sábado, 31 de marzo de 2012

Obiang critíca a Francia y se protege tras un escudo humano de seres inocentes


Teodoro Obiang, siente el fin de su desastroso reinado del terror. Lejos de de llevar a cabo acciones responsables y civilizadas, se ha dejado engañar, de nuevo, por la corte de aduladores/depredadores que están esquilmando las arcas del tesoro. Obiang ha puesto en marcha, una vez más, toda su zafia maquinaria para movilizar un país desesperado. Hoy, su obsesión, plantarle cara, nada más y nada menos, que a Francia.



Nadie, a pesar de todo el dinero que hurta a los guineanos, es capaz de asesorarle con un mínimo de cordura. Está haciendo justo lo que nunca se debería hacer. No se puede ser más incapaz.

Guinea Ecuatorial ya es un país pequeño y sus capitales, Malabo y Bata, son ciudades muy fáciles de controlar. En Malabo, concretamente, se ha vivido una jornada más ruidosa que otra cosa. Los helicópteros no han dejado de sobrevolar los tejados de los edificios y todos estaban llamados a protestar por lo que consideran injerencias de Francia en la política interna del país. Vamos que, intentar detener al atracador y ladrón del hijo del Tirano de Guinea Ecuatorial es una cuestión de política doméstica.

Los mandos de la banda armada que arropa a Obiang han desplegado a todas sus unidades para cerrar los establecimientos públicos y los talleres o tiendas donde se trabaja, habitualmente. Todos los familiares, los funcionarios, la gente que camina por una acera, todos, han sido animados a participar en la protesta contra la justicia francesa.

Una anécdota que no reflejarán ni los periódicos franceses.

Obiang está fatalmente asesorado y eso no beneficia a nadie. No le vamos a decir lo que debería hacer porque nosotros si sabemos lo que nos gustaría hacerle. Hacer esta patética exhibición de ¿fuerza? es una ridiculez que hace que la gente, los obligados a marchar contra los franceses, estén hasta el cogote de la familia Obiang y sus sicarios.

Ahora, se inventarán alguna conspiración y detendrán a un desgraciado o dos, pobrecillos a los que les toque, y los marearán, los golpearán y les harán mil perrerías para terminar diciendo o declarándose los asesinos de Julio Cesar o de JFK, qué más da.

La tecnología nos permite mantener un contacto continuado con lo que sucede en la República. La gente está harta y quieren ver un Gobierno responsable que organice la sociedad devastada por esta pandilla de incompetentes y criminales.



Los días están contados. En España ya hay muchos que opinan que se tienen que normalizar las relaciones con la ex colonia y eso pasa por el abandono del apoyo a la Tiranía y su acercamiento a las organizaciones de la disidencia. Muchos políticos y empresarios que se enriquecen con los negocios que hacen con la banda y la familia de Obiang, están dispuestos a trabajar con un gobierno democrático y civilizado que salga de un proceso electoral con todas las garantías. Hay quién está sondeando la posibilidad de declarar material sensible y confidencial, los negocios y relaciones, de nombres muy significativos, con el sátrapa guineano.

La estrategia de Obiang es penosa. Está malgastando un tiempo precioso en intentar blindarse contra todo el mundo. Teodoro, sólo hay una Corea del Norte y a ese gordito, también, le están resoplando en la nuca.