lunes, 21 de noviembre de 2011

GUINEA ECUATORIAL Y ESPAÑA, EL REENCUENTRO DE DOS PUEBLOS



       De izquierda a derecha: Victoria Usolu, Severo Moto, Fernando Maura, Armengol Engonga y 
       Juan Cuevas


Por Juan Cuevas

En una ocasión le formulé a D. Severo Moto la siguiente pregunta: ¿Que "pinta" aquí un blanco y español  en este proyecto político (el del Gobierno en el Exilio) llevado a cabo por guineanos?. A lo que me respondió: "si regreso a Guinea, para instaurar un régimen democrático, y lo hago con algunos españoles en mi equipo, entenderán entonces que voy en serio". Con el paso del tiempo, he podido comprobar que aquella afirmación de D. Severo era totalmente cierta. Los guineanos esperan mucho de España y de los españoles. Sobre todo, quieren mirarse en nuestra democracia, desean que les ayudemos a desembarazarse del dictador que los gobierna y del régimen tan injusto que padecen, y sobre todo, quieren seguir teniendo intensas relaciones con España y con sus gentes, a las que les une una fuerte relación de hermandad. También he podido constatar con satisfacción, que en muchas ocasiones la diferencia entre un guineano y un español, es solo la del color de su piel.

Tampoco podemos olvidar que hablamos el mismo idioma y tenemos una cultura común, fruto de muchos años de historia compartida.En la memoria colectiva del pueblo español ha quedado grabado, a través de los testimonios, recuerdos y vivencias de muchos españoles que un día vivieron allí, un fuerte sentimiento de cercanía con este pueblo. Y tanto guineanos, como españoles, no hemos podido olvidar que un día formamos parte de una misma comunidad: la Hispana.

También es cierto que en un momento determinado de la historia, y en las relaciones de estas dos comunidades se produjo una gran fractura. No podemos olvidar la nefasta descolonización de este territorio por parte de España, en la que primaron más los intereses y las rencillas personales de algunos prohombres españoles, que el bien de las dos comunidades. Después los azarosos acontecimientos electorales  que inclinaron la balanza hacia la peor de las opciones, la presidencia de Macías Nguema (anunciada maldición de un personaje español al pueblo guineano). El fuerte complejo de inferioridad y el resentimiento hacia lo español de un personaje esquizofrénico como Macías, provocó una rápida y traumática evacuación de muchos españoles, que tuvieron que marcharse de forma precipitada, dejando allí todo lo que tenían. Este episodio está presente todavía en la conciencia de muchos españoles, y es como una herida que no se ha acabado de cerrar.

Parece ser, que el hecho de que Obiang estudiara en la Academia Militar de Zaragoza, así como la ayuda que le prestó España para desambarazarse de su Tío, no fueron suficientes para que mejoraran sustancialmente las  relaciones entre ambos países. El hecho es que Obiang, fue provocando un alejamiento calculado con España, que solo disminuía cuando el dictador se encontraba en apuros y tenía que recurrir a su antigua metrópoli, sobre todo, si había que controlar a algún miembro díscolo de la oposición exiliada en España. Así en su intento de alejarse de España, se incorpora al área de  la Francofonía (1 de enero de 1985)  y posteriormente intenta, sin éxito  ,unirse a la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP). A pesar de todo, algunos empresarios y políticos españoles próximos al régimen, han segido haciendo su agosto en Guinea Ecuatorial, sin importarle la violación sistemática de los derechos humanos que, durante largo tiempo, ha estado perpetrando la dictadura.

Entendemos que la principal tarea de España es ayudar a los guineanos a desembarazarse de la dictadura que los oprime. Y posteriormente, desde la legitimidad de la democracia, y salvaguardando su independencia, estrechar las relaciones en los diferentes campos; el económico, el político, el cultural y el educativo. Estamos convencidos de que unas intensas relaciones entre los dos países serían beneficiosas para ambos. Guinea Ecuatorial, necesita a España como puerta de entrada en la CEE y en del mundo occidental en su conjunto, y España necesita de Guinea Ecuatorial, como fuente de materias primas y como país de inversión. Los empresarios españoles deben de estar presentes, desde el primer momento, en la reconstrucción de este país. Y en estas relaciones deben de primar siempre la observancia de los derechos humanos y el respeto a los principios democráticos de toda sociedad libre. 

Durante una conferencia, de D. Severo Moto el ICADE de Madrid, animó a los jóvenes universitarios a poner en marcha sus proyectos en Guinea Ecuatorial: "mi país necesita de la inversión extranjera, tanto en capital humano, como en inversiones productivas, pero desde la limpieza y la honestidad, rechazando la corrupción y el enrriquecimiento ilícito, cooperando siempre en la mejora de la vida social y económica de nuestro país"
La Comunidad Hispánica de Naciones

El Vicepresidente del Partido del Progreso y Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial, D. Armengol Engonga, ha abogado siempre por la conveniencia de estrechar los lazos entre los países de habla hispana, redefiniendo una nueva Comunidad Hispánica de Naciones. Este bloque de naciones, el más importante después del anglófono, supondría una oportunidad única para España, al poder liderar un movimiento de países plenamente democráticos, en los que los flujos comerciales, la innovación tecnológica y los movimientos culturales, supondrán para todos, el mejor instrumento de desarrollo. 

Guinea Ecuatorial debe de permanecer en la órbita del mundo occidental, del que la ha querido apartar el oscuro régimen de Obiang, intensificando sus relaciones humanas, culturales y económicas. De esta forma, este país ,  fortalecería su democracia y afianzaría su desarrollo económico, aprovechando los flujos económicos, educativos y sociales, propios de una  sociedad moderna y globalizada.