  o “Modelo”, de Bata o de cualquier otra cárcel guineana, no puedan valerse de los “Archivos” ni listas o carpetas. Y como no existe archivo, ni listas ni carpetas (los Encargados de cárceles son normalmente asno-alfabetos funcionales y de naturaleza); pues no hay presos…


Cogido de la mano de mi hermana, nos dirigimos a Malabo.
Dos días después, recibí  la orden (“recomendación…”) del Teniente Coronel Obiang Nguema, aconsejándome seguir en el bosque porque: “Si te ve Bonifacio Nguema Esono, puede volver a meterte en la cárcel…”   El mensaje subliminal era que el Teniente Coronel Obiang Nguema omnipresente taimado, hacía responsable de mis tres años de prisión -sin  juicio ni condena- a Bonifacio Nguema Esono, entonces Vicepresidente de la República…
El día 2 de Agosto de 1979, décimo tercer día de mi suelta, me disponía a cumplir la “orden-recomendación” del Teniente Coronel, Obiang Nguema, de permanecer en el bosque. Decidí  ir a despedirme de mi amigo Enrique Matogo Oyana. Por el camino, se acercó a saludarme el canario Juan Antonio Cabrera, (“JUAN TAURO”)
  • Hola, Severo. Mira esto –Me invitó a leer una inscripción de flores y arbustos frente a su empresa, donde se podía leer: 3 de Agosto 1979) ¿Sabes que significa esto?
  • Ni  idea. Qué significa esta fecha. ¿Es mañana, no?
  • Ya lo verás…
  • Vale. Me voy que tengo que volver al bosque, de orden del Teniente Coronel Obiang Nguema.
  • Vale, ya lo verás. Hasta luego.
Seguí mi camino. Y lo primero que le conté a mi amigo Matogo fue el extraño encuentro con Juan Tauro. Luego mi firme propósito de abandonar el país, y largarme a España, tras mis humillantes tres años de injusta prisión y mi liberación. Enrique, con su flema solemne y su palabra siempre seleccionada (castellano de la E.S.I.) me anunció el plan golpista de Obiang Nguema para acabar con su tío Macías.
  • El Teniente Coronel piensa en ti, como único Periodista titulado que eres, para dar vida y fuerza a la noticia del golpe de estado. Quiere convencer al pueblo, a tiempo,  de la verdad del golpe. Sabe cómo trabajas en los medios informativos…  Creo que vale la pena darle un voto de confianza a este chico; a pesar de todo lo que ha pasado…
El día 3 de Agosto de 1979, amaneció como si de pronto el volcán del pico de Santa Isabel, resucitase; y, en vez de lava, cubriera la ciudad de una agitada, descontrolada y vociferante magma humano, al grito de:
“¡¡¡Obiang Nguema se i no wan mo kongosá...!!!” (Obiang Nguema dice que no quiere más habladurías) Los tambores y mamarrachos del BONKÓ repartían por doquier sus ritmos y canciones en “pichinglis”, cubriendo Malabo de un emocionante y contagioso clima de resurrección.
Mientras tanto el Teniente Coronel golpista, Obiang Nguema Mbasogo, confesaba al Monseñor Rafael Nsé Abuy, su profunda verdad:
  • Veo que la gente está muy contenta. No podemos aplicar el estado de excepción; no lo van a respetar. Pero- añadió- Yo no he dado el golpe para la gente. Es que Macías ya me estaba humillando mucho y buscando mi muerte; por eso me he adelantado.
El pseudónimo eufemístico de GOLPE DE LIBERTAD quedaba explicado. No era para liberar al pueblo guineano; sino para librarse él mismo de las iras de Macías, a quien permanentemente segaba la hierba bajo los pies para ocupar su lugar.
NOTA: A la vez que juro haber recibido del Monseñor Nse Abuy, esta  declaración sincera de Obiang Nguema, debo dejar muy claro que no se trata de ninguna revelación de secreto confesional alguno. Eso de confesarse no va con el despiadado dictador gabo-equatorguineano. Fue un simple sincerarse con el Monseñor Nse Abuy (más tarde, uno de los más eminentes víctimas mortales del dictador…) como lo hace, envalentonado, a cualquiera de sus, supuestos, confidentes.
En definitiva, Obiang Nguema es simple y llanamente un hombre que se defiende de  todos; con tal de que no le pase nada a él. El llamado Golpe de LIBERTAD (algún conocido asesor occidental se lo pondría en boca) perdió de inmediato el sentido popular o pluralista del término, para centrarse en el exclusivo sentido y significado individual, que, treinta y tres años después viene mostrándose palmariamente. 
Hoy, día 21 de Julio de 2012, hace 33 años, me mandaron salir de la cárcel de Black-Beach, sin papel de salida; igual que entré el 5 de Octubre de 1976, sin papel de entrada, solo bajo el mandato de: “Hasta nueva orden”.