lunes, 5 de marzo de 2012

París era una fiesta para “Teodorín”




                                                                                                                                                          

Revista de Prensa.- La Crónica de El Mundo


Un fin de semana en Sudáfrica : un millón de rands (100.000 euros) en champán. Una tarde de compras en París : 30 trajes de marca al armario. Un coche favorito : el Bugati Veyron, el más caro del mundo, valorado en dos millones de euros  y capaz de alcanzar  los  400 kilómetros por hora. Tiene dos e intentó comprar  un tercero… SIGUE
La policía judicial gala nunca había visto nada parecido. Por el volumen y el importe, el material confiscado en elo palacete de seis plantas del número 42 de la Avenue Foch batió todas las expectativas y todos los récords. Y eso que su indisceto dueño, Teodoro Nguema Obiang Mangue, alias Teodorín, lucía el pasaporte de uno de los países más pobres y depauperados del planeta.

Coches de hiper-lujo, palacios con 100 habitaciones, cuentas secretas, inversiones en arte y antigüedades, fiestas con prostitutas y vinos de colección…Mientras sus pueblos se debaten entre el hambre y la pobreza, para algunos dictadores africanos y sus familias, París sigue siendo una fiesta. Lo denunciaron en marzo de 2007 Transparency International, Sherpa y otras ONG dedicadas a combatir la corrupción de los regímenes totalitarios. Y la opinión pública se ha enterado ahora, una vez que los jueces se han decidido a requisar el inmenso y más que sospechoso patrimonio de estas dinastías de sátrapas.
“Si, a los 50 años, un jefe de Estado africano no posee al menos un piso en los Campos Elíseos, es que ha fracasado en la vida”, anuncia un chiste muy comentado del dibujante Dominique Goubelle publicado en el semanario satírico Charlie Hebdo. Suena cruel, pero es más real que la vida misma.

La semana pasada la Oficina Central de la Represión de la Delincuencia Financiera (OCRDF), que investiga el caso de los llamados Bienes Mal Adquiridos, concluyó su registro del palacete, puesto a nombre de la sociedad guineana Somagui Forestal : en realidad, una tapadera corporativa tras la cual se oculta Teodorín, hijo favorito del presidente de Guinea Ecuatorial, ministro de Agricultura y Bosques de la excolonia española y futurible sucesor de su progenitor al frente de Guinea.

Tras 10 días de inspección, los agentes requisaron un total de 200 metros cúbicos de objetos con un valor estimado de casi 40 millones de euros. Hicieron falta tres contenedores para llevarse el contenido de las 101 habitaciones de esta cueva de Ali Babá con 30 empleados de servidumbre donde el heredero amontonaba riquezas adquiridas en los mejores locales de subastas y tiendas de anticuarios de la ciudad. Cuando los jueces de instrucción Francoise Desse, Le Loire y René Grouman ordenaron investigar el patrimonio en suelo francés de tres mandatarios africanos sospechosos de desvío de fondos públicos, la familia Obiang era aparentemente la menos avariciosa. Hasta octubre de 2011, no se decidió la OCRDF a acudir con una orden de registro al palacete que Teodorín posee a 500 metros del Arco de Triunfo. E incluso entonces fueron comedidos puesto que se limitaron a inspeccionar el garaje. Lo que descubrieron los agentes es el sueño de cualquier fan fatal de la automoción. Una colección de coches eclusivísimos entre los que destacaban un Aston Martin rojo V8 V600 Le Mans (40 ejemplares en todo el mundo), un Maserati MC12 (50 ejemplares) y un Rolls Royce Phantom coupé , además de Ferraris, Posrsches… “¿Pero quién era este tipo y de dónde sacaba tanta pasta”? se preguntaban los investigadores.Pues Teodoro Nguema Obiang Mange, 45 años, es el hijo de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, presidente de Guinea Ecuatorial, con su primera esposa, Constancia Okomo. Actualmente ejerce de Ministro de Agricultura y Bosques, Embajador Permanente de Guinea Ecuatorial ante la UNESCO y presidente de las juventudes ancianas del PDGE, además de dirigir la campaña para reformar la Constitución de su país que debería llevarle directamente al puesto de vicepresidente y más tarde, cuando su progenitor renuncie-sufre cáncer de próstata-, a la jefatura del Estado. En cuanto al dinero, procede de la venta de toda la madera del país, que gestiona a su antojo.

Según The Times, estudió en los 90 en la Pepperdine University de Malibú (California), pero de acuerdo con el Sidney Morning Herald, sólo estuvo unos meses yendo a clases porque prefería ir de compras por Rodeo Drive. Durante esa época, no le gustó el colegio mayor y alquiló un apartamento en la playa y una suite en un hotel de lujo de Beverly Wilshire. Luego se dedicó a viajar por el mundo y quiso fijar su cuartel general en una mansión que adquirió por 6,5 millones de dólares en Bel Air (Los Angeles), junto a la actriz Farrah Fawcett. Jamás llegó a mudarse porque, según le dijo al agente inmobiliario que se la vendió, la decoración era demasiado contemporánea para él.

Encaprichado por convertirse en una capo del hip hop, creó su propio sello discrográfico tomando como razón social sus iniciales : TNO Entertainment. Y siguió viajando, creándose fama de playboy internacional con la chequera ligera.

Si se hubiera limitado a vivir a todo tren, quizá no habría llamado la atención a las autoridades. Pero convencido de su impunidad, Teodorín empezó a gastar desaforadamente y las facturas terminaron en poder de los jueces de uno y otro lado del Atlántico.

Pero es que cambiaba de coche según el color de los zapatos que calzaba. Gastó 275.000 dólares en un guante de Michael Jackson…y 80.000 en un par de calcetines recubiertos por swarovskis…
Tras 10 días de registro, la prensa del Hexágono, ha hecho público el botín de Teodorín y ha empezado a escarbar en su estilo de vida, que uno de sus empleados ha descrito a la policía como “alcohol, putas y coca”. Según sus lacayos, su excelencia, como era obligado llamarle, es un jefe maltratador y que paga las nóminas tarde.