jueves, 5 de abril de 2012

LOS HABITANTES DE GUINEA ECUATORIAL, NO SON DIFERENTES.



                               Don Severo Moto y Don Armengol Engonga


Por Juan Cuevas

Todavía no se me ha  olvidado la cara de sorpresa y hasta de indiganación que puso el Vicepresidente del Partido del Progreso, Don Armengol Engonga, al comentar las declaraciones (entrepasillos) de un veterano político español, que referidas a Guinea Ecuatorial y a sus habitantes, vino a decir: "para ser negros y africanos, a qué mayor grado de democracia pueden aspirar". Por desgracia eso es lo que piensan algunos políticos (de esos que consideran que el mundo de los negocios debe estar por encima de cualquier consideración, hasta de la libertad de un pueblo) al referirse a Guinea Ecuatorial y a sus relaciones con España.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela ha presentado la primera evidencia genética del flujo de genes entre Africa y Europa en una época prehistórica, en concreto hace unos 11.000 años. Ahora resulta que los europeos modernos somos más africanos de lo que pensábamos. O al menos su huella está más impresa en nuestro genoma de lo previsto. No sólo comparten el genoma, también el deseo de libertad, de democracia y de dignidad que cualquier europeo. Y la democracia debe abrirse paso en Guinea Ecuatorial de la misma forma y con unas instituciones totalmente equiparables a las de Occidente. 

He conocido a los exiliados guineanos, de todos los partidos, me parecen gentes de una buena preparación intelectual y humana , personas que llevan su lucha heroica contra la dictadura de Obiang, con una gran dignidad. Una cosa ha quedado bien demostrada por los opositores guineanos que conviven con nosotros aquí en España, y es que este pueblo, es merecedor (como nosotros) de las conquistas de libertad y democracia, que el  resto de europeos hemos conseguido.

Ha tenido que ser Francia y los EEUU, los que le han puesto coto a los desmanes que durante tanto tiempo han estado perpetrando Obiang y su familia contra el pueblo guineano. Gracias a la acción de la justicia (independiente) francesa se ha podido airear toda la porquería que acumulaba este infesto régimen. Las asociaciones (hispano-guineanas), lobbys y polítios que hasta hace poco han estado legitimándolo, parece que han tenido que  replegarse. Es posible que algún día nos los encontramos delante de una pancarta pidiendo la condena internacional del régimen de Obiang Nguema.

Nada nuevo, es lo que ha estado denunciando durante 30 años Don Severo Moto: robo a manos llenas, impunidad para disponer de los guineanos como simples objetos, saltándose uno tras otro, los más elementales principios de legalidad. Eso si que ha sido valor y arrojo, el  que ha demostrado el Partido del Progreso,  el mantener una lucha contra Obiang, casi en solitario, durante tanto tiempo (dentro y fuera de Guinea) y teniendo en muchas ocasiones como enemigos a aquellos que tenían que haber sido amigos de la libertad y de la democracia y la avaricia del dinero se lo ha impedido.

Un triste y obsceno espectáculo el que estamos contemplando estos días en el interior de Guinea Ecuatorial, el ver como todos  aquellos que han colaborado con el régimen en los robos, las violaciones y los asesinatos de sus compatriotas, salen a las calles a defender de la justicia a ese truhán llamado Teodorín, (el Patrón) cuando esta le pisa los talones. Es todavía más triste y penoso ver como son arrastrados a las protestas contra la justicia francesa, los que han sido y son damnificados por el régimen. Nos encontramos con la paradoja de que los que han sido apaleados y violados, se ven obligados (por la fuerza) a defender a sus propios verdugos.

Hay tres países que de alguna forma, están obligados a poner orden a todos los desmanes que ha generado en Guinea Ecuatorial la dictadura del General Teodoro Obiang Nguema. España, al ser la potencia descolonizadora y el referente cultural de los guineanos; Francia por su gran influencia económica y de gendarme en el área de la francofonía y los Estados Unidos, verdadero motor económico en Guinea y principal garante mundial de  estabilidad y  democracia.