miércoles, 8 de febrero de 2012

¿A QUIÉN TENGO QUE PEDIR JUSTICIA EN ESPAÑA?


                  Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso y  
                                     del Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial

Perseguido a muerte en Guinea Ecuatorial, por Obiang Nguema, me exilié en España, por segunda vez, en el año 1996, después de un primer exilio de 10 años (1982-1992). Bien sabe Dios que por mi condición de exilio, ni yo ni mis cuatro hijos hemos percibido ayuda alguna de ninguna de las instituciones españolas dedicadas a paliar la tragedia del exilio. Ha sido mi carrera periodística (10 años de trabajos en la Agencia Efe y RTVE) la que, en su tiempo, me permitió subsistir durante los primeros 10 años de exilio en España.
Luego, enrollado en la pelea por las libertades de mi pueblo, Guinea Ecuatorial, participé de las ayudas que aquella España de las últimas décadas  del siglo pasado, ofrecía a la oposición guineana; lo que me permitió construir el gran edificio del Partido del Progreso y anclarlo en el corazón profundo del pueblo  de  Guinea Ecuatorial.

UNA PINZA DE ODIO MORTAL

A partir del año 2004, los “granos de sarnas” del odio que  una parte de España venía produciendo en mi cuerpo,  fueron supurando y abriéndose cada vez más, hasta convertirse en una lacerante y feroz “lepra” que, durante los últimos ocho largos y pesados años, me ha tenido hundido en la miseria.
Por una parte,  el repugnante régimen del dictador Obiang Nguema, a quien me negué a seguir y adular, como lo hacen otros; y por otra, el mundo socialista, cuya doctrina no acierto a comprender ni encajar, me marcaron una cinta imposible de soslayar, tanto en Guinea Ecuatorial como en mi refugio en España.
Constituidos en un famoso “CLUB” al servicio de Obiang Nguema, un importante grupo de Excelentísimos señores, autoridades españolas del mundo diplomático, judicial, de los “spanish secret services” y de la Administración  española, en general, me prepararon una encerrona que arrancó en Croacia, a donde fui conducido por los “spanish secret services”, para ser sacrificado en las aguas del Mar Adriático.
BUSCA, CAPTURA, BATIDA…

Fracasado estrepitosamente este infernal proyecto, no dudaron en proponer y ejecutar, en Consejo de Ministros, la decisión de desposeerme del Estatuto de Asilo, que otros Gobiernos me habían concedido. De nuevo contrariados por el Tribunal Supremo, que me devolvió el asilo, fui secuestrado,  con intenciones de trasladarme a Guinea Ecuatorial y entregarme a Obiang Nguema. Fracasado de nuevo este intento de asesinato, me recluyeron en las mazmorras de Navalcarnero, durante 4 meses y cuatro días. Finalmente me redujeron a la condición de “libertad” provisional”; pago de 10.000 euros (que yo no tenía); firma “apud acta” todos los lunes; prohibición de abandonar el territorio español, ( con aviso a la Guardia Civil); y retención del Pasaporte o “Documento de Viaje”. Este documento ha sido paseado por las excelentísimas autoridades españolas entre España y Guinea Ecuatorial, exigido por Obiang Nguema para asegurarse de que ya nunca volveré a mi país, atrapado en España por las excelentísimas autoridades españolas, amigas de Obiang Nguema.

MIEDO, AJO… Y AGUA…

Mis amigos, españoles y guineanos, aterrorizados, como yo mismo, por el miedo a las excelentísimas autoridades españolas, me aconsejan guardar silencio, aguantar y a j…
Mis abogados, muy prudentes (alguno ha sido encontrado muerto en su casa), todos ellos me aconsejan, esperar… Porque “este es un asunto más político que judicial”
La Audiencia Nacional, se inhibió en los Tribunales de Sagunto, después de haberme metido en la cárcel de Navalcarnero, durante cuatro meses y cuatro días, acusándome de “tenencia ilícita de armas”, “tráfico” de las mismas, y “asociación ilícita” con propósito de “atentar contra Obiang Nguema Mbasogo” Luego se desdijo y se inhibió…

ASUNTO JUDICIAL O ASUNTO POLÍTICO

La respuesta de los Juzgados es que se trata de una “patata caliente” (Un término “judicial” que mi pobre mente de negro y africano no entiende…) O me aconsejan, unos y otros, que es mejor esperar a que cambie el Gobierno en España; porque se trata de un  asunto político.
Yo nunca le tendría miedo a un asunto judicial o jurídico, en España. Una y otra vez, en privado y en público, he manifestado mi confianza y fe en la Justicia Española; en cuyas manos siempre me he sentido tranquilo y seguro. Pero confieso mi terror al saber que mi tragedia, en España, tiene como origen y base, al dictador Obiang Nguema Mbasogo, quien ha  contagiado el odio  mortal que me profesa, a sus excelentísimas autoridades españolas, amigas.
 ¿Es posible que mi tragedia en España se deba a que –como me dicen- el dictador Obiang Nguema, suelta ingentes cantidades de dinero (¡¡Robado al pueblo guineano!!) para pagar mi muerte política y física en España?
Me gustaría no creérmelo; pero Obiang Nguema  afirmó, hace unos meses, rotundamente: …¡¡¡España no me puede decirme nada, porque les pago, yo!!!
He recurrido, a lo largo de los ya cuatro años de “libertad” provisional de la que “disfruto” en España, a todos los estamentos. He elevado el tono de mis lamentos hasta la Máxima Instancia de España; Y me he  sentado, a esperar, defraudado, en las puertas del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y en las puertas  de los Tribunales de Valencia.
No voy a provocar ninguna manifestación pública, a la que estoy seguro acudirían en masa mis compañeros de partido y otros amigos españoles  (Pero me conozco muy bien, cómo suele reaccionar el excelentísimo Ministerio de Exteriores a las manifestaciones a las que acudo yo…) Tampoco  voy a enterrarme en  la huelga de hambre. (Nadie –especialmente las excelentísimas autoridades- desconoce que vivo en estado de hambre permanente, con mis cuatro hijos, ocho nietos y sobrinos. ¡Para qué darles más gusto a Obiang Nguema y a sus excelentísimas autoridades, amigas!
Creo en eso de que “no hay imperio que  cien años dure (menos el de Obiang Nguema Mbasogo y sus excelentísimas autoridades amigas). Dicen que tampoco hay “cuerpo que lo aguante” (el cuerpo de los guineanos, atrapado en los garfios de Obiang Nguema y sus amigos, sí)
A pesar de todo, creo en el refrán que dice “Niño que no llora, no mama”. Por eso pido perdón a quienes se molesten por mis insistentes llantos en reclamo de justicia en España. Asunto político,  para juristas; asunto judicial, para políticos. Y  yo, mi familia, mi partido y Gobierno en el Exilio, atrapados en medio
¿Y…AHORA QUE SE ME HAN IDO DE ROSITAS…?

Ahora que las grandes y excelentísimas autoridades españolas, amigas de Obiang Nguema Mbasogo; las que me llevaron a Croacia; me quitaron el asilo; me encarcelaron en Navalcarnero; me cobraron 10.000 euros (que  no tenía); me encerraron en España para no salir fuera y llegar a Guinea Ecuatorial (Para no molestar a Obiang Nguema); me obligaron a ir todos los lunes a firmar a los juzgados; me retiraron el pasaporte (Documento de Viaje) y se lo llevaron a Obiang Nguema… Ahora que se han ido “de rositas” y me han dejado encerrado en mi “libertad” provisional, mientras salen al encuentro de Obiang Nguema, en Guinea Ecuatorial, a reforzar y asegurar sus negocios; o se refugian en Embajadas; o, quizás, se reajustan en el poder, no me queda más remedio que lanzar de nuevo mi grito (de esclavo negro) y de dolor: 
¿A quién tengo que pedir justicia en España?  ¡¡¡Si se han ido los que me la quitaron!!! 
Seguro que se me acercará algún amigo, tan asustado y muerto de miedo como yo, para tranquilizarme al oído, diciendo: “Mejor que guardes silencio... Espera, hasta que vuelvan los que se han ido…”
¡Gracioso, el amigo!