sábado, 26 de mayo de 2012

¡¡ POR UN ESTADO LIBRE, DEMOCRATICO Y DE DERECHO..¡¡


                                                                   
Gabinete de Estudio y Proyectos, Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial.


Durante  los más de treinta años  de dictadura de Obiang, hemos podido comprobar, que  las prioridad de este régimen no es la mejora de las condiciones de vida de los guineanos, lo suyo es la arbitrariedad y el robo continuado, circunstancias que han dado lugar a un vergonzoso apartheid, cuyo resultado es la exclusión social de una gran mayoría de guineanos. Las grandes obras con las que nos quieren deslumbrar, no han traído  prosperidad a nuestras gentes, sino todo lo contrario; se han hecho  a costa del sudor de nuestro pueblo y con el dinero  que debía estar destinado a atender sus muchas carencias.También el Antiguo Egipto nos ha legado grandes monumentos, pero sabemos que estos se hicieron con la esclavitud y muerte de millones de egipcios. ¿Es posible estar más alejado de las necesidades de un pueblo, cuando en un país con menos habitantes que la ciudad de Valencia y una extensión algo mayor que una de las provincias de España, se puede permitir el lujo de contar con un gobierno de 60 miembros, cuando en la mayoría de los grandes países europeos la cifra de ministros va de 8 a 12?. Tampoco es posible dar como balance, de todo el tiempo que ha permanecido Teodorín como ministro de agricultura, la creación del Instituto de Promoción Agropecuaria, diversos  cursos de formación para agricultores locales o la célebre campaña de las chapas de zinc. Sabemos que la agricultura de Guinea Ecuatorial ha quedado totalmente desmantelada y sin posibilidad de atender las necesidades alimentarias de la población. Este no es un estado ni un gobierno que trabaja para la gente, es una banda que se dedica, única y exclusivamente, a expoliar nuestro país, sin importarles el sufrimiento de sus  gentes. 

En el archivo histórico de este Confidencial pueden encontrar un extenso número de artículos sobre el trabajo que  el Gobierno en el Exilio ha venido realizando a lo largo de muchos años, en lo referente a la preparación y el diseño de diferentes  programas que abarcan campos muy diversos, como en el sector primario: agricultura, ganadería, pesca, minería y bosques; el campo social: planes de asistencia social, programas de animación sociocultural y desarrollo comunitario; en el mundo educativo: planes de enseñanza primaria, formación profesional, programas  de formación de adultos, enseñanza media y universitaria: en la sanidad: plan de erradicación de enfermedades endémicas, atención primaria y creación de un sistema de Seguridad Social universal para todos los guineanos. Sabemos que toda acción de gobierno debe ir encaminada directamente a dar solución a los diferentes problemas  que se le presentan a la población y que debe orientarse única y exclusivamente al servicio de los ciudadanos. 

Si analizamos el fenómeno que supuso la implantación  del Partido del Progreso y el mensaje que dejó Severo Moto a su pueblo, nos encontramos con un auténtico movimiento de regeneración de toda la sociedad guineana, en lo político, en lo social y en lo económico. Con la particularidad de que la tarea de restauración y mejora de la vida de esta sociedad, es asumida directamente por la gente. Por primera vez el pueblo de Guinea Ecuatorial asume su responsabilidad colectiva y se presta a ser el dueño de su destino. No querían dejar que su futuro se lo impusiera la dictadura, eran ellos los  que debían incorporarse a la tarea de la mejora de la sociedad en que vivían. Pero de nuevo Obiang Nguema  frustró sus aspiraciones, con la ilegalización del Partido del Progreso y  el encarcelamiento de su líder, Severo Moto.

Creemos que la lucha contra la pobreza y la discriminación, así como, la defensa de los valores de las personas como sujetos de derecho que conforman la sociedad civil, deben ser objetivos prioritarios. Sentar  las bases para un crecimiento permanente, supone en primer lugar, asentar un estado libre y democrático, con instituciones que funcionen, con una justicia independiente, que vele por los derechos de los ciudadanos, donde exista seguridad jurídica para las inversiones extranjeras y que estas no estés sometidas a la arbitrariedad y corruptelas de los  gobernantes de turno. Es necesario poner las condiciones para que la iniciativa privada se anime a crear diferentes proyectos empresariales, ayudando a la formación de los futuros empresarios y trabajadores y prestando ayuda económica para el fomento de nuevas empresas. En este contexto, el Estado no debe remar, sino llevar el timón. 

Nada que ver con las prácticas que está llevando a cabo la dictadura con la inversión extranjera, que está siendo atraída por la propaganda del régimen , presentando a nuestro país como un paraíso de oportunidades, y en realidad no deja de ser un pozo de corrupción. Sabemos que la mayoría de las empresas que quieren implantarse en Guinea, deben de incorporar, formando parte de esta, al gerifalte de turno, en las que la dádiva y el soborno son practicas obligadas. Una vez que han entrado en el entramado de la corrupción, estas empresas tienen patente de corso para hacer lo que les plazca, sobre todo en el terreno laboral, en el que los trabajadores guineanos se convierten en los nuevos braceros  y la mano de obra especializada siempre es extranjera.

Para conformar este nuevo modelo de estado moderno, propio de los países occidentales, y que por nuestra pertenencia a Internacional Demócrata de Centro, hemos podido conocer y estudiar de cerca, es necesario liderar un amplio y generoso proceso de reconciliación nacional, que cierre esa profunda herida que la dictadura ha producido en el seno de la sociedad guineana. Tantos años de arbitrariedades, de corrupción y de violencia, han generado una gran podredumbre moral en gran número de guineanos, que deberán reciclarse y acatar las normas del nuevo estado de derecho, orientando sus conductas a la nueva situación.

Este es el compromiso que hemos contraído con nuestro pueblo y el motivo de nuestra larga lucha. Creemos que vale la pena seguir manteniendo vivos estos grandes principios que nos mueven y que  nuestro Presidente, Severo Moto, no ha querido abandonar, a pesar de la cárcel, las amenazas, el odio y el aislamiento a que nos han sometido aquellos que siempre han creído que Guinea Ecuatorial es un coto donde se les va a permitir enriquecerse fácilmente, a costa  de la exclusión y el sufrimiento de nuestro pueblo. Ni el Presidente del Partido del Progreso, ni los demás miembros, somos una especie de justicieros, empeñados solamente en  hacer pagar los delitos  contra nuestro pueblo. Sabremos perdonar y hacer que los guineanos se reconcilien unos con otros, porque estamos convencidos de que esta es la única forma de iniciar el camino hacia la democracia y hacia el estado de derecho.